Risas y nostalgia en la Lotería de Atiquizaya más famosa
La lotería picante resurge como emblema cultural y entretenimiento popular en Atiquizaya, conquistando escenarios y corazones con humor sin filtros.
Por
Betty Carranza
Publicado el 06 de diciembre de 2025
La Lotería de Atiquizaya es una tradición salvadoreña que ha resurgido con fuerza gracias a Edwin Majico, conocido como “Chespirito”, y su esposa Ana Cecilia. Este juego popular combina humor, picardía y cultura, presentándose en versiones familiar y picante. La versión más atrevida, cargada de doble sentido, ha ganado popularidad en eventos privados, donde provoca risas y nostalgia. Más que entretenimiento, la lotería se ha convertido en un símbolo de identidad para los atiquizayenses, recuperando su valor como expresión folclórica que une generaciones y celebra el ingenio salvadoreño con autenticidad y alegría.
En Atiquizaya, un municipio lleno de historia y calor humano, hay una tradición que provoca más que nostalgia: la famosa lotería de cartones, una costumbre popular que había quedado en el olvido, pero que gracias a la pasión de Edwin Majico, conocido como "Chespirito", y su esposa Ana Cecilia Herrera, ha vuelto a la vida con una nueva chispa. Hoy, esta expresión de cultura popular no solo revive recuerdos, sino que también pone a reír a todo tipo de públicos dentro y fuera del municipio.
"La lotería ya existía aquí en Atiquizaya, pero lamentablemente se perdió. Entonces, él ha tratado la manera de darle como un realce nuevamente. Ha vuelto a nacer de las cenizas", cuenta Ana Cecilia con orgullo. La iniciativa ha llevado a la pareja a participar en eventos privados en San Salvador, donde la lotería es solicitada por su estilo irreverente y auténtico.

Un juego, dos versiones: picante y familiar
La lotería de Atiquizaya se presenta en dos versiones distintas: la tradicional, que se puede disfrutar en familia, y la picante, cargada de doble sentido, rimas traviesas y un humor que raya en lo vulgar, pero que el público adulto celebra con entusiasmo. "La gente lo pide y está la tradicional que se puede jugar en familia con grandes y pequeños. Esa es la esencia de la diferencia", explica Ana Cecilia.
Con frases dirigidas con picardía entre los participantes, la versión picante transforma cada partida en un show de carcajadas. "Es como que si se la van dirigiendo, como que supieran que lo que dice cada frase va de acuerdo a la persona", comenta entre risas. Esta interacción espontánea es parte del encanto del juego y lo que lo convierte en una experiencia colectiva inolvidable.

De pueblo en pueblo, la risa se expande
En apenas dos años, la pareja ha sido contratada alrededor de 15 veces para eventos privados en la capital, especialmente en épocas de fin de año. Han compartido escenario incluso con artistas nacionales como Marito Rivera y su Grupo Bravo. "La gente muy feliz porque lo van recomendando", afirma Ana Cecilia sobre la reacción del público. La lotería picante se ha vuelto un tesoro escondido que, una vez descubierto, deja huella.
Para algunos atiquizayenses, participar en el juego evoca emociones profundas. "La verdad que entra nostalgia volver a los tiempos de antes", dice José González que viaja cada cierto tiempo al municipio desde Cara Sucia, siempre en el departamento de Ahuachapán. El vínculo emocional con esta tradición es tan fuerte que muchos la consideran parte de su identidad cultural.

Cultura viva y evolutiva
El resurgimiento de la lotería en su forma más pícara también ha inspirado nuevas formas de celebrarla. A nivel nacional, se han visto versiones adaptadas para el público general e incluso eventos en espacios culturales que abrazan esta mezcla de humor y tradición popular. Aunque ha generado polémica por su lenguaje, hay un consenso: la lotería de Atiquizaya es parte viva del folclore salvadoreño.
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Este renacer ha sido posible gracias a personas como Edwin Majico, cuya voz, carisma y creatividad le han devuelto el alma a una costumbre que muchos daban por perdida. "Tenemos el 7221-4697. Ese es el número de teléfono de Edwin Majico, la voz original", comparte Ana Cecilia, invitando a quienes deseen llevar la alegría de la lotería a sus eventos.
Con cada canto irreverente y cada carcajada compartida, Atiquizaya reafirma su identidad a través de un juego que no solo entretiene, sino que une generaciones en torno a lo que realmente importa: celebrar lo nuestro.
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