“Deseo sanarme o un trasplante”, dice joven con daño renal

Como deseo en una celebración del Día del Niño, organizada por Funcir, una organización creada por familiares de pacientes con insuficiencia renal, y acompañada por estudiantes de Medicina.

descripción de la imagen

Por Evelia Hernández

2019-10-20 4:50:06

Saraí tiene 14 años y cada día pasa 10 horas conectada a una máquina para realizarse el tratamiento de diálisis peritoneal, en una habitación acondicionada para ello en su casa en el municipio de San José Villanueva, departamento de La Libertad.

Ayer, Saraí junto a 49 niños y adolescentes más fueron agasajados por la Fundación Contra la Insuficiencia Renal (Funcir), en el marco del Mes del Niño. Los agasajados tienen un deseo común: recibir un trasplante de riñón.

“Yo deseo sanarme o hacerme un trasplante”, expresa Saraí, cuyo diagnóstico de problemas en los riñones fue dado hace 3 años.

Según la gravedad del daño en los riñones (son cinco etapas), así es el tipo de tratamiento que reciben en el hospital de Niños Benjamín Bloom; estos pueden ser: diálisis peritoneal, hemodiálisis y trasplante.

Para la familia de Saraí, el trasplante es una opción lejana debido a que sus padres iniciaron el proceso de exámenes para determinar si podían ser los donantes pero ninguno fue apto. La mamá padece de una enfermedad crónica y el padre tampoco puede darle el riñón.

Durante la mañana que duró la celebración, las preocupaciones médicas y económicas quedaron un tanto en pausa tanto para los pacientes, como sus padres. Las risas y los juegos de los infantes y adolescentes también alegraban los rostros de los padres y otros asistentes al evento.

El grupo Mesías, compuesto por estudiantes de la carrera de Medicina de la Universidad de El Salvador, fueron los encargados de llenar de sonrisas a los niños. Vestidos de “súper héroes”, los jóvenes hicieron un homenaje a los niños y a sus padres, que son los promotores de mantener con salud a los pacientes, llevando el debido tratamiento de hemodiálisis y diálisis peritoneal. Además de dar ánimo a los niños y jóvenes en su recuperación luego de un agotador tratamiento.

Como parte de la actividad, en un acto simbólico, los jóvenes entregaron a cada niño una capa y máscara en señal de ser los héroes de sus propias vidas.

Rodolfo Rivera, representante de Funcir, explicó que en el hospital Bloom hay al menos 35 pacientes en diálisis peritoneal, 25 en hemodiálisis y 10 trasplantados.

“Hay niños que pueden sobrevivir sin la diálisis, pero posiblemente en otros países ya hubiesen ingresado a diálisis, pero como aquí está sobresaturado los dejan con dietas, vitaminas”, comentó Rivera, quien considera que es importante que los padres de familia conozcan sobre los riesgo y complicaciones que tienen los niños con insuficiencia renal si no cumplen su tratamiento a tiempo y tienen una dieta balanceada.

Según Rivera, con los principales problemas a los que se enfrentan los padres de familia en el hospital Bloom es que hay una gran demanda de los servicios de diálisis y hemodiálisis.

“En promedio fallecen seis pacientes al año a causa de esta enfermedad. Lo bueno es que hace como cinco años se implementó la diálisis peritoneal ambulatoria, eso es una gran ventaja; pero la situación es que no todos las casas de los pacientes reúnen las condiciones en sus hogares para hacerse el tratamiento; entonces tienen que acudir al hospital dos o tres veces por semana”, dijo Rivera.

Trasplante de riñón a paso lento

Glenda de Zamora, madre de uno de los pacientes con daño renal, manifestó que los procesos para ser candidatos a ser trasplantados es lento, pueden durar hasta dos años.

Hace tres años, el hijo de Glenda fue diagnosticado con insuficiencia renal debido a lo cual iniciaron el proceso para realizarle un trasplante.

“Hacen una serie de estudios que dura más de un año, pero no somos (ella y su esposo) candidatos por padecer hipertensión. Hemos buscado quién pueda donar un riñón para mi niño pero es bien difícil porque hay una serie extensa de requisitos para ser donador”, dijo la madre.

La Unidad de Hemodiálisis del Bloom realizan cerca de 295 sesiones de tratamiento al mes, en la que cada paciente recibe cerca de 3 sesiones por semana, de acuerdo con datos del hospital.

Las máquinas alas que son conectados los pacientes hacen la función del riñón, que es eliminar las toxinas del cuerpo.