La catástrofe climática causada por fuertes lluvias en el sur de Brasil se agravó este viernes y deja al menos 39 muertos y 68 desaparecidos, mientras el avance de las aguas amenaza la capital de Rio Grande do Sul con inundaciones "sin precedentes".
Brigadas de rescate intentan alcanzar y abastecer numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con carreteras bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua.
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El volumen excepcional de los ríos ha multiplicado las alertas en el estado por rupturas de presas que podrían agravar el desastre. En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, la situación "va a ser sin precedentes", dijo el gobernador, Eduardo Leite.
"Olvide todo lo que ya vio (...) en la región metropolitana va a ser mucho peor", advirtió. El agua ya cubre varias calles del centro histórico de una de las mayores urbes del sur brasileño, con una población de 1,5 millones, constató la AFP.
Mientras las autoridades surgieron a los residentes a buscar refugio.
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Pero el rápido ascenso del río Guaíba en las últimas horas podría cubrir vastas áreas de la ciudad.
Se estima que actualmente el nivel del río está entre 4,20 y 4,60 metros, "es histórico" y se espera que supere los 5 metros en las próximas horas, lo que podría causar la mayor inundación de la historia de Porto Alegre. Las autoridades se afanan en levantar refugios en todo el estado, ocupados hasta ahora por más de 8,000 personas.
"Cuando salí de casa, estaba con el agua hasta la cintura", cuenta con rostro demacrado este hombre de 55 años. "Lo perdí todo", dice a la AFP.