El migrante salvadoreño que acompañó a Óscar y Valeria al cruzar el río Bravo volverá a vender café en el mercado Central

Cuatro días después de haber regresado de México, el joven ya anda afanado en cómo volver a comenzar con el negocio que tenía antes de emprender el viaje a Estados Unidos. Milton narró la tragedia que le dio la vuelta al mundo.

descripción de la imagen
Milton de Jesús Paredes Menjívar buscaba llegar a Estados Unidos junto con ??scar Martínez y su hija, Valeria, quienes se ahogaron el 23 de junio en el río Bravo, de México. Foto EDH/ ??scar Iraheta

Por Jorge Beltrán Luna

2019-07-04 6:15:39

A Milton de Jesús Paredes Menjívar lo conoce la mayoría de vendedores ambulantes y estacionarios que se ganan la vida sobre la calle Gerardo Barrios, en San Salvador donde él también comenzó a ganarse la vida vendiendo café con pan desde que tenía 12 años.

De hecho, algunos vendedores, amigos del joven, aseguran que se sorprendieron cuando el sábado anterior lo vieron en las imágenes de noticieros, caminar a la par de Tania Vanessa Ávalos, la esposa y madre de Óscar Alberto Martínez Ramírez y de Angie Valeria, los dos salvadoreños ahogados en el río Bravo, en la zona de Matamoros, Tamaulipas.

Milton cuenta que logró sacar a Tania de las aguas del río Bravo y ponerla a salvo en la orilla mexicana, luego de que ella se le soltara y comenzara a hundirse tras ver cómo sus parientes desaparecían arrastrados por la corriente.

El día que Óscar y Valeria perdieron la vida en el río bravo Milton los acompañaba y vivió en carne propia el trágico momento para la familia de Vanessa.

 

Milton es un joven humilde. Cree que lo que hizo con Tania no fue un acto heroico sino que fue Dios quien lo hizo y que la muerte del joven y su bebé fue algo de lo que a nadie se debe culpar.

Él no es primo de Óscar, como lo han dicho algunos medios de comunicación nacionales e internacionales. Tampoco eran vecinos. Asegura que a la familia Martínez Ávalos la conoció en México, en los primeros días de abril. Él salió de El Salvador el 7 de abril, cuatro días después de que la joven pareja con su bebé lo hicieran.

Tampoco es cierto, como se ha dicho, que se conocieron en un albergue. Vivían en habitaciones que alquilaban y que pagaban con lo que ganaban (menos de $8 por día), pues las autoridades mexicanas de migración les habían otorgado un permiso para permanecer en su territorio por razones humanitarias.

Milton regresó a El Salvador desde México con Tania, la mamá de Angie Valeria y esposa de Óscar, quienes fallecieron tras ahogarse en el Río Bravo. Foto EDH/ Cancillería

Mientras permaneció en Tapachula, Milton trabajaba en una taquería, ganando 150 pesos al día. Trabajar en cocina no le resultaba extraño.

Como Óscar y Tania, este joven originario de Olocuilta, departamento de La Paz, se fue buscando mejorar su situación económica y la de su familia (madre y hermanos).

A pesar de que no tiene hijos, su sueño era llegar a Estados Unidos, trabajar duro para mandar dinero y comprar su propia casa en El Salvador.

Si bien acepta que no le va mal vendiendo café con pan, panes con pollo o carne asada, afirma que es imposible tener la capacidad económica como para comprar una vivienda digna.

Muchos comerciantes de la calle Gerardo Barrios y las avenidas aledañas aseguran conocer a Milton como un joven trabajador.

Milton Paredes, de 19 años, vivió la pesadilla de tratar de cruzar el Río Bravo junto con Tania, Óscar y Valeria. Foto EDH/ Óscar Iraheta

Lo volvería a intentar

A pesar de que los recuerdos de lo que pasó aquella tarde del 24 de junio anterior lo siguen atormentando, principalmente en las noches, Milton asegura que si hay oportunidad volverá a intentar llegar a Estados Unidos. Si bien está consciente de que es un viaje muy arriesgado, considera que con la ayuda de Dios podría lograrlo.

Milton dice tener claro que en El Salvador es imposible prosperar debido a las condiciones económicas adversas que imperan en este país.

Y no es primera vez que este joven busca llegar a Estados Unidos.

Ya lo había hecho hace unos dos años pero se tuvo que regresar porque viajaba con un hermano a quien las autoridades de migración mexicanas detuvieron. Por solidaridad, Milton regresó.

Tal como lo hizo hace dos años, espera volver a las calles aledañas al mercado Central de San Salvador, a vender café con pan, panes con pollo o carne asada. Pero tendrá que comenzar de cero.

De momento no puede hacerlo porque no tiene dinero. De México vino sin un centavo; conseguirlo ha sido su afán en estos pocos días que tiene de haber vuelto de aquella pesadilla que quisiera olvidar muy pronto, algo en lo que también se afana pero que le resulta imposible tanto así que desde aquel día de la tragedia no ha querido ver las fotografías que se hizo junto a Óscar y Valeria.

“No veo las fotos porque siento como si los voy a ver en persona… prefiero no verlas”, afirma.

FOTOS: “Ya no pudimos hacer nada”, relata Milton, el migrante que vio morir a Óscar y Valeria en el río Bravo