Sergio Pérez muestra las huellas de la operación que le hicieron para salvarle la vida. Los médicos le diagnosticaron una perforación en el intestino tras las patadas del agente policial. Foto EDH/Emerson Del Cid La delegación de la Policía Nacional Civil en Valle Verde 3, de donde salieron los agentes junto al sargento molesto por no poder descansar por el ruido que hacían lo jugadores de fútbol, queda a 70 metros de la cancha de baloncesto donde ocurrió la golpiza. Foto EDH/Emerson Del Cid La cancha en la urbanización Valle Verde 3 donde Sergio Peréz fue vapuleado frente a sus hijos, por el sargento de la PNC Noé Holtenio Pérez Azucena. Foto EDH/Emerson Del Cid Sergio Pérez decidió denunciar este caso de violencia policial porque no quiere que el delito quede en la impunidad, a pesar que teme por la seguridad de su familia. Foto EDH/Emerson Del Cid Pérez relata que, durante la inspección, él dijo a los oficiales que solo estaban jugando, a lo cual el sargento le respondió gritándole insultos. Foto EDH/Emerson Del Cid El oficial argumentó que estaban haciendo mucho ruido y no lo dejaban descansar, a lo cual Pérez respondió preguntándole que si había algún horario para jugar. Y fue eso lo que habría desencadenado la ira del agente, tanto así que empezó a golpearlos a todos, a los menores y adultos, con patadas y su macana. Foto EDH/Emerson Del Cid Entre las 11:00 y 11:30 aparecieron tres miembros de la policía, entre ellos el Sargento N. Pérez Azucena, quienes les ordenaron que se formaran en fila hincados para inspeccionarlos. "Un policía de ellos llevaba el arma de fuera, iban apuntándonos y que nos hincáramos todos, que nos harían una revisión y que cuál era el desorden que teníamos", cuenta. Foto EDH/Emerson Del Cid La situación empeoró más para Pérez cuando le pidió al sargento que no golpeara a sus hijos. "¡Entonces vos sos el que está haciendo el desorden porque vos sos el mayor de edad!", le habría dicho el sargento. "De ahí me separó de ellos porque me dijo que iba a arreglar conmigo, me alejó unos tres metros y empezó a golpearme en el abdomen nuevamente", relata Pérez, quien ahora debe tomar medicinas para sobrellevar la golpiza. Foto EDH/Emerson Del Cid "A los segundos me empecé a quedar sin aire, me sentía mal y le dije que si me podía acostar porque ya no aguantaba estar hincado". A lo que el sargento - dice - le respondió: "¡Vos fingiendo estás! Seguramente estás intoxicado, fumado o inhalando otras cosas". Y continúo amenazándole de que se lo llevaría preso por desórdenes y agrupaciones ilícitas. Foto EDH/Emerson Del Cid Pérez no ha notado ningún tipo de acoso policial por haber denunciado al sargento, pero asegura que está preocupado por su familia. Foto EDH/Emerson Del Cid
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