La lactancia materna exclusiva es la alimentación ideal

El seno materno es la primera comida natural para los lactantes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche de la madre aporta toda la energía y los nutrientes que el recién nacido necesita en sus primeros meses de vida, e incluso le aporta beneficios durante el segundo año.

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Por M. Amaya / Agencias

2019-08-17 9:30:36

La lactancia natural es la alimentación ideal para el sano crecimiento y el desarrollo de los lactantes, sobre todo si se ofrece de manera exclusiva durante los primeros seis meses. Después, los niños deben empezar a recibir alimentos complementarios, pero sin abandonar la lactancia materna hasta los 2 años o más.

¿Pero cómo pueden las madres iniciar y mantener la lactancia materna exclusiva durante 6 meses? Lo primero es que esta se inicie en la primera hora de vida, sugieren la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef. Además, ambas instituciones son enfáticas en que el bebé solo debe recibir leche materna, sin ningún otro alimento ni bebida, ni siquiera agua.

El lactante debe ser alimentado tantas veces como quiera, ya sea de día o de noche; también es importante que no se usen biberones ni chupetes (pepes).

La leche materna es un superalimento para el recién nacido, que entre otros beneficios fomenta su desarrollo sensorial y cognitivo, y lo protege de enfermedades infecciosas y de otros problemas crónicos. Otra ventaja es su inocuidad, es decir que su consumo es seguro. Contiene anticuerpos que ayudan a proteger a los lactantes de enfermedades frecuentes de la infancia como la diarrea y la neumonía, que son las dos causas principales de mortalidad en la niñez en todo el mundo.

Este alimento puede conseguirse de forma fácil, lo que ayuda a garantizar que el infante tenga siempre lo necesario.

En cuanto a las madres, la OMS explica que ofrece beneficios, ya que funciona como un método natural (aunque no totalmente seguro) de control de la natalidad (98% de protección durante los primeros seis meses de vida). Por otro lado, reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario, de diabetes tipo 2 y depresión postparto.

Las ventajas se extienden a largo plazo, ya que la lactancia materna propicia una buena salud durante toda la vida. La OMS explica que los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños tienen menos tendencia a sufrir sobrepeso u obesidad. Son también menos propensos a sufrir diabetes tipo 2 y obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia.

Las leches artificiales no contienen los anticuerpos presentes en la leche materna, de manera que si los niños son alimentados con ese tipo de fórmulas pierden muchos de los beneficios antes mencionados.

“Si no se elaboran adecuadamente, conllevan posibles riesgos asociados al uso de agua insalubre y de material no esterilizado, o a la posible presencia de bacterias en la preparación en polvo. Puede producirse un problema de malnutrición si el producto se diluye demasiado para ahorrar. Mientras que el amamantamiento frecuente mantiene la producción de leche materna, si se usa leche artificial pero de repente se deja de tener acceso a ella, el retorno a la lactancia natural puede ser imposible como consecuencia de la disminución de la producción materna”, indica la entidad mundial de salud.

Hoy en día, ser portadora del VIH ya no es un impedimento para amamantar, porque hay medicamentos capaces de reducir el riesgo de transmisión del virus a través de la leche materna.

Una madre infectada puede transmitir la infección a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia, sin embargo, los antirretrovíricos administrados a la madre o al lactante expuesto al VIH reducen el riesgo de transmisión. La OMS recomienda que las madres infectadas que den el pecho reciban antirretrovíricos y sigan las orientaciones médicas.

Luego de haber ofrecido leche materna de forma exclusiva durante el primer semestre, llega el momento de introducir gradualmente nutrientes sólidos. Para cubrir las necesidades crecientes de los niños, como complemento de la leche materna, se les debe ofrecer otros alimentos en forma de puré. Sobre este punto, es de gran ayuda la guía del pediatra.

No obstante, la OMS destaca que el seno materno no debe reducirse al comenzar a introducir alimentos complementarios y recomiendan que estos se administren con cuchara o taza, y no con biberón. Además, deben presentar todas las garantías de higiene y ser inocuos.

Se necesita bastante tiempo para que los niños pequeños aprendan a comer alimentos sólidos.

 

¿Por qué no debe administrarse agua al bebé con lactancia exclusiva hasta los 6 meses?

– De acuerdo con la OMS, El dar agua a los bebés pequeños los pone en riesgo de diarrea y desnutrición, ya que podría estar contaminada. Esta práctica además podría causar que el niño consuma menos leche materna o suspenda la lactancia temprano y en consecuencia se desnutra.

-Otro riesgo es que disminuya la producción láctea en la madre.

– La leche materna tiene más de 80 por ciento de agua, especialmente la primera leche que el bebé consume en cada toma. Por tanto, si se cree que el niño está sediento, la solución es amamantarlo. Los bebés no necesitan agua adicional, ni siquiera en climas calientes.

La Organización Mundial de la Salud considera que un niño recibe lactancia materna exclusiva si solo se le da leche materna, sin ninguna otra comida o líquido, con la excepción de solución de rehidratación oral, gotas o jarabes de vitaminas, minerales o medicinas, prescritas por el pediatra.