Carolina, la maestra de los niños con cáncer

En el pasillo de un centro médico de San Salvador, desde hace ocho años, Carolina Cristales ayuda a niños con cáncer a recuperar horas clase que han perdido por causa de su enfermedad que requiere largos y dolorosos tratamientos. Ella conoce en carne propia la realidad de este tipo de pacientes.

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Una niña del área hospitalaria recibe su clase personal de lenguaje en cama. Foto EDH / Lissette Monterrosa

Por Lissette Monterrosa

2020-01-23 10:27:37

“Mis niños me dan un ejemplo de vida. Ellos están pasando por una enfermedad que requiere de un tratamiento bien duro. A pesar que les ponen inyecciones y llegan a la clase llorando por el dolor, se limpian las lágrimas y a los cinco minutos ya se están riendo”. Estas son las palabras de Carolina Cristales, maestra del Mined que desde 2008 da clases a niños con cáncer que pasan consulta en el Centro médico Ayúdame a Vivir, ubicado en el bulevar Los Héroes, a la par del anexo del Hospital de Niños Benjamín Bloom, en San Salvador.

La fundación alberga la escuelita con el objetivo de que los niños no pierdan su proceso de aprendizaje formal mientras están en largas y extenuantes terapias. La han bautizado con el nombre de Escuela de Educación Especial “Reinaldo Borjas Porras”, en honor a un benefactor que regalaba fondos para material didáctico para los niños del Hospital Bloom.

Borjas Porras se inspiró por el trabajo de la maestra Marta de Cruz, quien en el año 2001 daba clases particulares a un sobrino ingresado. Al ver el interés de otros niños hospitalizados, quienes se acercaban a escuchar esas clases por el deseo de aprender, empezó a patrocinar la obra para que extendiera las clases para todos los niños. La maestra Marta acudió por ayuda al Ministerio de Educación en 2002 y con el apoyo del Bloom fue oficialmente inaugurada la escuela ese mismo año.

El aula se tiene que instalar cada día porque las mesas están en un pasillo. Al finalizar la clase se vuelven a guardar en una esquina. Foto: Lissette Monterrosa

El aula de la escuela en la Fundación Ayúdame a Vivir es imaginaria, según la maestra Carolina, porque los pequeños reciben clases en un pasillo donde pasan los médicos, enfermeras y padres de familia con sus niños. A pesar de esas limitantes, la educadora ubica las sillas y mesas, distribuye los libros, cuadernos y demás accesorios e inicia su trabajo.

Los niños pueden participar dependiendo de las condiciones de su salud. Otros se convierten en alumnos y aprovechan el tiempo mientras esperan su turno para pasar consulta con el médico. Si los niños no pueden asistir a la clase porque no se pueden mover de su cama, Carolina llega hasta el área de hospitalización del centro médico para darles las lecciones por separado.

Carolina atiende a sus aprendices en la Fundación Ayúdame a Vivir una vez a la semana y para el resto de los días les deja tareas para el hogar. Los niños están matriculados y se les entregan certificados para que cuando mejore su estado de salud se incorporen a sus escuelas regulares. En 2019 se matricularon 17 niños, de los cuales 15 finalizaron el año escolar, ya que uno de ellos lamentablemente perdió la vida y el otro pequeño continúa luchando con su frágil salud.

La maestra entiende perfectamente lo que los niños sufren por su enfermedad día a día, ya que ella misma fue diagnosticada con cáncer de mamá en marzo del 2015. Actualmente, Carolina está por terminar el tratamiento de vigilancia médica que dura 5 años y se ausentó de la escuela solo cuando le daban incapacidad. La docente comenta que le da Gracias a Dios por haberla puesto en este lugar.

Según datos de la fundación Ayúdame a Vivir, en El Salvador hay 355 menores en tratamiento contra el cáncer. Indican que se diagnostican 250 casos nuevos cada año y que hay 500 pacientes en vigilancia tras finalizar el tratamiento.

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“Los niños llegan a clase llorando, se limpian las lágrimas y a los cinco minutos ya están riendo”

Carolina Cristales, maestra del Mined da clases a los niños con cáncer desde 2008 con cáncer que pasan consulta en el Centro médico Ayúdame a Vivir, ubicado en el bulevar Los Héroes, a la par del anexo del Hospital de Niños Benjamín Bloom.