Nuevamente los pacientes con insuficiencia renal crónica protestaron porque, según ellos, el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) incumple un fallo de la Sala de lo Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, que ordenó la evaluación de cada uno para determinar los efectos que causó el cambio de uno de los medicamento con que son tratados.
El fármaco que se les suministra actualmente es la Eritropoyetina alfa, y según los pacientes les genera efectos secundario como elevación de la presión arterial, dolores de cabeza, dolores en las articulaciones, entre otros. Antes era tratados con Eritropoyetina beta.
Sobre la denuncia, la oficina de comunicaciones del ISSS indicó que hasta hoy darían una posición.
De acuerdo con Ómar Vásquez, miembro de la Asociación de Pacientes Renales (Apredesal), ellos se ampararon ante la Sala de lo Constitucional en 2016, y el 2 de julio de 2018 resolvió a su favor en el que estableció que los médicos tratantes debían de evaluar caso por caso para determinar el tratamiento que más le conviene al paciente y recuperara su calidad de vida.
Vásquez agregó que el 20 de agosto de este año se reunieron con el nuevo director del ISSS, Herbert Rivera Alemán, quien delegó al jefe de Atención de Calidad al Usuario para que realizara el trabajo de enlace entre la asociación y la administración; además, con el jefe de nefrología acordaron que comenzarían a cumplir con el fallo de la Sala de lo Constitucional. “Los nefrólogos comenzaron a evaluar caso por caso, pero resulta que el doctor Jaime Ernesto Chacón que es el jefe interino de la Unidad de Nefrología, está negándole el medicamento a los pacientes a pesar que los nefrólogos se lo están indicando”, aseguró Vásquez.
En el Centro de Hemodiálisis Integral, en la colonia Monserrat, acuden 570 pacientes renales crónicos y de ellos se ha evaluado únicamente a 10, indicó Vásquez.
De las pocas evaluaciones efectuadas, y por los efectos secundarios que les produce la Eritropoyetina alfa, los nefrólogos han indicado que se les debe aplicar la Eritropoyetina beta, cuya aplicación es una vez al mes.
Con la Eritropoyetina alfa, a los pacientes su les aplica de tres a cuatro jeringas por sesión de hemodiálisis, es decir, al mes les suministran hasta 30 inyecciones, indicó Vásquez.
El suministro de ese fármaco, agregó, les mejora la calidad de vida y no les produce efectos secundarios como lo hace la de tipo alfa.
“En las evaluaciones el médico dice que ‘el paciente amerita Eritropoyetina mensual porque presenta síntomas secundarios; pero cuando se le presenta el informe al director interino, simplemente dice no’”, lamentó Vásquez.
La hormona de la Eritropoyetina es una proteína segregada principalmente por el riñón en el adulto, por el hígado en el feto y estimula la producción de glóbulos rojos. Al paciente deben inyectársela, ya que el riñón dañado no la produce.
José Noé Guzmán es un pacientes con Insuficiencia Renal Crónica de 46 años de edad y 8 de padecer la enfermedad. Este enfermo renal dice que con la aplicación de la Eritropoyetina alfa le ha provocado elevación en la presión arterial.
Según Guzmán, a muchos pacientes les aplican la Eritropoyetina alfa estando con la presión arterial alta, lo cual les genera mayores riesgos a un ataque al corazón.
“Yo estoy enfermo de las válvulas del corazón y esta es una situación de vida o muerte”, expresó.
Este paciente no se explica el por qué si a un paciente un medicamento le hace daño, como el caso de la Eritropoyetina alfa, se los siguen dando.
“Nosotros sabemos que tenemos una enfermedad grave y terminal; pero también tenemos, no solo que sobrevivir, sino tener una vida de calidad”, exigió.
De acuerdo a las estadísticas del Servicio de Nefrología del ISSS, actualmente atienden un total 2,489 pacientes con Insuficiencia Renal Crónica (IRC) en diferentes tratamientos sustitutivos como hemodiálisis, Diálisis Peritoneal Continua Ambulatoria (DPCA) y Diálisis Peritoneal Automatizada (DPA).
Los centros de atención donde se atienden a todas estas personas es en el Hospital Médico Quirúrgico, San Miguel, Santa Ana y Ciudadela Monserrat. Según el Servicios de Nefrología, al año el ISSS invierte $23.4 millones en tratamientos dialíticos y $15 millones en hospitalización a nivel nacional.