Tecnología biométrica, cuando la vida física y digital se conectan

Cada vez más empresas y gobiernos echan mano a los inventos que evalúan rasgos biológicos únicos. Se considera que para la autenticación, la biométrica es más confliable que los códigos numéricos y los dispositivos físicos.

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Se considera que para la autenticación, la biométrica es más confliable que los códigos numéricos y los dispositivos físicos. Foto EDH/Archivo

Por Vanessa Linares

2019-06-01 5:00:14

No es necesario saber mandarín, ni siquiera interactuar con otro humano, para que las autoridades de la República Popular China identifiquen a cada persona que entra a su territorio. ¿Cómo lo hacen? de distintas maneras pero quizá la más común es el reconocimiento facial.

En el aeropuerto, por ejemplo, lo primero que cada viajero entrante debe hacer es acercarse a una máquina para escanear su pasaporte y huellas dactilares de al menos cuatro dedos. En migración, una cámara hace reconocimiento facial y corrobora la información de manera que, si fuera el caso, se alerte de inmediato si se trata de un criminal o una persona con reporte de desaparición.

La adopción de tecnología biométrica; es decir, aquellas invenciones que auntentican la identidad de una persona gracias a la evaluación de sus rasgos biológicos únicos como su cara, su voz, el iris de sus ojos, la geometría de su mano, sus huellas digitales y hasta la distribución de sus venas, es cada día más palpable.

Más allá de la ideología política y señalamientos sobre espionaje internacional, China es uno de los máximos ejemplos de cómo dejar de usar las contraseñas alfanuméricas y apostarle al desarrollo de sistemas biométricos, aunque no el único.

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Asia es la región del mundo con más desarrollo tecnológico y uso de este tipo de sistemas; pero Europa y Norteamérica también están haciendo lo suyo.

El portal web Statista elaboró un pronóstico para el valor de mercado del sistema biométrico entre 2018 y 2022, por tecnología. Con base en esos datos, se prevé que al término del quinquenio, el reconocimiento del iris y de firma (con $4,800 y $4,900 millones, respectivamente) se convertirán en las tecnologías más valiosas en el mercado de sistemas biométricos; mientras que el reconocimiento facial sería el de mayor crecimiento en los próximos cinco años.

Y es que ahora con acercar la cara a una pantalla, parpadear cerca de un lente, pasar la mano sobre un escaner o simplemente hablar es posible desbloquear un celular, sacar dinero de cajeros, pagar en establecimientos de comida y pasar controles en aeropuertos o en actividades multitudinarias como conciertos y juegos deportivos.

Existen usos de la biometría que son menos controversiales que otros; por ejemplo, los baños de algunos lugares turísticos chinos tienen dispensadores de papel que son capaces de identificar a quién ya le despacharon; y hay basureros con sensores para los que solo es necesario acercar la mano para que se abran.

El gigante tecnológico Baiduu, la versión asiática de Google, y una franquicia norteamericana de pollo frito también anunciaron hace poco que utilizarían reconocimiento facila para sugerir menús a los clientes; mientras que la aerolínea comercial estadounidense Delta Airlines informó en noviembre pasado que ya está usando tecnología de reconocimiento facial en el aeropuerto de Atlanta para que los pasajeros puedan hacer el check-in (la facturación del vuelo) con tan solo mirar a una pantalla.

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La gama de dispositivos con conexiones a internet disponibles permiten comprar en cualquier lugar y hora. Algunos países de América Latina y el Caribe ya venden sus productos en línea a los cibernautas chinos.

Algunos expertos consideran que a medida que esta tecnología biométrica se va refinando, siendo más precisa e incluyéndose en equipos de uso común como celulares y equipos caseros, también gana la confianza de los usuarios .

También comienza a notarse lo útil que puede ser tanto para gobiernos y su tarea de supervisión y seguridad territorial como para las empresas y el crecimiento de sus negocios.

Para los más puristas, aprovechar la tecnología para obtener información sin que el sujeto sepa puede rayar en una violación a la privacidad o se considere como un mecanismo para tener control total.

Hasta el momento, la regulación de estas nuevas tecnologías sigue siendo un desafío para las autoridades de todo el mundo.

 
Los primeros pasos para El Salvador

Como dando sus primeros pininos, la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) salvadoreña ya comenzó a usar la tecnología biométrica. En días recientes, la institución informó que invirtió $800,000 en “servidores ASIS, sistemas de almacenamiento, lectores de documentos y de huellas dactilares, cámaras web y licencias de operación” para instalarlos tanto en los counter de atención en las áreas de salidas y entradas del Aeropuerto Internacional , en San Luis Talpa, como en la frontera Las Chinamas, jurisdicción de Ahuachapán. Las autoridades prevén que los equipos y sistemas permitan identificar con precisión a los viajeros y agilizar la verificación y validación de los documentos.