Joven bailarina salvadoreña brilla con su talento a nivel nacional e internacional

A pocos días de cumplir 18 años, Carmen Rodríguez posee infinidad de galardones, el más reciente culmina una etapa para esta artista, quien ahora se forjará como maestra y coreógrafa.

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Carmen Rodríguez cada vez gana más terreno en el baile. / Foto Por cortesía Carmen Rodríguez

Por Elis Silva

2021-06-09 9:46:02

Carmen María Rodríguez es una joven salvadoreña que desde temprana edad busca comerse el mundo a través de sus talentos, uno de ellos es el baile. En esta rama ha logrado brillar constantemente, se ha fijado una meta que logrará cumplir con esfuerzo y disciplina.

Las primeras palabras de su currículo hablan un poco sobre su perspectiva de vida: "Desde pequeña he puesto los valores como guía principal de mi vida. Con ellos he aprendido a ir por la vida un paso a la vez (...) en mi opinión nadie es más o menos, todos somos perfectos, pero cada quien a su manera".

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Pero lo que definitivamente la impulsa es su madre y el bagaje artístico que posee, ella es hija del artista salvadoreño Wilfredo España, líder de grupo La Máquina; por lo tanto hermana de la cantante y locutora Teffy España.

Postales de su última competencia. Foto: cortesía Carmen Rodríguez

Pero ella ha logrado destacar por méritos propios, en el área estudiantil año tras año destaca con excelencia académica, habla tres idiomas y posee una larga lista de galardones desde 2012. Ha destacado como bailarina en los certámenes de Vivra Studio, en el Sheer Elite Competition de Costa Rica y ha ganado varios trofeos DanceXpert, solo por mencionar algunos.

A pocos días de cumplir 18, Rodríguez festeja con un nuevo logro, lo obtuvo en la competencia DanceXpert el pasado mayo. En una entrevista con elsalvador.com, la joven destacada habló sobre este premio y otros detalles de su vida personal y profesional.

"El premio se llama DanceXpert y se refiere al mejor puntaje que puede recibir una coreografía; y ahí mismo, gané el premio a la Mejor coreografía de mi categoría. La coreografía con la que participé la monté yo misma y se la dediqué a mi hermana menor", explicó la bailarina.

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"Mostrar una coreografía hecha por ti misma es muy diferente a mostrar una en la que solo bailaste lo que tu maestro ha montado para ti, es muy diferente. Se busca la aprobación de los que más admiras y respetas, se vuelve algo muy personal. Es como exponer tu corazón al desnudo, volverte vulnerable y mostrarte tal y como tú eres", señaló.

El esfuerzo de esta chica no solo brota en los escenarios, a nivel académico también destaca. Solo algunos saben muy bien cómo tener un equilibrio entre varias pasiones, y a su edad lo ha logrado de manera brillante.

Rodríguez baila desde los 3 años de edad. Foto: cortesía Carmen Rodríguez

"Considero que es super importante combinar estudios con baile, pero así mismo es difícil. Este último año ha sido el más complicado, ya que es de mis últimos años en la escuela y la carga escolar ha aumentado. Las horas de estudio ahora son en la noche y madrugada, y pues quiera admitir o no, mi cuerpo ha llegado a límites extremos al querer estar en todo y querer resaltar en la escuela y en la danza", manifestó la también deportista.

Como muchos artistas, ella asegura que la familia forma parte importante dentro de su desarrollo. Señaló que su mamá es su admiradora número uno: "Creo firmemente que ella es la razón por la cual he logrado salir bien en la escuela y al mismo tiempo cumplir mis metas en la danza. A ella le dedico cada uno de mis triunfos".

Solo un bailarín o bailarina sabe muy bien qué lo mueve a dedicarse de lleno a este arte tan demandante y bello a la vez.

"Realmente mi interés por los escenarios inició desde de mi primera competencia en Costa Rica. Era mi primera vez como bailarina principal en una coreografía y me emocionaba mucho. En las presentaciones de antes solo sonreía como me enseñaron mis profesoras de baile, pero justamente en esa competencia fue cuando descubrí que hay más que eso", detalló.

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Añadió: "Me di cuenta cómo mi amor por el baile no solo viene por poder moverme libremente, sino por poder expresar mis verdaderas emociones. Desde esa competencia, me esfuerzo cada día más por transmitir algo y hacer que el público entienda y sienta lo que yo siento al bailar: pasión y emoción".

Arte en las venas

Para Carmen los escenarios son su hogar, no solo por los años que lleva sobre ellos, sino también por su padre, el reconocido líder del grupo tropical La Máquina.

"Me siento afortunada de ser parte de una familia de artistas y deportistas. En la familia de mi papá (Rodríguez España) todos son artistas musicales, al rezar cantamos una oración y se siente verdaderamente mágico poder sentirse tan unido a tu familia por un interés que tienen en común", comentó.

