Alumnos reciben clases en terreno declarado inhabitable desde 2019
Aulas improvisadas en iglesias, patios y mercados son ahora la realidad de cientos de niños, luego del incumplimiento de una constructora seleccionada por la DOM. Lo que comenzó como un ambicioso plan de reconstrucción, hoy es un conjunto de obras paralizadas.
"La situación aquí es un tanto extrema. Se ha verificado que una buena parte de la escuela se está prácticamente hundiendo y el riesgo que tienen los niños vuelve prioritario hacer un arreglo". Esas fueron las palabras en 2019 de la exministra de educación, Carla Hananía, tras encontrar un hundimiento en el terreno del Centro Escolar Esteban Castro, en San Vicente, causado por filtraciones de agua. La conclusión desde aquel momento fue que el terreno donde recibían clases los niños era inhabitable.
Seis años después, los alumnos reciben clases en el mismo terreno. La razón: Avalon, la empresa constructora a la que la Dirección de Obras Públicas Municipales (DOM) le dio el contrato para hacer la nueva escuela, incumplió los plazos de las obras, de la misma manera que lo hizo en otros seis centros escolares del país, no sin antes recibir alrededor de 8.5 millones de dólares de adelanto.
Al acercarse a la zona de la construcción, al inicio de la calle principal de Santo Domingo, San Vicente, se observa a través de una lámina desgastada, un par de muros levantados, maquinaria abandonada, grava en distintas partes del suelo, pero ni una sola persona trabajando en el lugar.

Los maestros del Centro Escolar Esteban Castro se alegraron cuando la DOM les anunció que ese centro fue seleccionado para formar parte del programa "Dos escuelas por día", ya que tendrían un lugar digno donde impartir clases a los niños. Solamente tendrían que esperar 330 días para tener una infraestructura reforzada, con techos con aislamiento termoacústico, un nuevo sistema eléctrico y sanitarios, además de laboratorios, una biblioteca y salones de usos múltiples. Pero eso no pasó.
La construcción de la nueva escuela comenzó el 23 de diciembre de 2023, incluso antes del anuncio de "Dos escuelas por día". Pero hasta la fecha han pasado 570 días, casi el doble del tiempo estipulado, y los alumnos reciben clases en una galera.
La DOM alquiló una casa particular para que los estudiantes pudieran seguir recibiendo clases, pero debido a la cantidad de alumnos (320), el lugar no cumplió con las medidas necesarias. El calor del mediodía encerrado dentro de cada habitación, los ruidos externos de autos pasando, música a todo volumen y personas platicando, hacían que los alumnos no se pudieran concentrar y dificultaba aún más la enseñanza. Al no tener opción para alquilar otro espacio, optaron por regresar al antiguo centro escolar que estaba en desuso.

En 2019, el entonces director de la escuela, Joel García, le expuso a La Prensa Gráfica que en ese momento ya habían pasado 10 años desde que se definió como "punto rojo" parte del terreno. A pesar de esto, los maestros y padres de familia han tomado la decisión de regresar, al no tener conocimiento de cómo se lleva el proyecto de reconstrucción.
"A nosotros no nos dicen nada, ni siquiera le permiten a los maestros o al director acercarse a la zona donde están haciendo la nueva escuela. No tenemos otra opción que enviarlos ahí; si no significa que perderían sus clases y el año escolar", comentó una madre de familia.

Avalon, la constructora que dejó a medias la obra, es una empresa recién establecida en El Salvador. Fue constituida por dos políticos guatemaltecos vinculados a un partido cuyo líder fue condenado por narcotráfico. Apenas dos meses después de registrarse en el país, empezó a ganar contratos con el Gobierno salvadoreño. Actualmente más de 100 trabajadores están denunciando impagos. (Nota en página 4)
La DOM, una institución presidida por Claudia Juana Rodríguez, la exdesignada presidencial, no ha dicho nada sobre los incumplimientos documentados por este periódico.
Los padres de familia con los que El Diario de Hoy logró conversar comentaron que esperan tener una pronta respuesta de las autoridades, ya que el riesgo aumenta cada día que pasa.
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Una "cora" por día
Una calle recién pavimentada da la bienvenida a la vereda que conduce al cantón El Pezote, en El Congo, Santa Ana. El paso del tiempo y la lluvia de las últimas semanas han corroído unas vigas color café. La reconstrucción del centro escolar de este lugar, a cargo de Avalon, también quedó a medias.
Debido a la demolición de la anterior infraestructura, los 259 alumnos del centro escolar del cantón El Pezote, en El Congo, Santa Ana, se han tenido que trasladar a una casa particular donde reciben clases desde parvularia hasta noveno grado.
El Diario de Hoy logró platicar con múltiples madres de familia que han visto cómo el retraso de más de un año en la reconstrucción de la escuela, los ha afectado de distintas maneras, principalmente económicamente.
La casa particular que se está usando para impartir las clases queda fuera del cantón, así que los estudiantes tienen que transportarse en camiones a diario para poder ir a estudiar, lo cual implica un costo. "No podemos seguir así, no alcanza. Los niños la mayoría solo llevan una cora ($0.25) a la escuela porque no alcanza para más", comentó una mamá.
Algo similar pasa en Sonsonate. La situación en el cantón Cuntán, en Izalco, se agrava con cada día que pasa, ya que la construcción de la escuela está aún más atrasada. Según un nuevo ingeniero que llegó a verificar la obra, Avalon solamente derribó los muros de la anterior estructura y abandonó el lugar, así que todo el trabajo duro les tocará a la nueva empresa que asumirá la construcción.

