A ocho días de que el agente policial Oscar Alberto Ayala Belloso, de 32 años, disparó contra tres niños en la colonia Miramar III en San Juan Nonualco, La Paz, Jonathan uno de los dos menores que fueron lesionados, aún permanece en coma en el hospital Rosales.
El adolescente sufrió lesiones con arma de fuego en el abdomen que comprometieron varios órganos internos, lo que ha complicado su estado de salud, dijo la madre.
El adolescente sufrió lesiones con arma de fuego en el abdomen que comprometieron varios órganos internos, lo que ha complicado su estado de salud
Mientras el segundo, Kevin que fue alcanzado por una bala que le atravesó sus genitales y le salió por una de sus caderas, se recupera satisfactoriamente en su hogar y solo requiere de las curaciones que le brindan en la unidad de Salud del municipio.
Un equipo de El Diario de Hoy fue a la colonia Miramar III de San Juan Nonualco este jueves para dar seguimiento al caso, así como para conversar con las víctimas, los vecinos y conocer de primera mano cómo sucedieron los hechos y los motivos que originaron la balacera.
A pesar de las buenas relaciones con las víctimas, los vecinos muy poco se atrevieron a conversar abiertamente del hecho que los conmocionó el fin de semana anterior (viernes 8 de noviembre) cerca de las 7:30 de la noche, cuando un agente policial salió de una casa solo a hincar a tres niños; dos de 15 y uno de 12 años y luego procedió a dispararles. Familiares aseguran que la reacción del agente Ayala Belloso fue de una ejecución, afirmó la madre de Kevin. La razón que enfureció al agente Ayala Belloso destacado en el puesto policial del municipio de Mercedes La Ceiba, también del departamento de La Paz, no parece justificable.
Según los vecinos, los niños jugaban fútbol en el polígono K, tercer pasaje de la colonia Miramar III cuando de repente en el juego, tiraron la pelota y cayó debajo de la motocicleta del agente, lo que enfureció al policía que estaba de licencia y visitaba a una amiga.
Creyó que le robarían la moto
“Ustedes me quieren robar la moto”, les gritó, y seguidamente, “los hincó tiró un balazo al suelo lo que asustó al más pequeño y del miedo salió corriendo, luego le disparó al otro, la bala le cayó en los genitales y siguió con el tercero, que estaba de rodillas, a quien le dispara en el pecho y en el estómago, es el que está en coma en el hospital”, relató la madre de Kevin.
Como contexto de lo sucedido, los vecinos afirman que por las tardes y al caer la noche la colonia se vuelve alegre y más en las vísperas en un fin de semana que se avecinaba, cuando varios regresan de sus trabajos a descansar; lo que hace que en las calles y pasajes de la colonia hayan de todo tipo de ventas de comestibles.
La madre afirmó que en esa algarabía, los niños queman pólvora, lo que confundió los disparos que los menores sufrieron ese viernes, hasta que una pariente le fue avisar a la madre de Kevin en el siguiente pasaje. “Mi nuera me dijo: acaban de balear a tu hijo, fui a ver, pero ya se lo habían llevado al hospital; allá el niño me dijo que el hombre les había dicho que ellos le querían robar la moto”, relató la madre.
Pero el niño negó que esa fuera la verdadera razón para que les disparara y lo que pasó, según él, fue que el balón cayó debajo de su moto.
Una de las vecinas afirmó que el agente involucrado no residía en la casa donde se hallaba ese día y que solo había llegado a verse con una mujer que al parecer era su amante.
“Yo a ese hombre no lo había visto nunca en la colonia, se dice que solo venía a ver su amante algunos días pero que no vivía allí”, afirmó una lugareña.
Sin embargo, los parientes temen por sus vidas porque tienen temor que el agente Ayala Belloso pertenezca a una banda delictiva y esta para acallarlos, llegue a atacarlos.
Agente se declaró inocente
En la audiencia inicial, realizada miércoles en el Juzgado de Paz de San Juan Nonualco, el agente acusado se declaró inocente de los cargos que le atribuían, dijo que llegaba a esa casa porque tenía dos hijos con la mujer que ahí reside, sin embargo, los vecinos lo desmintieron y negaron que esos niños fueran sus hijos. “El mintió al decir que esos niños eran sus hijos”, explicó la señora.
Además, en la audiencia el agente Ayala Belloso negó haber disparado contra los chicos.
Vecinos declararán contra policía atacante
Fue un intento de ejecución extrajudicial
Una vecina afirmó que el policía a la hora del ataque portaba dos armas; una asignada por la Corporación policial y un revólver de su propiedad, con ésta última asegura que disparó contra los niños que jugaban pelota en el pasaje y luego la escondió. A la hora de su detención el agente fue despojado del arma de equipo, más no la suya con la que supuestamente disparó, de ahí que en la audiencia y durante su captura, insistía que él no había disparado contra nadie.
“Varias horas después, la Policía llegó a registrar la casa de la amante del agente y encontró el revólver con el que supuestamente disparó a los muchachos, tras su revisión, los investigadores descubrieron que a esa arma le hacían falta cinco proyectiles”, manifestó un testigo.
En la audiencia inicial aparentemente no fue adjuntado ese revólver como evidencia contra el procesado. Pese al hecho grave, el abogado defensor pidió a la jueza de Paz de San Juan Nonualco que le decretaran libertad condicional a su cliente, pero ella se lo rechazó. Se pidió reacción a la Fiscalía por este caso, pero se dijo que tiene reserva.
El defensor también solicitó que no enviaran al policía a un centro penal pero la jueza respondió que esa decisión no estaba en sus manos, sino de las autoridades de Centros Penales.
La madre de una de los jóvenes lesionados pidió a las autoridades que se haga justicia en este caso porque no existe nada que justifique la actitud criminal del agente policial para disparar contra menores de edad.
“Ese hombre no puede salir libre porque luego se va a ir a otro lugar y va hacer lo mismo, porque sabe no hay ley para él”, afirmó uno de los padres afectados.
Lugareños consultados sobre si los adolescentes tienen alguna vinculación a pandillas, negaron todo tipo de pertenencia y sus padres tampoco forman parte de alguna estructura delictiva que los ponga en vulneración.
En uno de los casos, la madre es propietaria de un comedor mientras el padre es dueño de un taller automotriz. “Yo trabajo en mi negocio, mi esposo en su taller, pasamos ocupados no tenemos tiempo para hacer daño”, manifestó la señora. “En la audiencia, yo le pregunté al policía que me dijera que daño le hicieron estos muchachos para que la emprendiera con un arma de fuego contra ellos”, detalló la progenitora.