BBC bajo presión, dimite su director tras polémico documental

El director general de la BBC, Tim Davie, presentó su dimisión tras una serie de controversias que cuestionaron la imparcialidad de la cadena, en especial por la edición de un documental que hizo parecer que Donald Trump había incitado directamente los disturbios del Capitolio en 2021.

“En conjunto, la BBC funciona bien, pero se han cometido algunos errores y, como director general, debo asumir la máxima responsabilidad”, escribió Davie en una carta al Consejo de Administración. El directivo, que asumió el cargo en 2020, aseguró que trabajará con la junta para definir los plazos de su salida y facilitar la transición a su sucesor.

Una decisión marcada por la presión editorial

Davie admitió que “el actual debate en torno a BBC News ha contribuido” a su decisión, además de las “intensas exigencias personales y profesionales” del cargo. En su carta, defendió el valor de la BBC en “tiempos cada vez más polarizados” y subrayó que la institución “representa lo mejor del Reino Unido: una sociedad amable, tolerante y curiosa”.

Por su parte, la directora de informativos, Deborah Turness, también renunció. Aseguró que la controversia generada por el programa Panorama sobre Trump estaba “dañando a la BBC”, aunque negó que existiera un sesgo institucional. “Si bien se han cometido errores, las acusaciones de parcialidad son falsas”, sostuvo.

El presidente del Consejo de la emisora, Samir Shah, agradeció el servicio de ambos directivos y describió el día de sus salidas como “triste para la BBC”.

El origen del escándalo

La polémica comenzó tras la publicación de documentos internos por el diario The Daily Telegraph, que revelaron cómo el episodio Trump: A Second Chance?, producido por October Films Ltd. y emitido antes de las elecciones estadounidenses del 2024, había editado frases del expresidente republicano.

El montaje del documental mezcló fragmentos de un discurso del 6 de enero de 2021, de manera que Trump parecía decir: “Vamos a marchar hacia el Capitolio y yo iré con ustedes, y luchamos con todas nuestras fuerzas”. Sin embargo, la versión original añadía una frase que fue suprimida en la edición: “para hacer oír sus voces de forma pacífica y patriótica”.

El memorando filtrado, elaborado por Michael Prescott, exasesor del comité de estándares editoriales de la BBC, alertaba sobre un “posible engaño a la audiencia” y cuestionaba la independencia del contenido. La cadena pública ya había recibido críticas previas por otros programas, entre ellos un documental sobre Gaza y la emisión de un concierto en Glastonbury que contenía mensajes políticos controvertidos.

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Reacciones en el Reino Unido

Las renuncias no lograron frenar las críticas. Desde el Partido Conservador y la formación populista Reform UK se advirtió que la BBC tiene “una última oportunidad” para recuperar la confianza del público.

La líder conservadora Kemi Badenoch afirmó que las dimisiones “no bastan” y que “el catálogo de fallos graves va mucho más allá”. Pidió “medidas firmes” y una reforma profunda del servicio internacional y del canal BBC Arabic, que según ella “deben ser revisados a fondo”.

El líder de Reform UK, Nigel Farage, coincidió en que la salida de los directivos “debe ser el inicio de un cambio profundo”. Propuso nombrar “a alguien del sector privado que entienda cómo transformar culturas organizativas y proteger la reputación de la BBC”.

Desde la comunidad judía británica también se reclamó una revisión cultural. El Consejo de Diputados de los Judíos Británicos pidió “un cambio profundo” y la Campaña contra el Antisemitismo instó a una investigación independiente sobre posibles sesgos, afirmando que la cadena “ha actuado a menudo como altavoz de Hamás”.

Apoyos y llamados a la calma

No todas las voces fueron críticas. El líder liberal demócrata, Ed Davey, defendió el papel de la BBC como servicio público: “No es perfecta, pero sigue siendo una de las pocas instituciones que protegen nuestros valores frente al populismo”. Añadió que esta crisis puede ser “una oportunidad para fortalecer su papel basado en hechos y responsabilidad”.

Por su parte, la ministra de Cultura, Lisa Nandy, agradeció el trabajo de Davie y prometió el respaldo del gobierno laborista para que el Consejo de Administración gestione la transición y utilice la próxima revisión de los estatutos, prevista para 2027, como “un catalizador para adaptar la BBC a una nueva era”.

Trump celebra las dimisiones

En Estados Unidos, Donald Trump reaccionó con euforia. En su red social Truth Social, escribió: “Los altos cargos de la BBC, incluido Tim Davie, están dimitiendo porque los han pillado manipulando mi excelente discurso del 6 de enero. ¡Gracias a The Telegraph por desenmascarar a estos periodistas corruptos!”.

Trump acusó a la cadena de intentar “influir en el resultado de las elecciones presidenciales” y calificó a sus directivos de “personas deshonestas”. “Por si fuera poco, son de un país extranjero, uno que muchos consideran nuestro aliado número uno. ¡Qué terrible para la democracia!”, agregó.

Un futuro incierto para la BBC

Las salidas de Davie y Turness abren un periodo de incertidumbre en el principal medio público del Reino Unido. La corporación deberá afrontar en los próximos meses la designación de un nuevo liderazgo y la revisión de su carta real, que determinará su modelo de financiación.

Entre los desafíos inmediatos figuran reforzar la transparencia editorial, restablecer la confianza del público y adaptar la organización a un entorno mediático donde la polarización y las noticias falsas ponen a prueba la credibilidad de las instituciones tradicionales.

La BBC, símbolo de rigor informativo durante casi un siglo, enfrenta ahora uno de los mayores desafíos de su historia reciente: demostrar que sigue siendo capaz de ofrecer periodismo independiente y fiable en una era de sospecha y desinformación digital.