Kimberly junto a Kyle Kuzma, actual jugador de los Lakers de Los Ángeles. Foto Cortesía Enock Villalobos
En 2017, estuvo en el equipo que disputó un torneo en Puerto Rico, a donde ganó como la más valiosa. Y en diciembre de ese año, apenas con 15 años, formó parte de la selección mayor que disputó el Centroamericano, aunque con pocos minutos en cancha. El año pasado, estuvo en el evento Sub 18 y su plan ese seguir representando al país.
“Mi papá me ayudó mucho en eso (la decisión de jugar por El Salvador). Cuando fui al país, practiqué, me gustó mucho, las niñas, el equipo, cómo me trataron”, cuenta.
“Me siento bien orgullosa de ganar una beca y de mis padres, por todo el apoyo que me han dado por tantos años para practicar. Siempre pensaba, tantos años de jugar, cuándo iba a lograr algo para mí, y ahora poder escoger una universidad, así que muy feliz de mirar atrás todos esos juegos, entrenos, y lograr esto”, cuenta Kimberly.
Su actualidad
Ahora, cursa el último año de bachillerato, y divide su tiempo entre el estudio y los entrenos. Se levanta a las 6 a.m. a practicar. Luego, a las 8 se va a clases hasta cerca de las 3 p.m. Después, vuelve a practicar de nuevo, entre 2 a 3 horas. Luego se va a casa a hacer tareas y, en ocasiones, a hacer más ejercicio o a la cancha.
Aunque un tiempo jugó en la posición 3 (como small forward), ahora lo hace como guardia, lo que le permite atacar más el aro, ser más tiradora.
Su Ficha
Nació en: Venice, Estados Unidos
Fecha: 10 de diciembre de 2001
Edad: 17 años
Altura: 1.81 metros
Peso: 165 libras
Deporte: Baloncesto
En las vacaciones pasadas, tuvo la oportunidad de conocer a Kobe Bryant, a quien toda la familia admira. Según explicó su padre, “fue reclutada por el equipo de técnicos de Kobe para entrenar niños. Antes, estuvo él entrenándola como 2 semanas para prepararla, y ya luego se quedó trabajando un tiempo con ellos dando clases. Kobe la vio jugando y habló con el entrenador del equipo Taurasi para que fuera a su academia. Una de las cosas que le gusta es hablar español con Kim”.
“Estaba bien feliz de conocerlo. Y a él también le importan mucho los detalles, como a mí. Cuando él hablaba, aprendí mucho”, cuenta Kim, quien también conoció a jugadores de NBA como Kyle Kuzma y Anthony Davis, actuales de los Lakers de Los Ángeles, o a DeMar DeRozan, de los Spurs de San Antonio.
“A Kobe lo conocí a principio de verano, en junio, ya que trabajé en su gimnasio haciendo campamentos para chicos, y él pasaba algunas veces. Así conocí a muchos profesionales que hablaron de sus experiencias y de la necesidad de trabajar duro por mucho tiempo para lograr algo”, confiesa la atleta.
Por ahora, no tiene el tiempo para trabajar en la Mamba School, la de Bryant. “En verano lo hice porque no tenía clases; ahora estudio de lunes a viernes”.
Ya en su último año en high school, también tiene claro que quiere seguir jugando por el país. “Creo que la Universidad siempre apoya cuando representas a tu país; depende si El Salvador tiene algún torneo para mi edad, pero sí estoy bien abierta a todo. Mi papá pasa pendiente”, cuenta Kim. Y es que Enock fundó en Los Ángeles la subfederación salvadoreña de BKB.
Con 17 años, Kim se ve como una jugadora diferente. “No es fácil, hay diferencias en altura y todo eso, pero a veces yo tengo más habilidad que otras grandes, eso me hace diferente. Soy alguien que pone mucha atención a los detalles en la cancha; luego trato de hacer de mi equipo lo mejor que pueda, me fijo en los pases, me gusta mucho atacar con diferentes movimientos, trato de ser diferente”.
Al consultarle si por ser latina siente que le ha costado más destacar en un mundo de gigantes no pone ninguna excusa. “No, creo que lo más es trabajar y tener mucha confianza en uno mismo, todo lo que dices es lo que puedes dar y con el tiempo van a venir los frutos; no es fácil, no es una cuestión que llevas un año jugando y luego tienes todo, sino es seguir y seguir por años”.