El Banco Occidental de Benjamin Bloom

Durante medio siglo, esta empresa con sedes en Santa Ana y San Salvador fue uno de los bancos privados autorizados por el gobierno para emitir billetes.

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Fotografía del segundo edificio del Banco Occidental, al sur del parque Dueñas (hoy plaza Barrios), en San Salvador. Imágenes proporcionadas por el coleccionista salvadoreño Ing. Carlos Quintanilla.

Por Carlos Cañas Dinarte

2018-11-10 8:21:06

Desde 1889, las exportaciones de café de El Salvador le permitirían gozar al país de una adecuada estabilidad económica. Esto facilitó que el inversionista judío francés León Dreyfus y el médico y caficultor colombiano Dr. Emilio Álvarez Lalinde vieran factible fundar el Banco Occidental el 14 de noviembre de ese año.

En aquel escenario, la presión de los agricultores era cada vez mayor, por lo que muchos esperaban que el Banco Occidental se inspirara en las necesidades del país y en su propia conveniencia para generar un sistema económico que le permitiera proporcionar fondos para la agricultura mediante la garantía de la propiedad raíz, lo mismo que calificara el crédito y la responsabilidad de la gente de negocios, para así otorgar créditos a personas responsables que hicieran uso de él sin necesidad de garantía de segunda firma.

A esa naciente empresa, pronto se uniría la sociedad estadounidense Bloom Brothers, representada en El Salvador por David y Benjamin Bloom.

Benjamin Bloom nació en Healdbury (California), el 27 de septiembre de 1873. Llegó a la salvadoreña Santa Ana, en 1890, con su tío David Bloom. Casado con Aline Debow, aquel matrimonio sin hijos edificó una lujosa mansión sobre la avenida España (ahora en estado de abandono). Amasó una enorme fortuna mediante diversos negocios, que abarcaban desde asuntos bancarios, inversiones con altos intereses y tráfico de armas desde Estados Unidos hasta el puerto de Panamá, destinadas a facciones revolucionarias colombianas (como lo revelara el escritor Juan Gabriel Vásquez, en su novela Historia secreta de Costaguana, 2010). Una revisión de las colecciones digitales de periódicos en la Biblioteca del Congreso estadounidense confirma a plenitud esos movimientos.

Benjamin Bloom. Foto / Cortesía

El Banco Occidental fue domiciliado en la urbe santaneca porque su actividad caficultora la dotó de una fuerte concentración demográfica, pero el gobierno nacional le dio facultades para establecer sucursales y agencias donde la junta general lo estimara conveniente.

Segundo edificio del Banco Occidental, que funcionó al sur del Parque Bolívar. Imagen proporcionada por coleccionista salvadoreño Ing. Carlos Quintanilla.

El capital mínimo para entrar en operaciones fijado fue de medio millón de pesos, obtenido entre inversionistas nacionales como extranjeros, quienes en poco menos de un año ya habían logrado emitir acciones de 1000 y 1500 pesos hasta suscribir un capital de 1.5 millones de pesos, como se denominaba la moneda nacional antes de octubre de 1892, cuando pasó a denominarse colón.

En los impresos de las acciones legales del Banco Occidental se destacaban el escudo del país, el nombre de la institución bancaria y su lugar de apertura, así como imágenes alegóricas y la cantidad en números grandes y pequeños, resellada en rojo. Esas acciones fueron diseñadas e impresas en el Homer Lee Bank Note, de la ciudad de Nueva York, que fue una institución privada fundada en la década de 1870 y que se especializó en la producción de sellos postales, billetes y demás papelería bancaria. Fue fundada en la urbe neoyorquina por el artista, grabador e inventor estadounidense Homer Lee (1856-1923). Desde 1891, esta prestigiosa empresa fue absorbida por el American Bank Note Company. Es casi seguro que el papel de seguridad de estas acciones del Banco Occidental fuera hecho en Dalton (Massachussets, Estados Unidos) por la casa editora Crane & Company.

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Prototipo o prueba de Imprenta del billete de 500 colones emitido por el Banco Occidental.

Similar a las concesiones otorgadas a otros bancos en décadas anteriores, el gobierno salvadoreño le autorizó al Banco Occidental para que descontara documentos de comercio, recibiera depósitos, emitiera vales al portador, comprara y vendiera vales al portador y letras de cambio, prestara dinero sobre hipotecas, etc. Algunos de sus principales aportes económicos fueron dados para la fundación y primeros años de funcionamiento de la empresa cervecera La Constancia, también originada en Santa Ana, en 1906.

