Otro pandillero salvadoreño se declara culpable en EE.UU.
El salvadoreño perteneciente a la MS-13 podría enfrentar una condena de hasta 20 años y una multa de $250,000. Otros pandilleros salvadoreños también han optado por declararse culpables en cortes estadounidenses. En otros casos, han sido las mismas autoridades quienes han pedido desestimar cargos contra cabecillas.
William Pineda Portillo, de 31 años, y originario de un municipio de Chalatenango, se declaró culpable del delito de conspiración de crimen organizado ante un tribunal federal de Boston, estado de Massachusetts, informó el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
El próximo 8 de julio, el juez superior del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, William G. Young, dictará la sentencia contra Pineda Portillo, quien fue capturado en 2022, cuando procedente de El Salvador intentó ingresar por segunda vez, sin documentos, a territorio estadounidense.
El salvadoreño podría ser condenado hasta a 20 años de prisión, más tres años de libertad asistida, y una multa de 250 mil dólares, pues esa es la pena que se impone por el delito de conspiración de crimen organizado, según USCIS.
“Pineda Portillo era miembro de la clica Trece Locos Salvatrucha, o TLS, de la MS-13, que operaba en Somerville, Massachusetts. Pineda Portillo participó personalmente en actividades de crimen organizado y actos de violencia en nombre de la MS-13”, indica el comunicado oficial.
La MS-13 (Mara Salvatrucha) es una organización criminal que en el 2013 fue declarada como organización terrorista por Estados Unidos (EE.UU). Ese mismo año, varios de sus cabecillas residentes en El Salvador fueron sancionados por el Departamento del Tesoro.
En el caso de Pineda Portillo, según las autoridades estadounidenses, su historial delictivo en ese país se remonta a 2010, es decir, desde hace 15 años, comenzando por un caso de homicidio en la ciudad de Chelsea, Massachusetts.

“Específicamente, Pineda Portillo y (José) Vásquez conspiraron con otros para asesinar a un hombre de 28 años, el 18 de diciembre de 2010, en Chelsea, Massachusetts. Esa noche, las agencias del orden público respondieron a una llamada al 911 en las inmediaciones de la rampa de entrada de la Quinta Calle a la Ruta 1 en Chelsea. Allí, la policía encontró a la víctima con aproximadamente 10 puñaladas en el pecho y la espalda, junto con lesiones en la cabeza”, indica el informe de USCIS.
La víctima de los pandilleros murió en el hospital donde fue trasladada; las heridas en la cabeza eran de extrema gravedad. Una revisión de las evidencias del crimen que fueron recolectadas identificó a los responsables como miembros de la MS-13.
Las investigaciones indicaron que la víctima fue atacada porque creían que pertenecía a una pandilla rival.
El papel que Pineda Portillo jugó en ese crimen fue que el día fijado para cometer el asesinato en el vehículo que manejaba recogió a Vásquez, a otros miembros de la pandilla y a la misma víctima en Allston.
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“En una camioneta verde registrada a nombre de su padre, Pineda Portillo transportó a los pandilleros y a la víctima a Chelsea, donde Vásquez y los criminales llevaron a la víctima a un área debajo de la rampa de entrada de la Calle Quinta a la Ruta 1. Una vez en el área aislada debajo de la carretera, un miembro de la MS-13 golpeó a la víctima en la cabeza con una piedra y otro miembro de la MS-13 atacó a la víctima con un machete”, detalla el informe del USCIS.
Vásquez apuñaló a la víctima con un cuchillo y la huella de la palma de la mano quedó en el mango del cuchillo de cocina que los asesinos dejaron en la escena y que, posteriormente, fue recuperado por las autoridades policiales.
La trampa en que cayó
Despues de participar en el asesinato en Chelsea, Pineda Portillo logró escapar a El Salvador, antes de que los investigadores pudieran entrevistarlo.
Pero alrededor del 29 de abril de 2015, después de regresar a Estados Unidos, Pineda Portillo acordó vender un arma de fuego cargada con ocho rondas de municiones a otro miembro de su misma pandilla que, en realidad, ya estaba colaborando con agencias federales de ese país a cambio de dinero.
Aproximadamente un mes después, el 1 de junio de 2015, Pineda Portillo nuevamente conspiró con otros miembros de su pandilla para asesinar a un pandillero, de quien sospechaban que se había convertido en colaborador de las autoridades.
Por este último crimen, el pandillero salvadoreño fue imputado en 2017, pero antes de que la acusación formal fuera presentada ante un tribunal, Pineda Portillo fue deportado a El Salvador, logrando evadir el proceso judicial en aquel país.
¿Huyendo del régimen de excepción?
A finales de marzo de 2022, la MS-13 desató una ola de asesinatos en El Salvador que en solo tres días causó al menos 87 víctimas; y dejó en evidencia, como lo había hecho en ocasiones anteriores, que los pandilleros tenían el poder para incrementar los homicidios cuando ellos quisieran, y que la publicitada “efectividad” del Plan Control Territorial no era más que propaganda gubernamental.
Pero el gobierno, ante la incapacidad de las fuerzas policiales y militares de parar la ola de homicidios, el 27 de marzo de ese mismo año, recurrió a decretar el régimen de excepción, que suspende garantías constitucionales para cualquier persona que sea detenida y procesada.

