Raúl Lara, oncólogo: “Más del 60 % de pacientes con cáncer no recibe tratamiento oportuno”

El especialista subrayó la necesidad de que en el país se impulse una campaña integral y masiva para hacer conciencia sobre este mal y se capacite a todos los médicos y personal que labora en el sistema de salud.

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El doctor Raúl Lara tiene 49 años de experiencia en el estudio del cáncer. Foto EDH / Lissette Monterrosa

Por Evelia Hernández / Susana Joma

2020-02-22 8:30:48

El doctor Raúl Lara, un radioncólogo salvadoreño que supera los 40 años de experiencia en su campo, afirmó que hoy día “las condiciones de tratamiento del cáncer en el país son inaceptables; (debido a que) más del 60 % de los pacientes con esta enfermedad no recibe tratamiento oportuno”.

El doctor Lara, quien es director médico del Centro Salvadoreño de Radioterapia, expresó que la situación es preocupante porque en el caso del cáncer, si hay algún error en el diagnóstico, un retardo en el tratamiento o la ausencia de este, es algo que se paga con la muerte.

“Acá tenemos una mortalidad muy grande que el propio gobierno no conoce porque no tenemos un registro del cáncer válido”, citó.

Este especialista fue el encargado de desarrollar hace varias décadas el Programa de Cáncer del Instituto Salvadoreño de Seguro Social (ISSS); además fundó el Hospital Oncológico de la misma institución que cuenta con atención psicológica oncológica, cuidados paliativos, clínicas para la cesación de fumado, entre otros.

Sin embargo, lamentó que hasta hoy en el país no se hayan hecho los esfuerzos para replicar esa modalidad de servicio contra el cáncer que tiene el ISSS en el sistema de salud público para beneficiar a toda la población.

“Desde afuera la gente mira con cierto asombro cómo ese programa de cáncer y ese hospital oncológico está lleno y está trabajando, dando los tratamientos debidos en el momento adecuado”, expuso.

En ese sentido el profesional, quien recién abanderó el Primer Congreso de Oncología y Radioterapia, en donde participaron cerca de 350 médicos, enfermeras y estudiantes de medicina, expresó sus esperanzas de que el actual gobierno retome un programa similar al del ISSS que él diseñó por encargo del anterior gobierno y del Banco Mundial, pero que no se puso en marcha pese a que tiene un alcance mayor.

Según explicó, la falta de datos precisos sobre la incidencia del cáncer estriba en el hecho de que en el país solo se cuenta con los registros que llevan hospitales grandes, pero ese es un registro reducido, y el que se debe tener es un registro poblacional universal, obligatorio, y con respaldo legal.

El doctor Raúl Lara estimó que cada año en El Salvador se reportan entre 12,500 y 13,000 nuevos casos. Esa es una cifra que, de acuerdo con sus palabras, ha calculado a partir de un cruce de estadísticas relacionadas con el aumento de edad, el crecimiento de la población y el aumento “normal” de la incidencia de cáncer que se ha venido dando en los países.

A criterio del radioncólogo detrás de ese 60 % de salvadoreños que no reciben tratamiento oportuno hay varias razones: el estigma que rodea a la palabra cáncer, la desconfianza que tienen los salvadoreños a acudir a los centros del sistema de salud pública debido a la discriminación, la tardanza en el otorgamiento de citas, a lo que se suma las malas experiencias que han tenido con familiares.

El director médico del Centro Salvadoreño de Radioterapia advirtió que otro aspecto que juega en contra del efectivo combate de la enfermedad es que, en la práctica, el personal de salud que trabaja en los centros ubicados en lugares más remotos del país (es el caso de médicos generales, enfermeras y promotores de salud) no tienen plena consciencia sobre esta enfermedad; lo mismo ocurre con los líderes comunitarios, alcaldes, pastores y sacerdotes.

Campaña integral

Ese panorama es el que lo ha llevado a decidirse a emprender pronto un proyecto de concientización sobre la necesidad de prevenir y detectar temprano el cáncer, algo que tiene contemplado llevar adelante aprovechando el alcance que tienen las redes sociales.

Y es que según dice ya en 2014 durante una convención de especialistas que se llevó a cabo en Melbourne, Australia, quedó definido que esta enfermedad solo se puede tener a raya con la prevención y diagnóstico temprano. “Lo que menos cuesta en un programa de cáncer es eso (la prevención), pero hay que hacerlo, y aquí no se está haciendo apropiadamente. Se ha comenzado a hacer algunos intentos de educación y promoción de las medidas, digamos básicas, pero es muy tarde y muy poco”, citó.

Con ello el doctor Raúl Lara se refiere a que las acciones de prevención no se deben limitar a la entrega masiva de boletines y panfletos en donde se promueven los buenos hábitos de salud o las señales de advertencia del cáncer, sino que eso debe ir acompañado de todo un programa de concientización, educación y promoción que abarque hogares, empresas, centros de salud.

El 40 % del cáncer tiene causas prevenibles y más del 50 % puede ser curado si es diagnosticado a tiempo”, aseveró.

A criterio del médico, de igual manera, es necesario que el gobierno capacite a todo su personal médico para que se actualice sobre el tema, los pasos que deben dar en la consulta, y así evitar que los pacientes sean referidos en forma tardía a los especialistas para recibir el tratamiento.

Los médicos y la población deben tomar en cuenta siete señales que podrían implicar la aparición de cáncer, como bultos o tumores inusuales en cualquier parte del cuerpo, sangramiento de las cavidades naturales sin razón; enronquecimiento sin razón aparente y que persista después de tomar medicamentos, cambio de los hábitos intestinales ya sea diarreas frecuentes o estreñimientos, sangrado al orinar, cambios en lunares.

Costos país

Lara sostiene que la detección tardía del cáncer no solo implica el riesgo de vida del paciente, sino también un incremento en el costo de los servicios de salud, un impacto social y a la larga un golpe a la economía del país.

Si bien aclara que en el país las autoridades desconocen los costos de tratar el cáncer, el costo de tratar a un paciente en fases avanzadas de cáncer incrementa en 7 u 8 veces la inversión, considerando que los medicamentos, las hospitalizaciones son carísimas.

“Ese es el costo directo, pero el costo indirecto ni siquiera se ponen a pensar. Son cientos de millones al año que se pierden en el pasivo laboral. El 35 % de los pacientes que tienen un tratamiento de cáncer ya no regresan a su trabajo”, agregó.

El radioncólogo, quien no concibe que se sigan presentando muchos casos de cáncer de la matriz, subraya que en una sociedad matriarcal como la nuestra eso genera un desequilibrio familiar sobre todo si las mujeres mueren jóvenes.

“El gobierno no tiene ni idea de todo lo que está gastando en ese pasivo laboral, en la pérdida de horas de trabajo, en la perdida de productividad”, acotó.