Un grupo de deportados arrestados en la que podría ser una de las primeras redadas y deportaciones de la nueva administración de Donald Trump llegó este martes por la noche a Tijuana, en el extremo occidental de la frontera entre México y Estados Unidos, informaron la cadena Univisión y la agencia noticiosa Associated Press (AP).
Según explicó a los gritos un hombre a la distancia a un pequeño grupo de periodistas que presenciaron su llegada, los detuvieron el martes mientras estaban trabajando como jornaleros en Denver, Colorado. Un migrante de otro grupo dijo que habían sido arrestados en Oregon sin dar más detalles, dijeron las fuentes periodísticas.
Mencionaron que en total eran unas 100 personas no sólo de México sino también de otros países. The Associated Press presenció la llegada unos 70.
Los deportados por el cruce del Chaparral, en Tijuana, fueron saliendo desde que cayó la noche del martes en pequeños grupos, algunos vestidos con ropa de trabajo llevando bolsas naranjas con sus pertenencias. Autoridades mexicanas en el lugar se disponían a trasladarlos pero no quisieron informar adónde, informaron Univisón y AP.
El nuevo “zar de la frontera”, Tom Homan, confirmó que los equipos de inmigración “ya están en el terreno”, sobre todo en áreas identificadas como un “peligro para la seguridad pública”.
Explicó que forman grupos de cinco o seis agentes que tienen claras sus prioridades.
el presidente Donald Trump firmó nuevas órdenes ejecutivas para ampliar los centros de detención, atacar a ciudades que ofrecen santuario a indocumentados y amenazar con ingresar a escuelas, iglesias y hospitales para cazarlos.
Equipos del ICE ya están allá fuera, declaró Homan en entrevista con Fox News, quien resaltó que las 25 oficinas regionales de esa agencia federal están desarrollando una lista de objetivos que dan prioridad a la persecución a indocumentados que han cometido delitos. Aunque no se ha reportado públicamente sobre redadas particulares, el gobierno de Trump también procedió a desarrollar la infraestructura que necesitará para cumplir con la promesa de deportar a millones y millones de extranjeros criminales a sus países de origen.
Homan dijo que hay más de 700,000 "inmigrantes ilegales con antecedentes penales" caminando por las calles.
“Criminales ya no podrán esconderse en escuelas, iglesias y hospitales estadounidenses", advirtió ayer el Departamento de Seguridad Interna en un comunicado.