En los siete días que transcurrieron del 27 de diciembre del año pasado al 2 de enero pasado, los registros públicos del comportamiento de enfermedades, del Ministerio de Salud, no tienen datos.
El hecho podría parecer menor, de no ser porque esa es la bitácora que guía a los profesionales de salud y analistas sobre el comportamiento de las enfermedades, virus que circulan, zonas en donde una enfermedad esté afectando más,lo cual les permite tomar decisiones oportunas o sacar conclusiones de la toma de decisiones para combatir una enfermedad.
Este reporte del comportamiento de 11 enfermedades o boletín epidemiológico es publicado semanalmente en la web por el Ministerio de Salud, y las fechas que no fueron reportadas tendrían que estar en el boletín 53; el cual hasta ayer por la tarde no estaba en la página web de esa cartera de Estado.
Para muestra de la importancia de este documento hay que revisar la información sobre el registro de casos de neumonía. En el boletín 52, que tiene datos hasta el 26 de diciembre pasado, se publicó que la cantidad de muertes por esa enfermedad fue de 1,253, que la letalidad por la enfermedad en ese momento fue de 16.9 % . La letalidad significa que de cada cien ingresados por neumonía 17 fallecieron. El mismo informe indica que al comparar el comportamiento de la enfermedad con los registros de 2019, la letalidad creció porque en ese año había sido de 6.35 %. El mismo informe advierte que la enfermedad estaba entrando en una zona de riesgo.
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Pero luego de ese reporte no se sabe qué pasó en los siete días donde no hubo reporte. Y el boletín más reciente que Salud ha publicado es el de la Semana 1 de este año.
El director del Instituto de Ciencias de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), Óscar Picardo Joao, explicó que los boletines sanitarios son esenciales porque contienen información que permite ir conociendo la identidad del contagio comunitario de diversas enfermedades, el nivel de propagación, cómo está funcionando, por dónde se está propagando la enfermedad.
“Los consumidores de este documento es la comunidad médica y eso le permite generar cierta educación con sus pacientes, hospitales. Al no tener información, obviamente, la gente relaja las medidas de higiene sobre todo en el tema de dengue u otro tipo de enfermedades. Y la información contenida es importante para hacer salud pública para preparar a la ciudadanía, a los hospitales incluyendo las clínicas privadas esa es información esencial en el área médica”, dijo Picardo.
1,253
Según datos del boletín 52, el 69% (867) de las muertesfueron personas mayores de 60 años de edad.La tasa de letalidad (riesgo de muerte ) para 2020 subió a 16.9, mientras que en 2019 fue de 6.3%. La neumonía está asociada al COVID-19 .
El boletín registra el comportamiento de enfermedades como infecciones respiratorias, neumonía, arbovirosis (dengue, chik y zika), diarreas y gastroenteritis, fiebre tifoidea , hepatitis, enfermedades febriles, paperas, entre otras.
“La idea es que nosotros como médicos del país debemos estar bien informados porque también nosotros somos los agentes que podemos detectar algunas enfermedades por eso es importante que esté actualizado la información para poder confirmar o descartar que pueden darse brotes de enfermedades”, expresó el médico infectólogo, Iván Solano Leiva.
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Para el exviceministro de Salud, Eduardo Espinoza, la falta de esta información es una violación del Derecho a la Salud de los salvadoreños y una evidencia del desmantelamiento de la vigilancia sanitaria que ha realizado la actual administración.
“Con la llegada de este Gobierno todo eso se ha desmantelado, las notificaciones que se reciben no se procesan en la Dirección de Vigilancia de la Salud, que es la instancia técnica diseñada para eso. Eso se procesa hoy en Capres (Casa Presidencial), se salta los procesamientos de datos y publican lo que quieren. No lo que sucede realmente sino lo que es conveniente a los intereses políticos, publicitarios. Entonces eso distorsiona completamente las estadísticas”, opinó el exfuncionario.
Espinoza pone como ejemplo que los datos de muertes por neumonía, que hasta el 26 diciembre sumaban 1,253 decesos pese a que la cantidad de casos de pacientes era menor que el reporte de 2019. Y el boletín la colocaba los casos de enfermos de infecciones respiratorias en una “zona segura” desde la perspectiva de epidemiología, es decir no había riesgo para la población.
“Se publican datos de la mortalidad y casos sospechosos que no son compatibles con la realidad que la gente (profesionales de la salud) ven todos los días (…) Las neumonías siempre son complicaciones de infecciones respiratoria (…) pero si el número de consultas por infecciones respiratorias se mantiene estable y el numero de neumonías se eleva, eso quiere decir que la diferencia entre los muertos reportados por COVID-19 y los casos de neumonía que se están viendo son debidos a COVID-19”, analizó el exfuncionario.
El doctor Espinoza explicó que el acceso a los datos debe ser público para toda la población, medios, analistas, investigadores y académicos, pero es probable que se esté evitando publicar datos para evitar que se realicen investigaciones o estudios con los casos que se reportan, y por lo cual recurren a declarar reserva total la información sobre los casos de COVID-19.
Espinoza expone que las consecuencias directas de esconder y no dar a conocer esos datos se develan en datos de mortalidad, “hay datos importantes de mortalidad en muertes maternas y de otras enfermedades que es indicativo de un mal funcionamiento de todo el sistema en su conjunto. Porque se debe tener coordinado todos los niveles del sistema. Si esa tasa se eleva, seguramente todo el sistema esta perdiendo coordinación entre los niveles. Y está fallando no solo en eso, si no que en la referencia y emergencia”, concluyó.