El próximo martes 6 de mayo a las 5:30 p.m., La Casona del Centro Comercial Galerías será el escenario de un homenaje especial a dos grandes exponentes del arte salvadoreño: el maestro de artes visuales Antonio Lara y el maestro de danza Mauricio Bonilla. La exposición colectiva contará con obras de artistas como Isabel de Balaguer, Carlos Balaguer, Antonio Umaña y William Argueta, y busca reconocer la trayectoria y el legado de estos dos referentes culturales.
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En el marco del homenaje que recibirá, el maestro Mauricio Bonilla brindó una entrevista a este medio de comunicación, en la que compartió detalles sobre su trayectoria, los desafíos que ha enfrentado como artista en El Salvador y su visión sobre el presente y futuro de la danza en el país. Sus palabras reflejan no solo una vida dedicada al arte, sino también un profundo compromiso con la formación de nuevas generaciones.

El origen de una pasión
Desde temprana edad, Mauricio Bonilla sintió una profunda conexión con la danza. En sus propias palabras: "Desde pequeño me encantó muchísimo la danza... bailaba frente a un espejo de mi casa, pero era de una forma sistemática". Su incursión formal en el mundo de la danza comenzó con el ballet folklórico del Instituto Salvadoreño de Turismo, influenciado por su hermana y amistades cercanas.
Posteriormente, conoció a la maestra argentina Alcira Alonso, quien se convirtió en una figura clave en su formación profesional: "Ahí comenzó mi carrera dancística de una forma profesional... ya con métodos de danza como el Royal Academy de Londres y muchas técnicas más", señaló el bailarín.

A lo largo de su carrera, Bonilla ha explorado diversos géneros de danza, siempre manteniendo el ballet clásico como base principal. Ha incursionado en danzas folklóricas tanto salvadoreñas como internacionales, y ha experimentado con métodos de danza contemporánea en países como Cuba, Francia y España.
Además, ha participado en producciones de teatro musical, lo que le ha permitido adquirir una conciencia artística más amplia: "He experimentado muchos métodos como el cubano, el Royal Academy y otros más en danza clásica... en danza contemporánea también he tenido la oportunidad de tomar clases con maestros en Cuba, en Francia, en España", recalcó Bonilla.
Desafíos de una trayectoria
En los años 80, Bonilla fundó el Ballet Teatro Mauricio Bonilla, una compañía que fusiona la danza con el teatro musical. Esta iniciativa surgió junto a destacados artistas como Flor Alvergue, Alfredo Rivera y Carmen Sequeira, entre otros. La compañía ha sido apadrinada por Alcira Alonso y ha contado con la colaboración de artistas de Guatemala: "Decidimos decir 'hagamos lo que es el teatro musical, el ballet teatro'... y en ese momento nos apadrinó también Alcira Alonso", relató el salvadoreño.

Ser artista en El Salvador ha implicado enfrentar diversos desafíos, desde estigmas sociales hasta limitaciones económicas. Bonilla recuerda: "Fue un poco más difícil romper esquemas... vivíamos realmente en un país un poco cuadrado de mentalidad", y agregó otro gran desafío: "No tener el dinero para poder hacer producciones gigantescas fue algo que tuvimos que superar".
Además, ha enfrentado problemas de salud, incluyendo una hemorragia esofágica que casi le cuesta la vida. Sin embargo, su amor por la danza y el apoyo de su entorno le han permitido recuperarse: "Tuve una hemorragia esofágica... pero Dios me tiene todavía con vida y en abundancia", reflexionó el gestor cultural.
Danza como símbolo de vida
Para Bonilla, la danza es más que una profesión; es su razón de ser: "La danza es mi vida... vino a llenar muchos vacíos que yo en el camino había encontrado", dijo con sentimiento. Su compromiso con el arte lo ha llevado a continuar enseñando y promoviendo la danza en el país, incluso después de considerar el retiro como bailarín: "En un momento pensé en retirarme y, de hecho, lo hice como bailarín, pero no como coreógrafo y maestro", contó Bonilla en 2023 a “Diario El Salvador”.

Bonilla observa con preocupación la falta de formación técnica en algunos bailarines actuales: "Hay muchos pseudo bailarines... que no se preparan, que no reciben técnica", señaló Bonilla sobre la realidad de la danza en El Salvador. Sin embargo, mantiene la esperanza y alienta a las nuevas generaciones a buscar formación profesional: "Lo mejor que debería hacer la juventud es acercarse a la experiencia... habemos muchos maestros que nos podemos prestar para ayudar", invitó el icono de la danza nacional.
Homenaje de una leyenda
El reconocimiento que recibirá en La Casona representa para Bonilla un compromiso con la sociedad y con la danza: "Recibir un homenaje es realmente un compromiso para la sociedad... por todo un esfuerzo, por toda una trayectoria, por todo un trabajo, por todo un legado que uno ha dejado en el país". Este homenaje no solo celebra su trayectoria, sino que también destaca su papel como formador de nuevas generaciones y su contribución al arte salvadoreño.
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A lo largo de más de cuatro décadas, Bonilla ha representado a El Salvador en certámenes internacionales y ha sido formador de generaciones de bailarines que hoy continúan su legado. Su trabajo demuestra que la danza no solo es expresión artística, sino también una fuerza para el desarrollo humano, la inclusión y la superación. El homenaje que recibirá el 6 de mayo es un merecido reconocimiento a su dedicación, pasión y contribución al arte y la cultura de El Salvador.
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