El doctor en Antropología Social y Cultural salvadoreño, Ramón Rivas, define los mesones como "espacios de convivencia pasajera" o "lugares para que los viajeros y los arrieros descansaran y pernoctaran, para que las bestias cansadas y trasudadas encontraran agua, comida y se les desmontara la carga para prepararlas para su trayecto del próximo día", un espacio temporal que con el tiempo se ha transformado en "vivienda definitiva" para las familia que sobreviven en la marginalidad.
El también director del Museo Universitario de Antropología de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) describe las condiciones en que miles de salvadoreños cohabitan en esos mesones -que hace ya más de 160 años surgieron en El Salvador del siglo XIX-, en su libro "Los mesones: encrucijada de la vivienda informal y cultura de los marginados", que la UTEC publicó en 2024.
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Para René Martínez Pineda, director de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador (UES), en las páginas de dicha investigación "los lectores darán un recorrido, a pie y de la mano de Ramón Rivas, por los mesones salvadoreños. Decodificarán los recovecos del imaginario y la simplicidad compleja de la cultura (pasando del cuarto de orilla de calle al patio, a los cuartos interiores, a los lavaderos y, finalmente, al vaho escatológico de los servicios sanitarios…). No podíamos tener mejor guía".
El intelectual salvadoreño, nacionalizado holandés, dedicó parte de su tiempo a sumergirse en algunos de los mesones que laten en el corazón de San Salvador, plasmando en su libro uno de los grandes retos en material social en el siglo XXI, el de la vivienda digna. Una crisis que en lugar de mermar en el país, aumenta.

Sin embargo, esos mesones no siempre fueron sinónimo de marginalidad y pobreza, no siempre fueron habitados por personas procedentes de la zona rural del país que anhelaban descubrir un mejor futuro en las grandes urbes. No siempre fue un trampolín para la migración ilegal.
Justo al inicio del libro disponible en la UTEC, en el capítulo "Cultura urbana de la 'pobreza'. Una reflexión del fenómeno de las migraciones", se detalla cómo surgieron los mesones en El Salvador y su relación con el afán del militar, estadista y político José Gerardo Barrios de crear una cultura de nobles con patrones y costumbres europeas en el país.
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En dicho apartado se indica que Barrios, un hombre rico, se instruyó política y militarmente en Europa entre 1847 y 1849, estudios que le valieron cuando gobernó El Salvador entre 1859 y 1863, período en el que "invitó a profesionales franceses para que lo apoyaran en diferentes áreas de su gestión".
De la migración de franceses a El Salvador entre los siglos XIX y XX hablan muchos investigadores. Fue así que con la llegada de los europeos la cultura salvadoreña se permeó de la francesa en la gastronomía, el idioma, la arquitectura, la educación y hasta la religión.

"Para el caso, la palabra francesa maison (casa) se españolizó como 'mesón' para referirse a pequeñas habitaciones en la ciudad en que se hospedaban personas del área rural, que llegaban en busca de oportunidades económicas y sociales", se indica en la página 37 del libro.
En ese mismo folio, se aclara que las maisons de esos años no eran los cuartuchos que hoy existen en El Salvador. "Eran casas habitadas por franceses, con los servicios básicos necesarios y las condiciones saludables para habitar en familia. Con el paso de los años, los constructores franceses ya se referían a las casas construidas en El Salvador como 'mesones'", se detalla.
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En la Wikipedia, se asegura que entre 1850 y 1950, más de 7,000 ciudadanos franceses emigraron a suelo salvadoreño procedentes, en su mayoría, de Aquitania, Occitania y los Alpes.
Vale destacar que el fenómeno de los mesones ha sido poco estudiado y documentado en el país, por lo que la investigación realizada por Rivas junto a sus colegas de la UTEC, arquitecto Óscar Batres y el licenciado Fredy Reyes, ha tenido muy buena recepción.

El libro, publicado gracias al apoyo del sello editorial Gaymuras de Honduras, fue presentada en El Salvador en las instalaciones del Museo Universitario de Antropología, y en la nación hondureña fue muy bien recibido. También tuvo su presentación en el Encuentro Internacional sobre Investigación y Educación, llevado a cabo entre el 31 y el 26 de octubre de 2024, realizado por el Encuentro del Consejo de Facultades de Humanidades de Universidades Latinoamericanas (COFAHCA), en Costa Rica.
Consta de 21 capítulos e incluye además de las conclusiones y la bibliografía, un detallado glosario de la jerga que se habla entre los inquilinos de los mesones.