Detenciones de migrantes centroamericanos en EE. UU. caen más del 90%

Las aprehensiones de migrantes salvadoreños, hondureños y guatemaltecos en la frontera de Estados Unidos se desplomaron más del 90 % durante los primeros ocho meses de 2025, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) obtenidos por la agencia EFE. La reducción representa uno de los descensos más pronunciados de la última década y sugiere una transformación en los patrones migratorios desde Centroamérica hacia el norte.

Entre enero y agosto de 2025, las autoridades estadounidenses detuvieron a 20,908 personas procedentes del llamado Triángulo Norte de Centroamérica, muy por debajo de las 213,888 registradas en el mismo período del año anterior. En términos absolutos, la diferencia equivale a 192,980 casos menos, de acuerdo con cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

El desglose muestra que 2,908 personas eran originarias de El Salvador, 7,602 de Honduras y 10,398 de Guatemala. En los tres países, la tendencia descendente comenzó a notarse desde enero, coincidiendo con el inicio del segundo mandato presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, cuando la administración intensificó las medidas de control migratorio en la frontera sur.

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Guatemala, el país con la mayor reducción

De los tres países del Triángulo Norte, Guatemala registró la caída más significativa, con un descenso del 90.7 % en las aprehensiones respecto a 2024. El Salvador le siguió con un 90.3 % menos y Honduras con una reducción del 89.4 %.

En términos mensuales, la baja se ha mantenido constante. Mientras en diciembre de 2024 las detenciones alcanzaban las 20,501, en enero de 2025 la cifra descendió a 10,706, y desde entonces continuó disminuyendo mes a mes.

Expertos consultados por organismos internacionales apuntan que esta reducción podría responder a una combinación de factores, entre ellos el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses, los mayores riesgos percibidos por las personas migrantes en el trayecto y la creación de programas de movilidad regular impulsados por la administración estadounidense y agencias internacionales.

Nuevos escenarios para la migración centroamericana

Aunque cada año más de medio millón de personas provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala intentan emigrar irregularmente hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, las cifras de 2025 muestran un cambio de comportamiento en esa tendencia histórica.

Algunos analistas interpretan la disminución como una señal de que la migración irregular podría estar dando paso a otras formas de movilidad, como los permisos humanitarios, los visados laborales temporales o los programas de reunificación familiar. Sin embargo, también advierten que la reducción de detenciones no necesariamente implica una mejora en las condiciones de vida dentro de los países de origen.

La OIM y otras organizaciones regionales destacan que, aunque la presión migratoria ha disminuido en términos de aprehensiones, los motivos que empujan a miles de personas a buscar oportunidades fuera de su país como la falta de empleo, la inseguridad o los efectos del cambio climático siguen vigentes.

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Una tendencia que redefine la política migratoria

La caída de las aprehensiones abre un nuevo capítulo para las relaciones entre Centroamérica y Estados Unidos. Para El Salvador y sus vecinos, el desafío será aprovechar esta pausa estadística para fortalecer políticas internas que mejoren las condiciones de vida y reduzcan la necesidad de migrar.

Mientras tanto, la administración estadounidense mantiene su enfoque en controlar los flujos irregulares y promover vías legales de movilidad. Si la tendencia a la baja se mantiene durante el resto del año, 2025 podría cerrar con el número más bajo de detenciones de migrantes centroamericanos en más de una década.

En el corto plazo, los datos ofrecen una fotografía inédita: menos personas están siendo detenidas en su intento de llegar a Estados Unidos, pero las causas estructurales de la migración aún esperan respuestas sostenibles en la región.