Marta, quien protestó en los Cenade, sigue pasando hambre sin bono de $300 ni víveres

La vendedora ambulante no ha recibido beneficio de las autoridades. La señora sobrevive de lo que sus vecinos del barrio Zurita le regalan.

Por Óscar Iraheta

2020-05-26 9:45:04

Lo más cerca que doña Marta ha estado de la ayuda económica y de víveres que ha dado el gobierno durante la emergencia, es a pocos metros. Hace un par de días, solo vio cómo un pick up que transportaba decenas de bolsas con víveres, pasó frente al mesón donde vive pero a ella no le entregó nada.

Doña Marta asegura que quienes llegaron a repartir bolsas con alimentos eran de la alcaldía de San Salvador. Dice que lo hicieron a las casas de la otra cuadra donde ella vive y en otros lugares cercanos.

“Dijeron que volverían al día siguiente. Nos anotamos en una lista y nunca vinieron. Se fueron y nos dejaron engañados, no solo a mí, sino a todos mis vecinos. Me parece que quizás no es que no quieran darnos, sino por la organización. Algunos les dieron dos veces y a otros que no lo necesitan”, asegura la vendedora ambulante de 65 años.

Marta Concepción Menéndez es la señora que frente a las oficinas del Centro Nacional de Atención y Administración de Subsidios (Cenade), en la colonia Flor Blanca, se exasperó y reclamó frente a las cámaras de televisión, el bono de $300 que Nayib Bukele prometió a los afectados directos de la pandemia del COVID-19, el lunes 30 de abril pasado.

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Esta vez, dice, tras no recibir los víveres, no se alteró, solo le dio tristeza cuando observó que el vehículo con los alimentos se retiraba sobre la 4a. Calle Oriente, en el barrio Zurita, al sur de San Salvador.

Doña Marta es una vendedora ambulante del centro de San Salvador y sus alrededores. Vende rasuradoras, baterías doble A y otras cosas a bajo costo. Si un día de trabajo le va bien, dice que gana 5 dólares; a veces, solo se conforma con dos o tres dólares, pero hay otros días en que no consigue nada.

Tiene nueve años de vivir sola en una reducida habitación que no supera los cuatro metros de ancho por cuatro de largo, en un mesón situado en el referido barrio.

“Nos dijeron que no saliéramos de nuestras casas pero no nos dijeron que allí teníamos que morir de hambre”.

Marta Menéndez, vendedora afectada

La vendedora asegura que ha visto en la televisión cómo el gobierno ha repartido víveres, pero resiente que ni ella ni sus vecinos han sido beneficiados, pese a ser afectados directos de la pandemia.

“De qué nos sirve tener un día para ir a comprar al súper si no tenemos (dinero para comprar) qué comer. Nos dijeron que no saliéramos de nuestras casas, pero no nos dijeron que ahí teníamos que morir de hambre”, reflexiona.

Ataques contra ella luego de su reclamo ante el Cenade

El Diario de Hoy entrevistó a la señora dos días después de que gritara frente las oficinas del Cenade, tras no poder entrar debido a la aglomeración de personas que salieron por orden del presidente Bukele a reclamar su bono de $300.

Marta Concepción Menéndez es la señora que frente a las oficinas del Centro Nacional de Atención y Administración de Subsidios (Cenade), en la colonia Flor Blanca, se exasperó y reclamó frente a las cámaras de televisión, el bono de $300 que Nayib Bukele prometió a los afectados directos de la pandemia del COVID-19, el lunes 30 de abril pasado.
Foto EDH / Archivo

“Gracias a ese reportaje me regalaron comida y un poco de dinero. Pagué deudas y un par de meses que debía de alquiler. Pero ya se me acabó el dinero. No tengo qué comer. La dueña de la casa tiene piedad de mí y me da de comer, gracias a ella y su bondad, si no, me hubiera muerto de hambre”, declara la señora entre sollozos.

Después de que el rostro de doña Marta se publicara en los medios de comunicación, ese 30 de abril, seguidores del gobierno difundieron información falsa: publicaron una imagen del DUI de una señora con rasgos físicos parecidos a doña Marta y aseguraron que ella andaba reclamando pese a que ya tenía los $300 del bono.

“No fue cierto eso, yo nunca salí beneficiada. Hace poco anduvo circulando un video de una señora que se está muriendo en un cama y que le falta el aire y todos dicen que soy yo. Eso es mentira. Yo, gracias a Dios, estoy bien de la presión y del corazón”, expresa.

La vendedora ambulante sostiene que al terminar la cuarentena y aún cuando el gobierno permita salir a las calles, no cree que vaya a salir de inmediato, ya que tiene miedo de salir, contraer el virus y morir.

“Yo padezco del corazón y de la presión. Si el virus me da me va matar rápido. Tendré que estar dos meses sin salir y no podré ganar dinero, quizás me voy a morir de hambre”, dice doña Marta.

La señora agradece al presidente Bukele por todas las medidas que ha tomado para evitar que el virus se propague y mueran muchos salvadoreños, pero a su vez le hace un llamado a que les mande la canasta básica que él prometió.

“Yo no lo quiero ofender, pero el presidente debe ver que la gente que necesita la ayuda no la ha recibido. Le agradezco mucho su sacrificio por todo el país. Pero debe mejorar el trabajo de la donación”, razona doña Marta.

Si usted quiere ayudar a doña Marta Concepción Menéndez, puede comunicarse al número 6105-4754.

 

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Doña Marta, la olvidada del barrio Zurita, sin bono y canasta de alimentos

La vendedora ambulante no ha recibido ningún beneficio del gobierno ni de la alcaldía capitalina. Sobrevive de la ayuda que le dan vecinos del barrio Zurita.