Movilidad humana: La vulnerabilidad de los migrantes
La grandeza humana no reside en la grandeza o el poder, sino en el carácter y en la bondad. Todos nacemos con una bondad fundamental
Ana Frank
La vulnerabilidad es la condición que define y resume la realidad de muchos migrantes y, por lo tanto, es la perspectiva de análisis que se encuentra en el informe sobre la Explotación laboral de los migrantes de François Crépeau, Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Se trata de un informe muy completo y su lectura es fundamental para entender el verdadero significado de la palabra vulnerabilidad en el caso de los migrantes. En su informe, el Relator Especial destaca la realidad cotidiana de muchos migrantes en relación con:
- La discriminación: “Los migrantes señalan que sus empleadores los discriminan por muchos motivos, como la nacionalidad, la raza y el sexo, en relación, por ejemplo, con la remuneración, el número excesivo de horas extraordinarias, las posibilidades de ascenso, el acceso a la asistencia sanitaria y los despidos injustificados”.
- La ausencia de contrato de trabajo y sustitución del contrato: “Cuando los migrantes no tienen contrato, les resulta sumamente difícil reivindicar sus derechos y obtener reparación en relación, entre otras cosas, con las condiciones de trabajo, los salarios y la seguridad social, y los accidentes o enfermedades laborales. Sin embargo, las agencias de contratación y los empleadores acostumbran a no facilitar a los migrantes un contrato escrito”.
- La retención del salario o remuneración injusta: “Las frecuentes violaciones de los derechos humanos que experimentan los migrantes en relación con el pago de su salario incluyen irregularidades en la retribución, como el impago de los salarios o una demora excesiva en el pago. Los migrantes también se enfrentan a salarios injustos, concretamente a un salario desigual por un trabajo igual o de igual valor, sobre la base de criterios discriminatorios, como la nacionalidad. En particular, los migrantes irregulares cobran con frecuencia menos del salario mínimo”.
- Los permisos de trabajo y residencia: “En varios países que practican diversas formas de programas de ‘patrocinio', la legalidad de la estancia de un migrante depende de la relación laboral. Si esa relación termina, los migrantes pierden automáticamente el permiso de residencia y pueden llegar a ser expulsados. Además, sí incumbe al empleador renovar los permisos de trabajo, los migrantes que siguen trabajando pueden encontrarse en una situación irregular en caso de que el ‘patrocinador’ desatienda la renovación del permiso o se niegue a renovarlo, entre otras cosas debido a los gastos o trámites engorrosos conexos”.
- La seguridad y salud en el trabajo: “La escasa familiaridad con la legislación local y las dificultades lingüísticas suelen impedir que los migrantes conozcan los peligros concretos del trabajo que realizan. El incumplimiento de las normas sobre la seguridad y la salud en el trabajo suscita gran preocupación, ya que los migrantes suelen trabajar en sectores peligrosos de alto riesgo, como la agricultura, la construcción, la minería y distintos tipos de trabajo no estructurado”.
- Las restricciones al derecho a la asistencia médica: “Para algunos migrantes, resulta difícil acceder a los servicios de salud, entre otras cosas a causa de la distancia y la falta de transporte. Aunque estén enfermos, se les exige que trabajen. Algunos no tienen acceso a asistencia sanitaria subvencionada porque sus empleadores no les han proporcionado tarjetas de identidad”.
- La confiscación de documentos: “El artículo 21 de la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares establece que los Estados partes deben velar por que los empleadores y los agentes de contratación no confisquen ni destruyan ningún documento de viaje o de identidad que pertenezca a trabajadores migratorios. Sin embargo, el Relator Especial se ha reunido con muchos migrantes a quienes los empleadores habían confiscado el pasaporte o los documentos de identidad. Aun cuando la ley prohíbe estrictamente la confiscación de documentos, el Relator Especial ha comprobado que eso sucede sistemáticamente, en particular con respecto a trabajadores considerados ‘poco cualificados’, esto es, trabajadores domésticos y albañiles. Los empleadores que han pagado una comisión por la contratación suelen ver a los migrantes que trabajan para ellos como una inversión económica y, por lo tanto, tratan de impedir que se marchen, entre otras cosas confiscándoles el pasaporte. La confiscación de pasaportes es un medio empleado habitualmente para mantener ‘atrapados’ a los migrantes en trabajos donde son explotados, obligándoles a desempeñar actividades que no harían en otras circunstancias. Esta práctica refuerza el aislamiento y la dependencia y restringe la libertad de circulación de los migrantes fuera del lugar de trabajo y residencia, así como fuera del país”.
- Las condiciones de vida indecorosas: “Muchos migrantes se alojan en viviendas que carecen de infraestructura y servicios básicos, como saneamiento, electricidad y agua potable, además de servicios de asistencia médica adecuados. El Relator Especial ha sido testigo de las condiciones de vida estremecedoras de los trabajadores migratorios con los que ha estado. Los migrantes, algunos de ellos en situación irregular, vivían en condiciones abominables, hacinados y sin un saneamiento adecuado. Se informó al Relator Especial de que los salarios que recibían no alcanzaban para mantener unas condiciones de vida adecuadas. Los empleadores prometen a veces una vivienda a los migrantes, pero cuando estos llegan al país descubren que no se ha previsto ningún tipo de alojamiento”.
Escritor y diplomático salvadoreño.

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