El Banco Occidental fue autorizado a emitir billetes pagaderos a la vista y al portador hasta por una doble cantidad a la de su capital suscrito. Durante su existencia legal, el Banco Occidental emitió, al menos, cuatro familias billetarias diferentes, con denominaciones varias entre 1 y 500 pesos y colones

Impresas en combinaciones y tonalidades de colores verdes, marrones, azules, rojos, naranjas, negros y amarillos, esas familias billetarias fueron dibujadas, grabadas en metal e impresa en papel de seguridad por la casa estadounidense American Bank Note Company, de Nueva York. Dotadas de gran belleza en diseño y colorido, en su conjunto se destacan las líneas de seguridad o grilloches, el nombre del banco y del país (escrito a veces como República del Salvador, como era la usanza nacional e internacional antes de 1915), alegorías mitológicas grecorromanas, querubines, trazados geométricos, edificios representativos del país (Casa Blanca, puertos, sedes del banco, etc), sucesivas versiones del escudo nacional (adoptado en 1865 y vigente hasta 1912), el rostro de Cristóbal Colón puesto de perfil, etc.

En la década de 1930, el Banco Occidental fue pionero en el uso nacional de las chequeras. Imagen cedida por Miguel Bonilla, Nueva York.
Durante la Primera Guerra Mundial, el Banco Occidental emitió la mayor parte de sus familias billetarias. Espécimen o prueba de imprenta de un billete de 50 pesos, procedente de la colección del Banco Cuscatlán-SISA, Santa Tecla.

De todas esas emisiones billetarias, una representa una auténtica curiosidad para los coleccionistas nacionales e internacionales. En junio y octubre de 1913, julio de 1916 y junio de 1918, la empresa estadounidense New York Bank Note Company diseñó, grabó en metal e imprimió el billete de dos pesos catalogado internacionalmente como S174, seguido en mayo de 1914 por una única emisión del billete S173, con denominación de un peso. Fueron impresos en tinta negra, con combinación de color naranja y azul en el caso del de un peso y azul y café en el de dos pesos. En ambos billetes –conocidos en El Salvador de inicios del siglo XX como “billetes del charro”, por la figura masculina que aparece a caballo- destacan las firmas del poeta y exvicepresidente de la república Calixto Velado (Izalco, 1855-San Salvador, 1927) y de Benjamin Bloom. El grabado no corresponde a una escena vinculada con el territorio salvadoreño, sino al cerro de La Silla, en los municipios de Guadalupe y Monterrey, en el estado mexicano de Nuevo León.

Tras su primera década de funciones, el Banco Occidental creció muchísimo, por lo que el 18 de julio de 1899 optó por trasladar su sede central hacia la ciudad de San Salvador, desde donde condujo sus operaciones como la mayor institución bancaria de El Salvador hasta 1934, cuando fue establecido el Banco Central de Reserva. Por medio de una negociación con el gobierno central salvadoreño, le fue retirada la autorización para emisión de papel moneda. Sus activos y pasivos fueron adquiridos por la naciente institución centralizadora de la actividad financiera oficial, que lo clausuró de forma definitiva a mediados de la década de 1950.

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El edificio original del Banco Occidental en la capital salvadoreña fue destruido por los terremotos y erupción del volcán de San Salvador, registrados en la noche de Corpus Christi, jueves 7 de junio de 1917. Para entonces, esa empresa bancaria tenía diversas conexiones comerciales y telegráficas con otras firmas bancarias de múltiples partes del mundo, en las que se podían realizar transacciones y operaciones comerciales, de inversión, cobro y pago.

La imagen grabada del segundo edificio del Banco Occidental en la ciudad de San Salvador fue usada como parte del billete de 50 pesos (sic: colones) emitido en diciembre de 1917. Esa edificación fue demolida en la década de 1950, para dar paso al Banco Hipotecario, al sur de la plaza Barrios, donde ahora funciona la Biblioteca Nacional “Francisco Gavidia”.

En varias ocasiones, Benjamín Bloom fue señalado y acusado por cobrar intereses muy elevados, casi de agiotista. Incluso, en algún momento se vio involucrado en una pelea a tiros en una calle capitalina con el también millonario estadounidense Winnall A. Dalton (padre del escritor Roque Dalton García), quien sobrevivió a las heridas recibidas. Bloom falleció en San Salvador, el último día de 1951. Así concluyó la vida intensa del promotor de una entidad que se ganó su propio espacio en la historia bancaria nacional.