Irán celebra el alto al fuego entre Pakistán y Afganistán
Teherán destaca el valor del diálogo tras una semana de choques fronterizos entre Pakistán y Afganistán que dejaron decenas de muertos y tensión regional.
Por
EFE
Publicado el 20 de octubre de 2025
Irán celebró el alto el fuego alcanzado entre Pakistán y Afganistán tras una semana de intensos enfrentamientos fronterizos que dejaron decenas de muertos. El portavoz iraní Ismail Baghaei instó a ambos países a mantener el diálogo para reducir tensiones y evitar nuevos choques. La crisis se originó tras un presunto ataque con dron paquistaní en Kabul contra un líder del Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), lo que provocó bombardeos a lo largo de la línea Durand. Catar y Turquía mediaron en Doha para lograr la tregua, que incluye un nuevo encuentro en Estambul con el fin de consolidar la paz regional.
Irán dio la bienvenida este lunes al alto el fuego alcanzado por Pakistán y Afganistán, luego de una semana de enfrentamientos que causaron decenas de muertos y elevaron el riesgo de una nueva crisis en Asia del Sur. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, celebró el acuerdo y expresó su esperanza de que sea “el inicio de un proceso sostenido de diálogo que reduzca tensiones y evite futuros enfrentamientos”.
El diplomático subrayó que los choques entre sus dos países vecinos “generaron preocupación” en Teherán, que desde el inicio de la escalada llamó a “resolver las diferencias mediante vías políticas y diplomáticas”. La postura iraní se enmarca en su política de equilibrio regional, donde ha buscado mantener relaciones estables tanto con Islamabad como con Kabul, especialmente tras el regreso del régimen talibán al poder en 2021.
Un conflicto con raíces profundas en la frontera Durand
La semana de violencia comenzó el 9 de octubre, cuando Pakistán lanzó un presunto ataque con dron en Kabul dirigido contra el líder del Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), Mufti Noor Wali Mehsud. El operativo desató una cadena de bombardeos y choques a lo largo de la línea Durand, una frontera de 2.600 kilómetros que históricamente ha sido escenario de disputas y acusaciones cruzadas.
Pakistán acusa al régimen talibán de ofrecer refugio al TTP, grupo insurgente que busca derrocar al Estado paquistaní y que ha perpetrado múltiples ataques dentro de su territorio. Kabul, por su parte, niega albergar a combatientes de esa organización y asegura que Islamabad utiliza el conflicto como justificación para intervenir en su soberanía.
La tensión escaló rápidamente, con intercambios de fuego y ataques aéreos que dejaron un número aún no confirmado de víctimas. Según observadores regionales, la posibilidad de que el conflicto se extendiera generó alarma entre los países vecinos y organismos internacionales, preocupados por la estabilidad de una región donde convergen intereses estratégicos de China, Irán, India y Rusia.

Mediación de Catar y Turquía para evitar una crisis regional
En medio del aumento de la tensión, Catar y Turquía tomaron la iniciativa diplomática e impulsaron un diálogo urgente en Doha. Delegaciones de Pakistán y Afganistán se reunieron el sábado bajo la mediación de ambos países para intentar contener la crisis.
Tras doce horas de conversaciones, los ministros de Defensa de Islamabad y Kabul firmaron el domingo un acuerdo de cese inmediato de hostilidades. Además, se comprometieron a sostener un nuevo encuentro en Estambul el próximo 25 de octubre, con el fin de avanzar hacia un mecanismo permanente de comunicación militar y política.
El alto el fuego fue recibido con alivio por los países de la región, especialmente por Irán, que comparte frontera con Afganistán y tiene fuertes vínculos económicos y migratorios con ese país. Baghaei reiteró que “la estabilidad de Asia del Sur es esencial para la seguridad colectiva” y destacó que “el entendimiento entre los pueblos musulmanes vecinos puede servir de ejemplo de cooperación en tiempos de crisis”.

Un respiro para la región, con desafíos pendientes
Aunque el cese de hostilidades ofrece un respiro, los analistas advierten que la paz entre Pakistán y Afganistán dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para abordar las causas estructurales del conflicto. Entre ellas, la gestión de la frontera Durand, la presencia de grupos armados y la falta de mecanismos formales de cooperación en seguridad.
Irán, junto con otros actores regionales, busca desempeñar un papel de facilitador en los esfuerzos de estabilización. Su apoyo al alto el fuego refleja una estrategia orientada a promover el diálogo y evitar que nuevos enfrentamientos agraven la situación humanitaria y política en la zona.
Para la región, la tregua representa una oportunidad para reconstruir la confianza y avanzar hacia una seguridad compartida. Si se mantiene el compromiso y se fortalecen los canales de comunicación, el reciente acuerdo podría convertirse en un primer paso hacia una relación más estable entre dos países históricamente marcados por la desconfianza.
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