El Juzgado de Paz de Comalapa, municipio del departamento de Chalatenango, envió a prisión preventiva a Ana Mercedes Escobar Galdámez, de 45 años, para que continúe el proceso judicial en su contra, como sospechosa de matar a Mayra del Carmen Rivera de Guerra, quien era considerada la mejor costurera del cantón Candelaria, de ese mismo municipio.
La audiencia inicial contra Ana Mercedes duró poco menos de dos horas; en la misma estuvo presente una de las hijas de la víctima, y varios hermanos de la acusada.
Al final de la diligencia, el juez encontró suficientes indicios como para que la imputada continúe siendo procesada.
A principios de diciembre, Ana Mercedes también enfrentó la audiencia inicial tras ser acusada del delito de posesión de tenencia de arma de fuego, por lo cual ya se encontraba en prisión preventiva, en las bartolinas del puesto policial del municipio de Agua Caliente, siempre en Chalatenango.
De acuerdo con fuentes policiales, durante la audiencia de ayer, la imputada prefirió guardar silencio cuando el juez le preguntó si iba a decir algo en su defensa.
Hasta el momento, las investigaciones aún no arrojan los motivos que la sospechosa tuvo para cometer el asesinato de Angela del Carmen, con quien se supone que tenían una relación de amistad, de la cual muchos vecinos del cantón Candelaria tenían conocimiento.
Lo cierto es, afirman vecinos, que el crimen ha puesto en aprietos a los habitantes del cantón pues tanto la víctima como la sospechosa eran consideradas como “buenas personas”.
“Ella no era importante, era más que eso, ella era muy querida por ser una mujer muy servicial en el cantón. Es una situación complicada porque Carmen y la Menche eran nuestras vecinas”, afirmó un hombre quien dijo ser vecino y parientes de las dos implicadas hasta hoy en la tragedia.
Durmió con el cadáver
Lo que tiene desconcertados a varios vecinos del cantón Candelaria es la actitud que la sospechosa mostró horas antes de hallar el cadáver de la costurera.
Cuando la familia denunció la desaparición y vecinos se organizaron para buscarla, la sospechosa se sumó a los grupos que buscaron a Angela del Carmen. Recuerdan que ella misma se preguntaba donde estaría la costurera a la que hacía pocas semanas le había pedido que le confeccionara una falda.
De no haber sido porque un vecino se atrevió a husmear por los alrededores de la cabaña donde vivía Mercedes, la cual está situada en medio de una espesa arboleda a pocos metros de un riachuelo, tal vez aún estaría como desaparecida la costurera y su cadáver quizá no lo hubiesen recuperado.
Al acercarse a la letrina de la vivienda en referencia, esa persona observó que parte de la estructura había sido removida; al observar dentro de la fosa, encontró que había ropa y otros trapos con sangre.
Con sigilo comunicó a las autoridades sobre el hallazgo y al hurgar entre los trapos ensangrentados, también encontraron los zapatos que aquel día calzaba la víctima.
Un equipo de bomberos llegó al lugar para recuperar el cuerpo de la fosa, sin embargo, se llevaron la sorpresa de que no estaba allí.
Mientras tanto, las autoridades notaron que en la casa había una habitación con candado y tras obtener la autorización de uno de los hermanos de la ahora sospechosa, descubrieron el cuerpo en un barril de metal al que le habían echado abundante cal.
De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, el informe del Instituto de Medicina Legal en el que se calcula la hora de la muerte de Angela del Carmen, coincide con la hora en que ella desapareció.
Según las fuentes, Mercedes durmió con el cadáver en su habitación durante la noche del 25 al 26 de noviembre.
De acuerdo con versiones de vecinos y familiares, es de dominio público que Mercedes es lesbiana, de hecho, en el lugar algunas personas se referían a ella con un apodo que hace alusión su identidad sexual.
Fuentes policiales afirman hay versiones que indican que Mercedes pretendía a la costurera desde hacía mucho tiempo, aunque eso aúno no consta en el proceso judicial, afirmaron.
Los investigadores del caso también han obtenido versiones de que la costurera había contraído una deuda de 300 dólares con Ana Mercedes; sin embargo, no consideran que ese haya sido el móvil del crimen.
El cadáver de la costurera tenía una herida de bala en la cabeza y dos heridas con arma blanca en los brazos.
En la casa de Ana Mercedes, las autoridades encontraron un revolver con un cartucho y un casquillo; por eso es que la Policía la capturó y la Fiscalía la acusó primero por el delito de tenencia de arma de fuego, por lo cual también guarda prisión preventiva.
Fuentes policiales cercanas a la investigación dijeron que es posible que en el asesinato de la costurera haya participado otra persona, pero de momento no han podido establecerlo y la sospechosa no ha involucrado a nadie más.