Cardióloga pediatra salvadoreña destaca en Estados Unidos

La doctora Jenny Zablah labora en un hospital pediátrico del estado de Colorado. Investiga y desarrolla nueva tecnología para tratar males cardíacos en niños.

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Foto EDH/ cortesía

Por Susana Joma

2019-10-27 7:30:23

Ayudar a otros a sanar es algo que ha marcado la vida de Jenny Elizabeth Zablah Alabí. Es una salvadoreña que de niña jugaba a curar sus muñecas, que siempre fue la primera en correr a auxiliar a sus compañeras de clase, y que hoy es una prestigiosa cardióloga pediatra intervencionista que trabaja en el desarrollo de nuevas técnicas menos invasivas que permitan tratar, de forma más eficaz, problemas cardíacos congénitos en niños.

Zablah Alabí, de 33 años, trabaja desde 2016 en el Children´s Hospital Colorado, en Denver, estado de Colorado, Estados Unidos, un centro fundado en 1908 que en los últimos 20 años ha estado en la lista de los mejores hospitales infantiles de esa nación, y en el que desde hace tres años se utiliza una técnica de imprimir modelos a escala y tridimensionales de corazón, con miras a buscar mejores alternativas de tratamiento para los pacientes.

Esos modelos del corazón o partes del mismo, de acuerdo con lo que explicó, se imprimen a partir de los datos e imágenes que se obtienen a través de exámenes de Tomografía Axial Computarizada (TAC), resonancias magnéticas que le hacen a los niños.

La compatriota, quien además se desempeña como profesora adjunta de la Universidad de Colorado, tiene dos años de haberse integrado a ese hospital de niños y forma parte del equipo de médicos investigadores que aplican esa herramienta, y en el cual interactúa con otros dos colegas con su especialidad, además de radiólogos, cardiólogos, e incluso un arquitecto.

Haciendo historia

Según dijo, es la primer mujer que está trabajando ahí de todos los años que tiene el hospital y cada día suma conocimientos para mejorar las actuales técnicas, como ha hecho con la técnica que usan para generar las imágenes en 3D.

“Lo novedoso que yo cree es que como es tan fácil imprimir de TAC o resonancias magnéticas, pensé que si de alguna manera procesaba las imágenes que hacemos en la sala de cateterismo cardíaco llamada Angiografía rotacional 3D para crear un set de datos que se pudieran imprimir en 3D podría ahorrarle a los pacientes otro procedimiento”, señaló.

En su momento la doctora Zablah Alabí visualizó que de esa manera las imágenes del corazón podrían servir no solo para guiar el procedimiento de cateterismo, sino también que una vez impresas podían guiar a los cirujanos cardíacos a la hora de realizar cirugías, y a las familias de los pacientes a entender la anatomía del corazón de su bebé.

Foto EDH/ cortesía

“Logré encontrar la manera de hacer eso, así que compramos un printer 3D que tengo en mi oficina. Después de cada procedimiento de cateterismo en donde ocupamos angiografía rotacional 3D yo proceso las imágenes y las imprimo. Si (las impresiones del corazón o partes del mismo) son necesarias para que el cirujano planee la cirugía entonces se lo llevo a la sala de operaciones para que lo vean, luego las pongo en una cajita con la explicación de la anatomía para los papás, y se lo llevan a casa. Estas impresiones son del tamaño real del corazón de los bebés, lo cual es impresionante para los papás”, citó.

Añadió que parte de la novedad de la técnica en la que ha trabajado consiste en que la imagen del corazón que imprime a escala permite a los cardiólogos ver en forma más definida las arterias y venas, y en su caso ha logrado obtener imágenes de la vía aérea, con lo cual se aseguran de que en la intervención no obstruirán esta vía, o pueden de igual forma determinar si hay alguna otra anomalía.

Otra de las ventajas que da el procedimiento que desarrolló es que disminuye la radiación a la que los pacientes son expuestos, porque para obtener las imágenes del corazón que luego se imprimará no se requiere hacerles TAC y además en la sala de cateterismo disminuye la dosis total de radiación que se les aplica.

La pediatra cardióloga, quien nació en Santa Tecla, en el seno del matrimonio formado por Mauricio Zablah y Jenny Alabí de Zablah, se marchó a residir en Estados Unidos en 2009, cuando tenía 26 años.

