La ruta para desviar millones desde proyecto El Chaparral hacia Panamá

La empresa Astaldi tomó dinero del anticipo de $65.9 millones para desviarlo a otros proyectos que no tenían nada que ver con la obra de la central hidroeléctrica El Chaparral. Por ejemplo destinó $11 millones a su filial en Panamá, establece la investigación fiscal.

descripción de la imagen
En diciembre pasado, la jueza Noveno de Instrucción, Nora Montoya, realizó una inspección a la presa El Chaparral. Foto EDH / Archivo

Por Mirella Cáceres

2020-02-28 4:30:07

Un equipo de auditores de la Corte de Cuentas no solo detectó pagos no justificados de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) a la constructora italiana Astaldí S.p.A e incumplimientos de contrato para construir El Chaparral, sino que también le señalaron a la contratista un uso inadecuado de los fondos del anticipo.

El primer informe de auditoría a la ejecución del contrato de El Chaparral en el periodo del 5 de enero de 2009 al 31 de diciembre de 2011, establece que del anticipo de $65.9 millones, la compañía tomó $11 millones y los trasladó a su filial de Panamá, además de $1 millón a su filial en Costa Rica, sin estar relacionadas con el proyecto.

La transferencia de fondos a Astaldi Costa Rica ocurrió del 25 de abril de 2009 y a la filial en Panamá fue tres días después.

Por ejemplo, de $5 millones tomados del anticipo $2,688,856.35 fueron relacionados con la recepción del servicio para la obra de El Chaparral, pero lo restante fue a parar a obras en el hospital de San Miguel, un proyecto en Metapán, otro de Fomilenio, además de Astaldi Honduras por $263,560.61 y otros $14,136 de una compra que no fue justificada para qué la usaron, dice el informe.

“En consecuencia, la compañía Astaldi S.p.A orientó fondos del anticipo entregado por un monto de $11,889,717.70 para otros proyectos no relacionados con el contrato No. CEL 4143-S”, concluyeron. Además dejaron sentado que la ley Lacap establece en los artículos 34 y 69 que el anticipo es para la ejecución inicial del proyecto y que la CEL debió haber verificado el uso correcto de ese dinero que entregó.

En el informe final ya no cuestiona nada sobre el uso del anticipo, solo concluye que la empresa nada más había amortizado $5.9 millones del monto recibido y textualmente: “no podemos asegurar que se haya utilizado en su totalidad en el proyecto”.

Según la Fiscalía, esta es parte de las seis irregularidades desvanecidas sin base técnica en el informe final y de lo que quedó huella digital en la Corte. Por este caso tiene procesados al exdirector de Auditoría Cuatro y al excoordinador general de Auditoría.

El director de Defensa de los Intereses del Estado, de la Fiscalía General, Mario Donal Salazar, confirma que uno de esos hallazgos es el traslado o “fuga de capitales” por $12 millones a Panamá y Costa Rica.

“Era un préstamo que se hizo a Astaldi Panamá. Si es el adelanto es para la ejecución de la obra, pero se han desviado; debieron ser utilizados para la programación de lo que estaba dentro del adelanto. El adelanto está dado para que la empresa tenga su colchón de iniciar la obra no para que esté desviando fondos”, cuestionó Salazar.

El supuesto soborno dado a Funes a cambio del pago extra a Astaldi

Panamá también aparece como destino de parte del dinero desviado del proyecto El Chaparral que establece la investigación fiscal que derivó en la acusación por varios delitos contra Mauricio Funes, la pareja de este, Ada Mitchell Guzmán; Miguel Menéndez (Mecafé); el expresidente de CEL, Leopoldo Samour; el representante y contador, respectivamente, de Astaldi, Mario Pieragostini y Efraín Quinteros. Excepto Mecafé, todos son prófugos de la justicia.

Al arreglo inicial con los italianos que aprobó la junta directiva de CEL, el 1 de junio de 2012, era de $105 millones, pero Samour propuso cuatro días después incorporar los $3.5 millones.

Este monto adicional fue a los bolsillos de Funes y Mecafé, dijo la Fiscalía.

Un mes antes de que se concretara el arreglo directo entre Cel y Astaldi, entre el 10 y el 12 de junio del 2012 Menéndez y Samour viajaron a Panamá para comprar de la sociedad fachada Headford Business, dice la indagación fiscal. Además, dice, abrieron una cuenta en el FPB Bank Inc. en Panamá, que sirvió para los depósitos de las dádivas entregadas por Astaldi a Menéndez y Funes.

Al comenzar las transferencias de CEL para Astaldi, Menéndez junto Mario Pieragostini y un testigo protegido, elaboraron contratos falsos con los que simularon el pago o redistribución de los servicios, supuestamente prestados por Headford y dos sociedades ligadas a Astaldi: Railway International Trading Corp y RIFT International.

Más de 1 millón de dólares sirvieron para la creación y funcionamiento de la franquicia de sociedades Latin América Spa que se constituyeron en El Salvador, Panamá y Suiza, en las que aparece Funes como dueño. En El Salvador, Latin América Spa era administrado por Guzmán, pareja de Funes.