Salvadoreña Gisela Estrada triunfa en premios a lo mejor del teatro en Washington
La diseñadora de escenografías, Gisela Estrada, se alzó con el premio Helen Hayes a lo mejor del teatro, en Washington DC, por su trabajo en la producción "Covenant"
Desde su llegada a Washington D.C., la arquitecta y diseñadora escénica salvadoreña Gisela Estrada ha forjado un camino brillante y vertiginoso en la escena teatral estadounidense.
Su más reciente logro: el codiciado premio Helen Hayes a la Excelencia en Diseño Escenográfico por su trabajo en la producción "Covenant", del dramaturgo York Walker, presentada en Theatre Alliance.
Con este galardón, Estrada no solo inscribe su nombre entre lo mejor del teatro en la capital estadounidense, sino que también se convierte en un referente de talento latino en una de las vitrinas más exigentes de las artes escénicas.
“¡Ahhhhhhh! ¡Todavía no puedo creer que acabo de ganar un premio Helen Hayes!”, exclamó Estrada en su cuenta de Instagram, visiblemente emocionada. “Estoy orgullosa de representar a las mujeres latinas en la industria del arte y el teatro. ¡Hemos venido a este país para agregar valor y quedarnos!”

En entrevista vía mensajería, la compatriota relató cómo Theatre Alliance fue el primer teatro en ofrecerle una oportunidad desde que se mudó de Carolina del Norte a Washington. Esta confianza inicial cimentó una relación artística que culminó con el montaje de "Covenant", una obra intensa que mezcla temas de identidad afroamericana, misterio y elementos sobrenaturales.
“El proceso fue sumamente colaborativo”, recuerda Gisela. “Teníamos reuniones semanales con la directora Autumn Angelettie —quien actualmente dirige en Broadway— y el resto del equipo creativo: luces, sonido, vestuario. Nos sentábamos a bocetar, a imaginar juntos lo que podía ser posible”, explicó.
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Lo que hizo aún más desafiante el proyecto fue que Theatre Alliance acababa de mudarse a un nuevo local. “Teníamos una semana para armar todo el teatro desde cero y montar el set. Fue una locura, pero también una oportunidad para ser creativos con cada centímetro del espacio”.
Uno de los mayores retos fue la creación de efectos de “magia escénica” para representar un exorcismo en la obra. “Tuvimos incluso un consultor de magia. ¡Esa escena fue increíble! Y los actores se sentían muy cómodos en el escenario, lo cual también habla del éxito del diseño”, añade Estrada.

Una categoría de élite
Los Helen Hayes Awards dividen sus galardones en dos categorías principales: “Helen” para producciones emergentes, y “Hayes” para compañías más grandes y consolidadas. Gisela fue nominada y premiada en la categoría Hayes, en la que compitió con escenógrafos de alto calibre como Beowulf Boritt, diseñador de Broadway con créditos en producciones como New York, New York y Smash.
“El solo hecho de estar nominada junto a Beowulf ya era enorme para mí. Ganar… todavía me cuesta procesarlo”, admite.
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Antes de conquistar la escena teatral de Washington D.C., Estrada había trabajado en diversos proyectos artísticos y escenográficos en El Salvador, en donde ha apoyado a su mamá, la balletista Gisela Siliézar, directora artística y fundadora de la Escuela de Danza Macholah.
Tras radicarse en Washington, fue seleccionada como Kenan Fellow en el Kennedy Center, uno de los centros culturales más importantes del país, donde pasó un año inmersa en procesos creativos de alto nivel.

Actualmente, además de trabajar como diseñadora escénica freelance, forma parte de Woolly Mammoth Theater Company, gracias a la prestigiosa beca Lin-Manuel Miranda Family Fellowship.
Esta distinción, otorgada por la familia del reconocido creador de "Hamilton", la ha posicionado entre un selecto grupo de artistas emergentes con gran proyección.
“Solo somos tres fellows seleccionados en Washington D.C. Que me hayan escogido fue otro sueño hecho realidad. Y todo esto sucedió mientras me convertía en ciudadana estadounidense el año pasado. Ha sido un año y medio muy intenso y muy bendecido”, añadió Estrada.
Orgullo de madre
La noticia del triunfo de Gisela también ha llenado de orgullo a su familia en El Salvador, en particular a su madre, la reconocida bailarina.

“Estamos emocionados y agradecidos con Dios por esta oportunidad. Gisela siempre ha sido una mujer creativa, esforzada y determinada. Ya el hecho de estar nominada con diseñadores de Broadway era un logro inmenso. Ganar… es algo que nos ha emocionado profundamente como familia”, expresó Siliézar.
Y vaya que Gisela es un orgullo, y uno para El Salvador. Pues los premios Helen Hayes la hace brillar en el mapa internacional.
Los galardones fueron nombrados así en honor a la icónica actriz Helen Hayes, considerada la “Primera Dama del Teatro Americano”. Se han celebrado desde 1983 para honrar la excelencia en el teatro profesional de la región de Washington D.C., segunda solo después de Nueva York en volumen y calidad de producciones.
El proceso de selección es riguroso: unos 40 jueces voluntarios asisten a cerca de 200 producciones anuales, evaluando aspectos como actuación, dirección, diseño, dramaturgia y más. Desde hace algunos años, además, todas las categorías de actuación se evalúan de forma no binaria, destacando el compromiso de los premios con la inclusión y la diversidad.

Los premios son organizados por el Theatre Washington, entidad que representa a más de 60 compañías teatrales en la capital estadounidense y que promueve el crecimiento del sector con programas de formación, difusión y fortalecimiento institucional.
Para Estrada, este reconocimiento marca un punto de inflexión. “Este premio me motiva a seguir representando a las mujeres latinas en el arte. Me recuerda por qué hago lo que hago. Sé que muchas jóvenes en El Salvador pueden verse reflejadas en mí, y quiero que sepan que es posible llegar lejos con trabajo, pasión y colaboración”.
Más allá del trofeo, el verdadero triunfo está en la representación, la resiliencia y la creatividad que Gisela encarna. Como compatriota, su historia es testimonio de que el arte salvadoreño no solo tiene voz, sino también un lugar privilegiado en las grandes ligas del teatro mundial.
Y así, desde las bambalinas hasta los reflectores, Gisela Estrada continúa demostrando que el arte, cuando es auténtico y colaborativo, trasciende fronteras y transforma escenarios.
(Artículo elaborado con asistencia de IA)

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