En el cantón Candelaria del municipio de Comalapa, del departamento de Chalatenango, el asesinato de Mayra del Carmen Rivera de Guerra ha causado indignación por partida doble entre sus vecinos.
La víctima era considerada por sus vecinos como la mejor costurera que había en ese cantón, un puñado de casas localizado al pie del lugar conocido como La Montañona, y caracterizado por ser pacífico, sin actividad criminal de pandillas. Mayra era quien elaboraba los uniformes escolares de los estudiantes de ese cantón y otros aledaños.
La conmoción de los pobladores de Candelaria también es mayor debido a que hasta ayer a las 4:00 p.m., una mujer estaba capturada como sospechosa de ese crimen.
La costurera desapareció el lunes en la tarde. Cuando salió de su casa, dijo a un pariente que iría a la casa de Ana M. E. G., quien en el cantón y otros aledaños es reconocida como lesbiana y que suele prestar pequeñas cantidades de dinero.
El cuerpo de Mayra Rivera fue encontrado por la Policía en la casa de una las vecinas del cantón Candelaria, municipio de Comalapa, en Chalatenango, el pasado 26 de noviembre
Cuando cayó la noche y no regresó, sus familiares comenzaron a buscarla. Fueron a preguntar a la cada de Ana pero ésta dijo que no había llegado a su casa.
Ana se sumó a la búsqueda que los familiares hicieron la noche del lunes y el martes en la mañana.
Sin embargo, cuando en ese mismo afán de encontrar a Mayra, unos policías llegaron a la casa de Ana notaron algunas manchas de sangre y una habitación asegurada con candado. Sin embargo, Ana insistía en que no sabía nada de su amiga y que en el cuarto no había nadie ni nada.
No obstante, los policías lograron que la mujer cediera en permitirles revisar la habitación.
El cuadro que encontraron fue de horror. El cadáver de Mayra estaba dentro de un barril, con un disparo en la cabeza y varias heridas en las extremidades, hechas aparentemente, con un machete. Al registrar la vivienda, las autoridades también encontraron ropa ensangrentada, un machete y un revólver.
Ana vivía sola en su casa, una pequeña cabaña en medio de una arboleda, cerca de un riachuelo. Ella se dedica a la agricultura. Ayer en los alrededores de la cabaña había manojos de frijol secándose.
El mismo martes, aproximadamente al mediodía, Ana fue capturada por sospechosa de asesinar a la costurera.
Algunas personas han dicho que ella confesó haber cometido el delito, pero también hay quienes (familiares de ella) niegan que ella haya hecho tal confesión.
Pero lo cierto es que fue capturada ese mismo día.
No obstante, hasta ayer a las 4:00 de la tarde, fuentes judiciales que pidieron el anonimato, dijeron que la Fiscalía no había presentado ninguna acusación contra Ana.
Las mismas fuentes aseguraron que el plazo legal del que disponía la Fiscalía para presentar la acusación contra Ana había expirado, pues solo disponía de 72 horas.
Se intentó hablar con familiares de Ana pero uno de ellos declinó hacerlo y conminó a los demás a guardar silencio, aduciendo que el caso se había tergiversado mucho entre el vecindario y redes sociales.