Los Trastornos de la Conducta Alimentaria afectan desde la infancia

Desde los primeros años de vida hasta la preadolescencia, los seres humanos también son susceptibles a padecer un TCA. El entorno de un niño o niña debe ser de protección, de lo contrario, un factor u otro podría empujarlos a sufrir en silencio.

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Foto Por EDH / Shutterstock

Por Elis Silva

2019-12-05 5:30:41

Tanto a nivel latinoamericano como mundial, los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) siguen siendo un tabú, no solo para la población en general, sino también entre los mismos médicos.

Hay un alto índice de TCA entre los adultos, pero cada vez más la cifra de este padecimiento se incrementa en niños. Muchos padres de familia ignoran que sus pequeños están propensos a este mal.

De acuerdo a la pediatra, directora de Comenzar de nuevo y expresidenta de la Academy for Eating Disorders (AED), Eva Trujillo —invitada al país por la Asociación Estima para impartir cursos—, los TCA pueden sufrirse en cualquier momento de la vida, pero la edad más prevalente es al inicio de la adolescencia, entre los 10 y 12 años, y al comienzo de la edad adulto joven. Pero también hay casos de niños de 5 ó 7 años, los cuales la mayoría desconoce.

De acuerdo a la experta, en los TCA hay un interjuego muy específico entre la genética, la biología, lo social, lo familiar, “todos estos factores se conjugan para que se desarrolle el problema”.

Añadió que desde los 2 años un ser humano puede reconocer claramente su imagen en el espejo, y para cuando cumplen 4 ó 5 años desafortunadamente muchos ya están descontentos con lo que ven frente a ellos.

En entrevista con El Diario de Hoy, Trujillo reveló que se calcula que alrededor del 89 % de las niñas de 10 años quieren bajar de peso a pesar de no tener sobrepeso; y en la adolescencia la media es de 16 años, “más del 97 % ha intentado al menos hacer una dieta para bajar de peso a pesar de no tener sobrepeso, la insatisfacción corporal es el factor de riesgo sociocultural más importante para el desarrollo de TCA”.

También existen los trastornos pediátricos neuropsiquiátricos autoinmunitarios asociados con infecciones estreptocócicas (PANDAS, por sus siglas en inglés), que están relacionados con la infección por estreptococo que además puede derivar en el desarrollo de una anorexia nerviosa.

Además, hay enfermedades relacionadas directamente a los TCA, como el ARFID (Avoidant/restrictive food intake disorder), que en español es TERIA (Trastorno evitativo restrictivo a la ingesta alimentaria), “son esos pacientes sin problemas con la imagen corporal, con el peso, o la figura; no son los que te dicen no quiero engordar (…) dejan de comer y tienen complicaciones médicas por la malnutrición debido a que tienen miedo a las consecuencias que los alimentos hagan en su cuerpo”, según Trujillo.

Otros que pueden desarrollar TERIA son los que rechazan los alimentos por la textura que tienen, por el sabor, por el olor, “es muy frecuente que rechacen alimentos que tienen texturas muy rugosas, sabores muy cítricos o muy amargos”, añadió.

Por otro lado, están los TCA generados por los que rechazan los alimentos porque se les olvida comer, “no tienen una motivación (…) no experimentan esa sensación”.

Cada vez más los pequeños sufren de anorexia nerviosa atípica, les imponen dietas restrictivas para bajar de peso, “el paciente está realmente comiendo muy poco y su baja de peso no es muy importante, mantienen un peso normal (…) ahí empiezan a tener conductas como que tuvieran anorexia”.

Trujillo enfatizó en que es importante compartir comidas y actividad física en familia, y debe haber un fortalecimiento de la resistencia a las presiones sociales, está comprobado que un niño que recibe este aprendizaje puede resistir dentro de ambientes donde los estereotipos son puestos en primer lugar.

3 detonantes

Una dieta restrictiva con o sin la intención de bajar de peso; ahora con la cultura del fitness hay gente que puede empezar a modificar su alimentación en aras de ser más saludable más que por cumplir su objetivo de bajar de peso y con eso empezar a desarrollar un TCA. Lo mismo puede ocurrir con los pequeños del hogar, ya sean o no asesorados por un familiar.

Insatisfacción corporal
Incluso antes de entrar a la adolescencia se puede percibir una profunda insatisfacción corporal. Este también es un detonante, el hecho de “no estar a gusto con el cuerpo que yo tengo”, lo cual es muy usual en una sociedad inmersa en una cultura enfocada hacia un estereotipo de belleza, que la mayoría no puede cumplir. Pero no todos los niños que piensan esto se enfrentan a un TCA.

Cualquier tipo de trauma, como los relacionados a la violencia y el acoso, en especial al acoso escolar. En los últimos años se ha abordado de todas formas el bullying, al mismo tiempo se ha tratado de erradicarlo para evitar problemas físicos y mentales en niños, adolescentes y también adultos. Un TCA puede desencadenarse a raíz de las burlas de las personas alrededor de un niño.

¿Cómo identificar un TCA?

Cambio de hobbies
La psiquiatra-psicoterapeuta especialista en TCA y directora médica de Comenzar de nuevo, Guadalupe Rodríguez, dijo que un preadolescente que cambia todos sus pasatiempos deberá llamar la atención de sus padres.

Alimentación
“Hay señales de alarma que tienen que ver con cambios súbitos en el patrón de alimentación de nuestros hijos, cuando empieza a quitar ciertos grupos de alimentos o cuando empieza a brincarse alimentos completos”, explicó Rodríguez, invitada por Asociación Estima a El Salvador.

Conversaciones
Cuando hay mucha charla, por parte de la niña o el niño, dirigida hacia la insatisfacción del cuerpo: “quiero bajar de peso, no me gusta cómo se me ve eso”. Insistencia al tema que gira alrededor del cuerpo de forma negativa.

Ausencia
Al ser recurrentes los aislamientos en los diferentes tiempos de comida, a no querer convivir con las personas en esos momentos. El padre de familia siempre debe estar atento de la alimentación de sus pequeños, quienes además al ir creciendo deciden qué comer o no.

Separación total
Cuando un TCA está más avanzado incluso hay un aislamiento general, un momento en el que al preadolescente le está costando un poco de trabajo la parte de la interacción con el resto de la familia. Hay casos que también se da un alejamiento de las amistades y allegados.

Demasiada comida
Como hay diferentes TCA, habrá pacientes donde la manifestación se da con una ingesta excesiva de alimentos. Además de un cambio en el patrón que a veces no es notorio; como el rechazo de alimentos que antes le gustaban.

Ejercicio exagerado
En ocasiones los padres de familia pueden pasar por alto esta característica, la cual con el tiempo evoluciona a rutinas más constantes y vigorosas. Aunque cada caso es diferente, en algunos pacientes también se presentan estas prácticas interminables.

Conducta sutil
Estar pendiente de nuestros hijos, antes de sufrir un TCA, la persona primero tiene que haber pasado por lo que se llama Conductas alimentarias de riesgo: dietas, hacer ayunos prolongados, ejercicio excesivo, utilización de medicamentos o sustancias para bajar de peso, etc.