En la actualidad, la vida y obra de Juan José Laínez Castillo son desconocidas para la población salvadoreña. Estas páginas buscan rendirle homenaje y traerlo de vuelta a la memoria colectiva.
Nació en el pueblo de Guacotecti (entonces departamento de San Vicente, ahora de Cabañas), el 28 de enero de 1868, en el hogar de Irene Castillo y el profesor normalista Sotero Laínez Saravia.
En 1871 comenzó sus estudios elementales con su padre, quien también lo inició en el dibujo. Años más tarde, siguió estudios de arte y tipografía con el costarricense Próspero Calderón y Rufino Flamenco, y cerró su aprendizaje con el pintor Miguel Letona (graduado en Filadelfia, EE.UU.) y el litógrafo Teódulo Guevara.
En 1879, ingresó al Instituto Nacional de Cabañas, dirigido por el abogado Dr. Santiago Méndez.
En 1883, se matriculó en el Colegio de Santo Tomás, dirigido por el presbítero Félix María Sandoval y el educador lancasteriano Dr. Guillermo Rojas. Cinco años después obtuvo el bachillerato en Ciencias y Letras.
Recomendado por el abogado y diplomático Dr. Salvador Gallegos, en 1889 ingresó al Seminario Conciliar (San Salvador), donde le fue concedida media beca para sus estudios eclesiásticos. Por sus altos puntajes, pronto le fueron concedidas beca y pensión completas.
Publicó acerca de temas lingüísticos y arqueológicos en Repertorio salvadoreño, el órgano oficial de la Academia de Ciencias y Bellas Letras de San Salvador, inaugurada el 20 de mayo de 1888. Varios de sus artículos causaron sensación local y nacional, en especial tras una fuerte polémica sostenida con el médico alemán Dr. Hermann Prowe, uno de los fundadores de la Compañía de Alumbrado Eléctrico de San Salvador (CAESS).