En su última competencia ella creó su propia coreografía. Foto: Carmen Rodríguez

El lado materno también influyó en su ADN: "Por el lado de mi mamá (Vergara), mi abuelo cantaba y también hay deportistas, incluyendo mi mamá que fue gimnasta y mi hermana menor que es cinta negra de karate. En mi familia nos apoyamos en todo lo que hacemos, desde cada sueño hasta cada triunfo, y nos damos la mano y un fuerte abrazo cuando fallamos. Pienso que esa es la clave de todo, el apoyo de la familia y amigos, también el interés que nos une como familia y el inmenso amor que nos hace crecer".

Pero su interés en el baile no nació hace un par de años, esta atracción surgió cuando apenas tenía tres, ella todavía recuerda su primera clase, desde entonces fijó su mirada en el baile.

"En Vivra Studio, donde yo aprendí a bailar, hay muchos grupos de alumnas, desde pequeñitas hasta grandes. El momento que yo recuerdo que fue esencial para mi crecimiento como bailarina fue en un ensayo general con todos los grupos del estudio. Con mis amigas estábamos sentadas viendo cómo las más grandes bailaban y me acuerdo precisamente haber dicho "quiero bailar algún día así y en ese grupo"", sostuvo.

Para cumplir su sueño se ha sometido a un entrenamiento fuerte y constante, ahí se ha mantenido durante 15 años, en los cuales ha cosechado muchos triunfos.

"Recuerdo cada espectáculo, cada presentación, cada obra y por supuesto cada profesora que me ha impulsado a seguir adelante. Ahora que soy maestra, puedo reconocer lo retador que es este trabajo; me doy cuenta de que no es fácil guiar a bailarinas principiantes y causar un verdadero impacto en sus vidas sin ser la mala y estricta de la historia", expresó.

A pesar de su corta edad, recuerda varios momentos importantes, esos que cambian la vida de cualquier persona.

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"Cuando fui a un concurso en Las Vegas (2018), fue una muy importante para mí porque fui la única de mi academia que fue a esa competencia. En ese momento los únicos que me apoyaron fueron mi papá, mi mamá y mis hermanas", relató.

Agregó: "Al estar ya en la competencia, sin ninguna de mis amigas ni maestras, me di cuenta de que el miedo a ser distinto y tener oportunidades diferentes a las demás no tiene que ser necesariamente algo negativo ni mucho menos una razón por la cual no hacerlo. Todo lo contrario, puede ser una muestra de mis habilidades e impulso para hacerlo mejor".

A sus 17 años ha encontrado la manera de transmitir sus emociones a través de sus coreografías, uno de estos instantes también marcó de por vida a esta chica.

"Convertí un problema familiar en una coreografía con el objetivo de dar a conocer lo que yo sentía en ese momento. Me cuesta mucho expresar con palabras lo que siento, pero al montar mi propia coreografía logré sin pesarlo dos veces reflejar justamente lo que pensaba y sentía", reveló.

Destaca en el baile y también en el área académica. Foto: cortesía Carmen Rodríguez

"Lo importante es que, a través de cada experiencia, he aprendido que el espejo sí refleja lo que tus ojos ven, pero no refleja como te quieres ver. Esta visión o esta perspectiva de ti misma, uno mismo la crea escogiendo cuáles experiencias dejas que te marquen tu vida y cuáles pasan de largo", concluyó.

Sobre sus proyectos, comentó que este año se enfocará en la escuela, ya que es su último año; desea perfeccionar sus coreografías y además viajar a la lejana África.

"Hace algunos años despertó mi interés en las danzas africanas y viajando, si Dios me lo permite, me va a dar la oportunidad de aprender nuevos estilos de baile", señaló, también quiere agregar los bailes de salón a su currículo y "expandir mis conocimientos en el área de la danza y convertirme en una bailarina integral para prepararme para el futuro dentro de esta carrera".

Con su experiencia a cuestas, también tiene un mensaje para aquellos que recién van comenzado una carrera artística o que se encuentran luchando para destacar en su rama: "La verdadera trayectoria empieza cuando uno como artista acepta tanto el triunfo como el fracaso, y no esperes vencer los nervios y el miedo, si no triunfar a pesar de eso. Los nervios y el miedo te hacen actuar de una manera más consciente, pero la verdadera influencia que estos tienen la decide cada artista", expresó.

Y concluyó: "No tengan miedo de que sus capacidades sean diferentes a las de los demás. A lo largo de mi vida como bailarina me costó aprender esto, pero logré darme cuenta de que cada artista tiene su propio talento y eso mismo lo hace único y más interesante. No busquen ser iguales o mejores que los demás, busquen superarse a sí mismos y ser los mejores en algo que los haga únicos, sin miedo a ser diferentes. La palabra "mejor" tiene mayor importancia cuando se habla de superarse a uno mismo".