Una definición general pero a la vez acertada sobre el death metal es que es un subgénero del heavy metal, pero lo más interesante es que se encuentra entre los más duros y pesados en su rama. En El Salvador es una de las corrientes musicales menos comprendidas, especialmente por aquellos que no se sienten identificados con estos géneros.
A pesar de ello, el país se ha consolidado como un fuerte exponente de esta música; el mayor ejemplo de esta afirmación es la creación del Death Fest.
Este evento ha sido organizado por la mismas bandas, quienes con su propio esfuerzo han logrado construir este conciertazo que se llevará a cabo este sábado 19 de junio. Sobre el escenario tocarán Maldek, Ipsofacto, KAB’RAKAN, Invocation of Death, Inhuman, Dawn of a Soul, Conflicto y Tabú.
El integrante de KAB’RAKAN, Carlos Álvarez, dio detalles de este toque que ha reunido todas las piezas para crear un show dirigido a los amantes y conocedores del death metal.
"Le estamos apostando a lo que tocamos, a lo que nos gusta, a lo que creemos. Para algunos de nosotros la banda es un proyecto de vida. Esa es nuestra motivación y lo que nos hizo comenzar todo esto", señaló.
Añadió que sin tener presupuesto ni planes sólidos se lanzaron a dar vida al proyecto que "nos gustara a nosotros como músicos, algo sin intermediarios, sin banalidades". Recordó que hasta la primera edición de 2019, no existía antes un encuentro musical dedicado a esta “expresión artística”.
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"Nosotros somos músicos. Al final lo que buscamos es hacer las cosas como a nosotros nos gusta (...) Teniendo esas ideas claras comenzamos con las convocatorias y así poco a poco fue agarrando forma esto", sostuvo.
Debido a la pandemia no se logró organizar la edición 2020, pero ahora, tomando las medidas de bioseguridad, ven justo y necesario realizar este espectáculo.
Son ocho las bandas que participarán en el concierto del sábado, pero esta unión y toda la planificación no surgió de la noche a la mañana, cada detalle fue abordado con dedicación para lograr que finalmente se materializara.
“Se hizo una convocatoria por medio de redes sociales, bajo los requisitos de tocar death metal o afines, contar con material propio y grabado (ya sea demo, sencillo, etc.), estar activos y, quizás el principal requisito, comprometerse de lleno con el evento”, señaló Álvarez.
Desde el principio "se nos hizo ver que es un evento de carácter colectivo. Los que estamos es porque realmente nos nace, nos sentimos parte de dicha actividad", agregó Efraín, de Maldek.
Por su parte, Lizandro, del grupo Tabú, sostuvo que “muchos venimos desde el festival anterior, todos hemos buscado permanecer en este aportando de manera igualitaria para que resulte lo mejor posible. Y así será".
Otra de las características interesantes del Death Fest es que es un festival itinerante y de carácter colaborativo: “Existen diferentes niveles de intervención y responsabilidades, pero al final los resultados surgen del trabajo colectivo”, manifestó Álvarez.
Además, sostuvo que ser itinerantes les permite "hacer un sondeo de cómo está la escena". Para lograr esto, ocuparon una metodología sencilla y eficaz, antes de montar el evento final se llevaron a cabo cuatro shows previos que fueron llamados "La ruta de la muerte"; estos se llevaron a cabo en diferentes puntos del país.
"El recibimiento fue brutal, pudimos constatar de primera mano que la escena death metal está bastante fuerte en el país", agregó.
¿El objetivo principal de este concierto? Álvarez respondió: “Creemos que debemos crecer, que bandas y público se merecen algo digno, algo más grande, salir del típico toque mal organizado y con producción pírrica. En ese sentido, buscamos hacer crecer la escena death metal, queremos darle el nivel que merece. Dar un salto cuántico de calidad para mejorar las producciones de eventos con bandas locales, pero desde la perspectiva del artista", detalló el miembro de KAB’RAKAN.
Lizandro remató: "Que los amantes y seguidores del género, como parte protagónica del evento, también hagamos crecer este movimiento".
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Ser independientes les ha dado ventajas de hacer las cosas como les gusta, dándole énfasis al valor insuperable que posee la música y a que todos los involucrados se sientan parte de un mismo movimiento.
Autosuficientes
Para cumplir con cada una de las metas del Death Fest y que cada detalle cumpla con los estándares establecidos por ellos mismos, los organizadores repartieron tareas de manera individual y por igual. Los músicos son los encargados de la venta de boletos, de promover el espectáculo, de organizar cada pormenor y hacer una inversión equitativa y transparente.
Todo se ha logrado a cabalidad. "Cada banda se ha estado preparando para dar lo mejor en los eventos de la ruta y en el de cierre. Es importante mencionar que en el caso de la zona oriental recibimos apoyo de Arerbac Prod, una productora de eventos", explicó Álvarez.
Por su parte Iosif, de Invocation of Death, indicó que cada conjunto se encargó de su trabajo, incluyendo "propaganda en medios y redes sociales, así como los ensayos para dar una buena presentación”.
"Es tiempo de crecer. La motivación real es que las bandas podamos exponer nuestro arte de manera digna. El festival aporta unidad a la escena death metal, de eso se trata", manifestó Álvarez.
"No existe tanta parafernalia", son las palabras que se repiten alrededor del Death Fest, lejos de minorizar deja claro que la protagonista es la de siempre, pero esta vez enaltecida en su máxima potencia: la música.
"En esta expresión artística el público son personas amantes de la música extrema. ¡Es como una gran fiesta, pero con metal muerto!", agregó el integrante de KAB’RAKAN y lo confirmó su colega Iosif.
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¿Qué declaración quieren dar como músicos a través del Death Fest?
"Creo que las cosas que se hacen con verdadera convicción son reales, originales, se sostendrán en el tiempo y se mantendrá ante las adversidades. Esta música tiene mucho sentimiento, tiene alma y, a pesar de ser minoría, se ha mantenido viva la llama del metal extremo, particularmente del death metal", manifestó Carlos Álvarez.
Con el nivel que quieren alcanzar a través del festival quieren dejar clara una idea, que en el país sí hay un alto nivel musical, no solo en el género death metal, también en sonidos hermanos.
La meta es seguir creciendo junto a este concierto anual, el cual busca convertirse en un entorno en el que se logre evolucionar en todos los aspectos.
"Las bandas death metal tenemos un público bastante fiel, tenemos que darles algo digno, ¡algo con lo que no paren de mover sus put*** cabezas!", concluyó Álvarez.
El Death Fest es este sábado 19 de junio, a las 2:00 p.m. en Bar Medieval de Paseo El Carmen. Las entradas tienen un valor de $12 y el día del evento de $16. Están a la venta en Bar Medieval, Hades Metal Bar, Búhos Pizza y a través de las bandas participantes.