Como en las otras seis escuelas, la DOM alquiló un espacio, pero también optó por viviendas particulares para que los alumnos puedan recibir sus clases, pero al no ser lugares aptos, los padres han tenido que buscar alternativas.
Los 559 estudiantes del Centro Escolar Cantón Cuntán han tenido que ser divididos en tres lugares: dos casas particulares y el patio de la iglesia católica del lugar. Según los estudiantes, ellos prefieren recibir clases en la parroquia, ya que es un lugar abierto y aunque hay polvo, lo prefieren a estar encerrados cuando el calor es insoportable.
Uno de los profesores del cantón Cuntán comentó que el espacio en la Iglesia se dio gracias a que los padres fueron a la parroquia en busca de ayuda, debido a que la mayoría de los menores se enferman con frecuencia, ya que les afecta estar en un espacio de alrededor de tres metros cuadrados.
"Si uno de los niños se enferma de gripe o de alguna alergia, los demás también lo hacen", expresó otra madre de familia.
La situación se repite en el centro escolar Sabana San Juan Abajo, en Nahuizalco. En el terreno no se ven muros, solamente un gran terreno al aire libre y una retroexcavadora detenida. Algunos empleados de la DOM recorren el lugar intentando ver con qué materiales cuentan. Ellos comentaron que llevaban pocos días en el lugar.
A pocos metros, la DOM construyó una escuela provisional con muros prefabricados y láminas hace alrededor de tres meses, según personas de los alrededores del cantón Sabana San Juan Abajo. Esto debido a que la iglesia católica donde los estudiantes estaban recibiendo sus clases no daba abasto para recibir a sus estudiantes.
El desafío ha sido mayor para los más de mil estudiantes del Centro Educativo Cristóbal Colón, en Nahulingo, Sonsonate. Han tenido que dividirse hasta en cuatro lugares para poder abarcar los distintos niveles educativos, desde parvularia hasta bachillerato.

Según una estudiante de esta institución, ella está pensando en desistir de estudiar, ya que son muchas las dificultades que se le presentan para asistir a clases. Ni ella ni sus compañeros se sienten bien al estar ajustados al espacio, con el ruido de vehículos y el calor generado por la infraestructura improvisada.
Estas siete escuelas son visitadas en ocasiones por personal de la DOM, pero según los lugareños, ellos solo llegan a hacer acto de presencia, ya que no se escucha que realicen algún tipo de trabajo.
Esto causa preocupación, ya que los siete proyectos llevan más de un año de retraso en su entrega final. Según los rótulos colocados por la DOM afuera de cada uno de los centros escolares, debían de haber sido entregados luego de 250, 280, hasta 330 días, pero hasta la fecha, algunos no llevan más del 30% de avance.
La precariedad se repite
Ha sido tal la demora, que en el centro escolar Morelia, en La Paz, los antiguos trabajadores antes de ser despedidos taparon con plásticos las estructuras para intentar que estas no se oxidaran. Hasta la fecha, estas continúan envueltas. Los estudiantes están repartidos entre casas alquiladas por la DOM y la iglesia del lugar, pero según familiares de los menores de edad, los dueños de los locales están pidiendo que pronto regresen a la institución, ya que no se ha hecho efectivo el pago de los locales.
Una alternativa que ha tomado el centro educativo San Cristóbal, en Cuscatlán, es hacer uso del espacio público del parque central, adecuando con láminas, sabanas y cortinas la cancha del lugar para poder dar clases a los estudiantes desde parvularia hasta noveno grado y en un espacio contiguo, donde antes funcionaba un mercadito, se ha adecuado para que los estudiantes de bachillerato reciban su formación.
Esta opción fue algo momentánea, para mientras se cumplía el plazo de los 295 días que prometió la DOM para entregar la escuela ya remodelada, no pensaron que el tiempo pasaría, pero no los avances.
Actualmente, según una maestra del lugar, la mayoría de personas se ha contagiado de una alergia en la piel, que da comezón y un ardor que hace que se ponga la piel roja, además que al estar al aire libre, las palomas entran y defecan, haciendo insalubre el espacio para los más pequeños.

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