Desde entonces, los policías y militares comenzaron a realizar operativos en los que si bien capturaban pandilleros, también capturaban a personas que no tenían relación con esos grupos criminales, con los que el mismo gobierno de Bukele pactó, según revelaron investigaciones de autoridades estadounidenses y periodísticas, años después.
Fue en ese contexto que Pineda Portillo salió del país y buscó nuevamente llegar a Estados Unidos. El 10 de mayo de 2022, cuando los operativos policiales estaban en su mayor apogeo, Pineda Portillo fue arrestado en el Estado de Texas, tras haber cruzado la frontera con México.
Según informes del USCIS, tras ser arrestado, Pineda Portillo admitió que era miembro de la MS-13, y al consultar sus huellas digitales, las autoridades migratorias se enteraron de que tenía una orden judicial de arresto en su contra, por lo cual fue enviado al distrito de Massachusetts, ante cuyas autoridades judiciales se declaró culpable.
De acuerdo con el boletín de la USCIS, la operación que culminó con la aceptación de culpabilidad de Pineda Portillo “forma parte de una iniciativa del Programa de la Fuerza de Tarea de Control de Drogas contra el Crimen Organizado (OCDETF)”, cuyo papel describe, que identificar y desmantelar organizaciones criminales, como la MS-13, de alto nivel que amenazan a los Estados Unidos.
Otros se han declarado culpables
En 2019, en el primer período presidencial de Donald Trump, fue creada la Fuerza de Tarea Vulcano, que involucró a funcionarios y agentes de varias agencias federales, cuyo propósito fue la persecución de la referida organización criminal tanto en Estados Unidos como en El Salvador, y otros países de la región.
Esa fuerza de tarea también involucró a fiscales y policías salvadoreños que colaboraron en sólidas investigaciones contra la MS-13 en El Salvador, al punto que pocos meses después las autoridades estadounidenses formularon una petición de extradición de la mayoría de cabecillas de esa organización terrorista por delitos cometidos en Estados Unidos, y otros que cometieron en ese país, incluso estando encarcelados en El Salvador.
Sin embargo, el actual presidente salvadoreño, Nayib Bukele, en su primer período presidencial bloqueó la extradición de los cabecillas terroristas y, según investigaciones de autoridades estadounidenses, uno de sus funcionarios hasta facilitó la huida de prisión de uno de ellos: Élmer Canales Rivera, alias Crook, un cabecilla de primer nivel.

Otros cabecillas fueron capturados en distintos lugares y tiempos por autoridades estadounidenses donde son procesados judicialmente.
El caso de Pineda Portillo, identificado como miembro de la MS-13, aunque no como cabecilla, se suma al de otros criminales salvadoreños de esa misma agrupación que recientemente han sido condenados tras declararse culpables. Entre estos hay al menos un caso que prefiere ser juzgado por la justicia estadounidense, a ser deportado a El Salvador. Se trata de Vladimir Antonio Arévalo Chávez, alias "Vampiro de Monserrat", cuyos abogados han solicitado al juez que lleva el proceso judicial, que no acepte la petición de la Fiscalía estadounidense en el sentido de desestimar los cargos de los que le ha acusado, para poder devolverlo a El Salvador.
"Estados Unidos ha determinado que consideraciones sensibles e importantes de política exterior superan el interés del gobierno en proseguir con el procesamiento del acusado", escribió la Fiscalía estadounidense a la jueza Joan Azrack, ante quien había acusado a Arévalo Chávez de actos de terrorismo, homicidio, narcotráfico y la expansión del control territorial de la pandilla MS-13 en suelo norteamericano.
Por su parte, en marzo de este año, otro cabecilla salvadoreño, Fredy Iván Jandres Parada, alias “Lucky”, también le notificó a la jueza Azrack, que estaba negociando con la Fiscalía de Nueva York declararse culpable por los cargos de terrorismo, que le fueron notificados en 2024, tras ser capturado en San Diego, California.
En marzo de este mismo año, Marlon Antonio Menjívar Portillo, alis “Rojo de Park View” también se declaró culpable en la misma corte de Nueva York, donde la Fiscalía de ese distrito lo acusaba de tres cargos de terrorismo.
Un año antes, en abril de 2024, el salvadoreño Edwin Rodríguez, alias “Manicomio”, miembro de la MS-13, se declaró culpable de cargos de extorsión y cuatro asesinatos que cometió el 11 de abril de 2017; por lo cual podría recibir condena de cadena perpetua.
A mediados de marzo de este año, César Antonio López Larios, alias "El Greñas", cabecilla de primera línea de la MS-13, y uno de los que una corte de Nueva York pedía en extradición, fue enviado a El Salvador, a pesar de los graves cargos que enfrentaba en Estados Unidos.
Investigaciones de diversas agencias federales han revelado que el gobierno de Nayib Bukele pactó con las pandillas, especialmente con la MS-13, a quienes incluso habría entregado dinero proveniente de los contribuyentes de Estados Unidos. Medios internacionales han publicado que Bukele pidió que le enviaran de regreso a El Salvador a varios cabecillas de la referida pandilla que tienen información sobre los beneficios que recibieron.

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