El declive de Alba Petróleos de El Salvador (Albapes), la empresa fundada en 2006 como producto de una sociedad entre la Asociación Intermunicipal Energía para El Salvador (Enepasa)- que agrupó 30 alcaldías del FMLN- y PDV Caribe, una subsidiaria de Petróleos de Venezuela (PDVSA), es cada vez más evidente.
Y es que, según los datos de la Dirección General de Hidrocarburos y Minas del Ministerio de Economía, el número de gasolineras Alba se redujo a la mitad en tan solo seis meses. El reporte detalla que las estaciones de servicio pasaron de ser 55 en enero de este año a solo 28 en junio.
Curiosamente, al mismo tiempo que el número de gasolineras Alba ha caído estrepitosamente en los últimos meses, las estaciones de bandera blanca; es decir, aquellas que no operan con alguna de las marcas petroleras populares y que por no tener contrato de exclusividad pueden comprar combustibles a revendedores con mayor margen de maniobra de precios, han aumentado en 28 % durante el mismo periodo, al pasar de 83 en enero a 107 en junio.
Por ahora, en todo el territorio salvadoreño las autoridades registran 456 estaciones de servicio de combustible. Si bien predomina el número de sucursales de Texaco, con 110 estaciones, y representa el 24.1 % del total; las estaciones de bandera blanca, con el 23.5 %, ocupan la segunda proporción más grande del pastel de gasolineras en el país.
Les siguen de cerca las estaciones bajo la marca comercial Puma y Uno, con 98 y 93 estaciones, respectivamente; mientras que DLC se agencia el 4.4 % del total, con 20 estaciones de servicio.
Alba, con solo 28 unidades, representa por ahora un 6.1 % del total y es una de las marcas con el menor número de gasolineras.
Muchas estaciones que hasta hace algunos meses abanderaban la “A” blanca de Alba ya cambiaron de marca, otras de nombre y de administración; y en otras son los mismos dueños y mantienen los colores rojo y blanco pero han repintado o tapado sus logos y ya operan bajo bandera blanca.
La ex Alba de Ciudad Delgado, por ejemplo, mantiene los colores rojos y blancos pero sus empleados visten de camisas negras y la estación tiene un rótulo anunciando que es una nueva administración y que ahora se llama “D-Gas”.
La ex Alba Constitución echó pintura roja sobre las letras blancas y según algunas fuentes de la zona, cambió personal y está en proceso de adoptar una de las marcas tradicionales que también usa una estrella para identificarse.
La ex Alba sobre la 25a. Av. Norte, en tanto, no solo ha tapado con plástico negro el logo que le relacionaba a petróleo de Venezuela sino que anuncia que el combustible que vende es “100 % americano”.
Cambios para operar
El presidente de la Asociación de Distribuidores de Estaciones de Servicio (Adepetro), Sergio Recinos, dijo que es probable que muchas estaciones Alba hayan decidido quitar la marca o que los empresarios hayan buscado acogerse a las marcas tradicionales, a fin de seguir operando.No obstante, cambiarse de nombre y usar bandera blanca puede tener ventajas y desventajas, según explicó el representante de la gremial.
Ser de bandera blanca, si bien le da oportunidad de ampliar su portafolio de proveedores y elegir a quién comprarle por su precio, no goza del respaldo de la marca petrolera reconocida y lo que implica en calidad y aditivos.
“Los de bandera blanca pueden comprarle a cualquiera, al mejor postor. Puede encontrar uno que le venda a mejor precio un mes y luego a otro el otro mes, eso le da la posibilidad de bajar los precios al consumidor; pero, por otro lado, no cuenta con un concepto de marca, con el orgullo en la calidad y el desarrollo de aditivos que tienen las que operan con las marcas tradicionales”, explicó el empresario.