Ansias de superación

Sobre El Salvador guarda muchos recuerdos de su paso por las aulas del Colegio Fátima, en donde estudió de primer grado a bachillerato, así como de la Universidad Doctor José Matías Delgado, de donde en 2008 se graduó de la carrera de Medicina, con promedio de 88 y el grado Omnia Cum laude.

Ese mismo año un reconocido laboratorio nacional la honró con la distinción de Mejor Estudiante de Medicina.

“Desde que tengo memoria siempre me interesó medicina; desde pequeña jugaba a curar a mis muñecas, si alguien se caía en el colegio yo quería curarlas aunque fuera un rasponcito. Cuando llegó el momento de tomar la decisión, antes de graduarme de bachillerato, para mí fue natural decir que iba a estudiar medicina; me parecía que mi día a día iba a ser ayudar a personas de una manera u otra”, precisó la doctora Zablah.

Aseguró que su decisión de mudarse a Estados Unidos se debió a que estaba decidida a hacer una especialidad que no estaba disponible en el país, al hecho de que en Estados Unidos está mucho más avanzada la tecnología, a las cosas que podía aprender y hacer.

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“Yo sabía que esta especialidad es muy competitiva en USA y que no había garantías de que lograría mi objetivo, pero mi educación médica en El Salvador me dio las bases para llegar hasta donde estoy ahora”, comentó la especialista.

Inicialmente se formó como pediatra en el Miami Children´s Hospital de Miami, Florida; luego como cardióloga pediatra en el Cohen Children´s Medical Center, Northwell Health de Nueva York, y tras ello como intervencionista cardíaca pediátrica en el hospital en donde labora.

Mente visionaria

“Siempre me ha gustado la tecnología y desde que comencé a trabajar en Estados Unidos busqué una manera de aplicar nuevas tecnologías en medicina. No me imaginé el nivel de complejidad al cual llegaría y es gracias al la Universidad de Colorado que ha apoyado las iniciativas e ideas que he propuesto”, aseveró la doctora Zablah, quien está casadacon Manuel Rodríguez, un médico mexicano que le ha brindado su apoyo y con quien tiene dos niñas, una de cuatro años y otra de veintiún meses.

“El director del Heart Center del Hospital, doctor Dunbar Ivi, eminencia mundial en hipertensión pulmonar, junto con el director de la sala de cateterismo, doctor Gareth Morgan, han apoyado cada locura, de tal manera que me compraron el printer 3D sin mayor problema; me ayudan a organizar mi horario para poder viajar a diferentes conferencias en Estados Unidos y Europa para hablar de estas tecnologías en las cuales somos líderes”, aseveró.

La galeno subrayó que se siente feliz de ver que todo el esfuerzo y las noches de desvelo y los días lejos de su familia en El Salvador han valido la pena y ahora puede crear recursos que benefician a miles de niños.

La compatriota sigue trabajando en la investigación clínica en intervencionismo cardíaco, así como en grupos multidisciplinarios como Radiología y Anestesia. Es así como participa en siete proyectos, entre ellos hay uno sobre uso de realidad virtual para planear procedimientos de cateterismo y cirugía cardíaca; otro sobre el uso de realidad virtual como distracción para pacientes antes, durante y después de procedimientos de cateterismo.

Comentó que suele venir al país para compartir sus conocimientos en conferencias que la Universidad Matías Delgado desarrolla cada año, pero no contempla volver a vivir acá porque está en un momento de su carrera en el que está creciendo rápido, y eso le está permitiendo tener acceso a recursos que en su momento le ayudarán a aportar más a su tierra natal.

La especialista, quien cuando tiene tiempo libre le gusta ir a escalar montañas con su familia, visitar parques, ir al cine, e incluso ir a bailar con su esposo, manifestó que en diez años se visualiza haciendo lo que hace ahora, lo que considera su “dream job” , pasando más tiempo con su familia, pero también siendo parte de uno de los grupos de médicos internacionales que hacen misiones a El Salvador, y poder establecer una manera continua de ayuda para pacientes con problemas cardíacos congénitos en el país.

En sus planes también está el de seguir compartiendo sus conocimientos con las nuevas generaciones de médicos a través de conferencias o programas de Educación a Distancia, en conjunto con su alma máter.