Fueron al menos ocho soldados los que asaltaron siete casas de la comunidad Amando López para capturar a ocho menores. Foto EDH/ Jessica Orellana A todos los menores los levantaron de la cama donde dormían y les dijeron que “los tenían que acompañar”. Cuando los padres preguntaron por qué se los llevaban, los soldados no respondieron. Los subieron a un pick up gris y se los llevaron para un puesto militar en la Península de San Juan del Gozo, a poca distancia de la comunidad Amando López. Foto EDH/ Jessica Orellana Algunos padres lograron suplicarle a los soldados que no fueran a golpear a sus hijos, que no eran pandilleros. Excepto con uno de los ocho menores, al resto no los golpearon durante las capturas, pero la situación cambió, relatan algunos menores, cuando fueron llevados al puesto militar de la Fuerza Naval. Foto EDH/ Jessica Orellana Algunos fueron golpeados y, según una experta en derechos humanos, los tratos recibidos constituyen tortura. Foto EDH/ Jessica Orellana Los soldados irrumpieron en las viviendas sin tener orden judicial de allanamiento y menos de arresto contra quienes eran sus objetivos: menores entre 14 y 17 años que días antes habían representado una obra de teatro en ocasión del Día de la Resistencia, llamado antiguamente Día de la Raza. Foto EDH/ Jessica Orellana De acuerdo con familiares de los menores, en el puesto policial de El Zamorán, algunos policías comentaron que “los cipotes no tenían nada (ningún delito), que no les habían encontrado” y que los soldados los habían capturado porque les habían caído mal. Foto EDH/ Jessica Orellana Hasta entonces, los menores detenidos pudieron descansar un poco y sentir que no estaban solos, ya que sus familiares llegaron a ese puesto policial a pedir exigir información sobre qué delitos les iban a imputar a los jóvenes. Foto EDH/ Jessica Orellana Horas después fueron trasladados del puesto militar hacia el puesto policial del cantón El Zamorán, donde permanecieron largo rato de pie, hasta que un policía los vio y les dijo: “Muchachos, relájense, siéntense”. Foto EDH/ Jessica Orellana Otros menores relataron que los militares con los puños cerrados les presionaban la espalda y costillas, haciendo fuerza para lastimarlos con los nudillos mientras les exigían que les dijeran quién les vendía la marihuana o quiénes eran los pandilleros de la comunidad. Foto EDH/ Jessica Orellana Allí fueron obligados a permanecer de pie, con las piernas separadas y con las manos en la nuca, por un lapso de entre 60 y 90 minutos. Luego fueron obligados a entrelazar sus brazos y formar una fila para hacer flexiones que los menores mencionan como sentadillas. Foto EDH/ Jessica Orellana
Familiares de menores: "Los capturaron porque les habían caído mal a los militares"
Ocho menores de edad fueron capturados arbitrariamente, denunció la familia. La Fiscalía General de la República (FGR) ordenó su libertad en menos de 24 horas.