Con solo el 9 % de la población mundial y el 4 % de la población rural, América Latina y el Caribe tiene el 16 % de los suelos agrícolas; el 33 % de la superficie apta pero no utilizada para la agricultura.
Además tiene el 23 % de la superficie de bosques; el 50 % de la biodiversidad; el 22 % del agua fresca y el 31 % del agua dulce del planeta, según registros del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Todo lo anterior la convierte en la reserva agroalimentaria más importante del mundo, cita el organismo, lo que es esencial en un momento en que el hambre es una amenaza para la mayoría de países.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), para finales de 2020 el COVID-19 podría empujar a entre 80 y 130 millones de personas al hambre en todo el mundo.
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En su reporte anual sobre la “Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo”, publicado el 13 de julio, la FAO, en alianza con la Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otras tres agencias internacionales, alerta que la crisis sanitaria “está intensificando la vulnerabilidad y la desigualdad de los sistemas alimentarios mundiales”, desde la producción, a la distribución y el consumo.
La entidad estima que, para 2030, más de 890 millones de personas podrían verse afectadas por el hambre, es decir el 9.8% de la población mundial.
Según el informe, para finales de 2020 entre 83 y 132 millones de personas “podrían pasar hambre” por la recesión económica derivada de la pandemia.
América es el escudo contra el hambre
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) insiste que América es por ahora la región más fértil y aunque vulnerable a desastres naturales, puede y debe mantenerse como la reserva agroalimentaria del mundo y ayudar a que el impacto del hambre, será menos dramático.
El director general del IICA, Manuel Otero, afirmó que los países de Latinoamérica y el Caribe deben redoblar esfuerzos para trabajar unidos para que la región siga siendo “la reserva agroalimentaria del mundo” en el complejo contexto actual.
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Otero subrayó que Latinoamérica es rica en recursos naturales y además es la responsable del 13.6 % de las exportaciones agrícolas mundiales.
Latinoamérica también tendrá crisis
Pese a esta riqueza natural, Latinoamérica no está exenta de que sus habitantes también sean golpeados por la pobreza y el hambre.
Según la FAO para el año 2030, en el caso de América Latina y el Caribe, el hambre podría afectar hasta 67 millones de personas, incluso sin considerar el impacto de la pandemia.
Mientras tanto la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, detalló que la pandemia del COVID-19 traerá un aumento del 41% en la pobreza extrema, lo que significa que, durante 2020, 28 millones de personas más caerán en esa condición.
De ahí que la alerta hecha por el IICA de que América siga luchando por asegurar la producción de alimentos, es clave. El director general del IICA dijo que “nadie duda que la agricultura es un sector estratégico para atravesar la pandemia” y llevar alimentos a 600 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe.
En este sentido, señaló que hay mucho camino por recorrer para garantizar la protección laboral y sanitaria de los agricultores, promover buenas políticas agrícolas y precios justos.
Otero subrayó que el sector agrícola de la región se encuentra en una buena posición desde el punto de vista de la oferta, ya que viene de un periodo de buenas cosechas, ante lo cual es prioritario garantizar el transporte y la logística para satisfacer los mercados locales, regionales e internacionales.