Vivir con una pensión de $300 no dignifica al maestro

La precaria situación de la pensión que reciben los maestros salvadoreños genera una profunda indignación en el gremio; situación que provoca que muchos docentes se vean obligados a continuar trabajando debido a la baja cuantía de estas y a pesar de cumplir con los requisitos para jubilarse, reflexionó la representante del Frente Magisterial Salvadoreño (FMS), Idalia Zúniga.

Una pensión promedio, tras los descuentos del Seguro Social, se reduce a aproximadamente $336 mensuales, una cifra que resulta insuficiente para cubrir las necesidades básicas, especialmente considerando que muchos profesores tienen deudas pendientes.

“Entonces, eso no les alcanza para cubrir las necesidades que tienen, los compromisos, y por lo tanto se ven obligados a seguir laborando”, dijo.

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Un profesor con 30 años de servicio puede llegar a ganar $900 mensuales, pero al jubilarse, esta cifra se desploma drásticamente, alcanzando un poco más de un tercio.

Esta situación se agrava por el aumento de enfermedades crónicas entre los docentes mayores, exacerbadas por el estrés laboral y el hostigamiento generado por la presión de asesores pedagógicos y asistentes de gestión en los centros escolares, según denuncias de los gremios docentes, como el FMS y Bases Magisteriales Salvadoreños (BMS).

La falta de reconocimiento y la precariedad económica obligan a muchos a seguir trabajando, incluso con enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión.

“Ahora es más difícil con esta situación, de tener una pensión sumamente baja que no alcanza a cubrir las necesidades. Imagínese que con pagar la luz, el agua, el internet y medio comprar medicamentos, ahí se le va a terminar, ni siquiera van a tener acceso a una canasta básica. En El Salvador no ha sido valorada nuestra carrera, no ha habido dignificación magisterial. Mucho menos con este gobierno que tenemos ahorita”, lamentó.

Una docente del departamento de Ahuachapán, de quien se omite el nombre, relató que le faltan cinco años para cumplir el tiempo de jubilación.

Sin embargo, no sabe si tomará la decisión de gestionar su retiro porque prevé que la pensión que recibiría no le alcanzará para cubrir los gastos de los estudios superiores de sus dos hijos.

Uno de ellos comenzará el nivel universitario en el 2026 y el otro dentro de cinco años.

“Si mis hijos están estudiando no creo que me jubile por la baja pensión”, analizó.

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Otros países

La comparación con otros países, como Costa Rica, donde un director gana un sobresueldo de $3,000, resalta la desigualdad, de acuerdo a la representante del FMS.

En El Salvador, un director apenas percibe $370 adicionales a su salario. 

Esta situación, según Zúniga, refleja la falta de dignificación de la carrera docente en El Salvador, donde, incluso, se denuncian violaciones a los derechos laborales, incluyendo amenazas y persecuciones.

La falta de reconocimiento se extiende incluso a la celebración del Día del Maestro, que a menudo se ve afectado por la imposibilidad de los docentes de tomarse un descanso, durante el día laboral, para celebrarlo. Incluso las felicitaciones oficiales llegan con retraso y tras fuertes presiones, señaló Zúniga.

Ante esta situación, el magisterio salvadoreño exige un aumento salarial, mejoras en la atención de salud (incluyendo acceso a médicos especialistas y medicamentos), el cese de la represión y la persecución por parte del Ministerio de Educación, y la reinstalación de los maestros despedidos.  

La falta de datos precisos sobre cuántos maestros cumplen los requisitos para jubilarse pero continúan trabajando debido a la baja pensión, se atribuye a que el gobierno actual mantiene esta información bajo reserva, a diferencia de administraciones anteriores.