EE.UU. envía $24 millones al Caribe tras el huracán Melissa, incluyendo a Cuba
Estados Unidos destinó $24 millones en ayuda para países del Caribe tras el huracán Melissa, incluyendo a Cuba, en un gesto humanitario sin precedentes.
Por
EFE
Publicado el 04 de noviembre de 2025
Estados Unidos destinó 24 millones de dólares en ayuda humanitaria para Jamaica, Haití, Bahamas y el pueblo cubano tras el paso del huracán Melissa. La asistencia incluye refugio, agua, alimentos y atención médica. Jamaica, la más afectada, recibirá 12 millones; Haití, 8.5 millones; Cuba, 3 millones; y Bahamas, 500 mil. La inclusión de Cuba, autorizada por el secretario de Estado Marco Rubio, marca un giro diplomático notable, dado su historial crítico con el régimen. El gobierno cubano ya coordina la entrega de la ayuda. Esta acción refuerza el papel de EE.UU. como socio regional ante emergencias climáticas.
Estados Unidos ha aprobado una ayuda de emergencia de $24 millones para Jamaica, Haití, Bahamas y "el pueblo cubano", tras el devastador paso del huracán Melissa, una de las tormentas más intensas que ha golpeado la región en los últimos años.
El anuncio, hecho por el Departamento de Estado, marca un gesto inusual en la diplomacia estadounidense: incluir a Cuba como destinatario directo de ayuda, pese a las tensiones históricas entre ambos países.

¿A quién va dirigida la ayuda y cómo será utilizada?
El paquete de asistencia está diseñado para responder a necesidades críticas en los países más afectados por el huracán. Según el portavoz del Departamento de Estado, los fondos se utilizarán para brindar refugio temporal, agua potable, saneamiento, insumos de higiene, alimentos y atención médica de emergencia.
El desglose del monto es el siguiente:
- Jamaica: $12 millones
- Haití: $8.5 millones
- Cuba: $3 millones
- Bahamas: $500,000
Jamaica, que sufrió los daños más severos, ya cuenta con un Equipo de Respuesta ante Desastres (DART, por sus siglas en inglés) desplegado en terreno. Este grupo continúa evaluando daños y necesidades futuras para optimizar la distribución de recursos.

Cuba: una inclusión notable y sorpresiva
Una de las novedades del anuncio fue la incorporación de Cuba como receptora de la ayuda. Originalmente, el secretario de Estado, Marco Rubio, no la había incluido en los primeros comunicados, pero días después autorizó el envío de tres millones de dólares para el “pueblo cubano”, una fórmula diplomática que evita mencionar directamente al gobierno de la isla.
Este matiz es clave, considerando que Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y una de las voces más críticas del régimen castrista, ha mantenido una postura firme en contra de cualquier acercamiento institucional. Sin embargo, en esta ocasión se priorizó la respuesta humanitaria.
“El secretario fue claro en que la asistencia está dirigida a las personas afectadas, no al gobierno”, subrayó un portavoz del Departamento de Estado.
El gobierno cubano confirmó que ya se encuentra en contacto con autoridades estadounidenses para coordinar la entrega de la ayuda. Esta colaboración logística representa un giro poco común en las relaciones bilaterales, marcadas en los últimos años por restricciones económicas y discursos polarizantes.

Un gesto que podría tener implicaciones regionales
Aunque se trata de ayuda humanitaria, este tipo de acciones tiene implicaciones geopolíticas. Analistas consultados por medios internacionales señalan que la inclusión de Cuba podría suavizar tensiones momentáneamente y abrir la puerta a un diálogo más práctico sobre desastres naturales, salud pública o cooperación técnica.
Desde el inicio de la temporada de huracanes, organismos como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) han intensificado su monitoreo en el Caribe y América Central, donde el cambio climático ha aumentado la frecuencia e intensidad de estos eventos extremos.
La ayuda enviada por EE.UU. no solo alivia necesidades urgentes, sino que refuerza su imagen como socio regional comprometido, en un momento en que otras potencias, como China y Rusia, han intentado expandir su influencia en el Caribe mediante donaciones, vacunas y créditos blandos.

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¿Qué sigue para los países afectados?
El paso del huracán Melissa dejó un saldo aún por determinar en términos de víctimas humanas, pérdidas materiales y desplazados. Lo que es claro es que los países más afectados necesitarán apoyo sostenido para reconstrucción a mediano y largo plazo.
En el caso de Haití, que enfrenta simultáneamente una crisis política y humanitaria, los 8.5 millones asignados serán apenas un primer paso. Para Cuba y Jamaica, los recursos podrían ayudar a contener brotes de enfermedades y restablecer infraestructura básica.
Por ahora, la prioridad es la asistencia inmediata: llevar agua potable, alimentos y atención médica a quienes lo han perdido todo. Estados Unidos ha dejado claro que, al margen de diferencias políticas, su compromiso con los pueblos del Caribe sigue vigente ante emergencias de esta magnitud.
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