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Trompa de Chucho: el chile salvadoreño que pica en el extranjero

Desde Santa Ana, El Salvador, una salsa intensamente picante llamada Trompa de Chucho está encendiendo paladares en todo el mundo. Esta es su historia.

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Por Betty Carranza
Publicado el 24 de agosto de 2025

 

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Desde Santa Ana, El Salvador, la salsa Trompa de Chucho ha conquistado paladares en todo el mundo con su picante inconfundible y su esencia artesanal. Fundada en 2018 por Moses Magaña, esta marca nació del legado familiar y la innovación salvadoreña. Hoy exporta a Europa y EE. UU., manteniéndose fiel a ingredientes naturales y procesos locales. Con variedades como la roja ultra picante y la verde intensa, la marca representa una nueva generación de productos gourmet. Trompa de Chucho es ejemplo de cómo un emprendimiento salvadoreño puede cruzar fronteras, inspirar a otros y posicionarse como referencia en sabor y autenticidad.

Desde una pequeña fábrica familiar en Santa Ana hasta estantes en supermercados de Europa y Estados Unidos, Trompa de Chucho ha demostrado que un emprendimiento salvadoreño puede romper fronteras. Fundada en 2018 por Moses Magaña, esta marca de salsas picantes nació no solo de la tradición familiar, sino también de una anécdota inesperada con una clienta que retó al empresario a crear “una salsa que de verdad pique”.

El nombre peculiar, el sabor explosivo y una visión empresarial construida sobre valores como la naturalidad, el respeto por los ingredientes locales y la resiliencia frente a la burocracia, han hecho de Trompa de Chucho una marca insignia de la nueva generación de productos gourmet salvadoreños.

Un legado familiar convertido en innovación salvadoreña

La historia comienza décadas atrás con la abuela de Moses, Rosa Amelia, quien ya elaboraba y vendía salsas picantes reutilizando botellas de vidrio en los mercados locales. Su hijo, Moisés Magaña, estudió ingeniería en alimentos en Estados Unidos en los años 60 y trajo consigo el sueño de formalizar la producción de alimentos naturales. Así nació Aldemsa, con su reconocida marca Ana Luz, una empresa familiar que aún produce condimentos, vinagres y salsas.

Inspirado por esa trayectoria, Moses decidió estudiar mercadeo y comercio internacional. Pero fue en 2018 cuando su espíritu emprendedor encontró un nuevo camino con la creación de Trompa de Chucho, una marca dedicada a las salsas picantes.

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Cajas con chiles Troma de Chucho, ya listas para exportación. / Rodrigo Altamirano

"Una clienta en Santa Tecla me dijo que mi chile no picaba", recuerda. “Entonces decidí hacer algo que sí lo hiciera. La fórmula fue tan potente que hasta mi esposa pensó que estaba loco”, recuerda Moses Magaña.

Comenzó con solo cinco botellas, esperando venderlas en seis meses. Se agotaron en dos. La verdadera prueba llegó con una feria gastronómica: para cubrir los costos, debía vender 300 botellas en tres días. El primer día vendió solo una. Pero al segundo, con el apoyo de su familia, superó la meta. Un video viral de una señora probando la salsa selló el destino de la marca: Trompa de Chucho se volvió conocida a nivel nacional… y más allá.

De Santa Ana al mundo: crecimiento, exportaciones y retos

Trompa de Chucho hoy cuenta con 18 empleados directos y hasta 40 colaboradores indirectos, incluyendo productores de chile en Santa Ana, Ahuachapán y San Luis La Herradura. Moses y su padre entregan semillas directamente a los agricultores para asegurar la calidad del producto.

La empresa compra entre 1,000 y 2,000 libras de chile a la semana, durante la época de cosecha, los cuales se procesan en una planta que prioriza lo natural y lo artesanal: el chile se muele con vinagre, se separa la semilla (donde está el mayor picante), se tuesta y se reincorpora en la mezcla para un sabor ahumado inconfundible. Todo el proceso se hace con estrictas medidas sanitarias, incluyendo pasteurización y control de calidad.

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La marca puede ser encontrada en Amazon. / Foto Rodrigo Altamirano

Las exportaciones se han convertido en una parte esencial del negocio. Con presencia en Amazon y distribuidores en Estados Unidos, Italia, España, Alemania, Australia y más, Trompa de Chucho se ha convertido en un producto nostálgico para los salvadoreños en el exterior y un descubrimiento exótico para paladares internacionales.

Moses cuenta con orgullo cómo hasta estadounidenses en Nueva York piden la salsa para sus carritos de comida, gracias al boca a boca de empleados salvadoreños, radicados en esa ciudad.

Más que chile: una marca que evoluciona

La línea de productos ha crecido. Hoy existen varias versiones: la roja, ultra picante y de sabor directo; la verde, de picante medio pero con sabor intenso; y una edición limitada de empaque negro que se vende solo en septiembre, es extremadamente intensa “pero solo es de decoración”, dice Moses, aunque la gente se la come, reconoce. 

Adicional, está a punto de lanzar al mercado la Salsa Negra tipo Bonanza, desarrollada originalmente por su padre hace 40 años para un restaurante emblemático en San Salvador. Recientemente, también desarrollaron una miel de abejas picante, ideal para hamburguesas, pollo y pizza, siguiendo tendencias gastronómicas internacionales.

Cada producto mantiene la esencia de la marca: natural, artesanal y con fuerte identidad salvadoreña. Moses ha resistido aumentar los precios, pese a la inflación y las dificultades post-pandemia. “Desde que nació la marca no hemos subido un centavo. Preferimos absorber los costos”, asegura.

Consejos del fundador para emprendedores salvadoreños

Moses Magaña ha vivido en carne propia las dificultades del emprendimiento en El Salvador. Desde los desafíos para obtener registros sanitarios, hasta la falta de financiamiento real para emprendedores, su experiencia es una lección viva.

La empresa compra entre 1,000 y 2,000 libras de chile a la semana. / Foto Rodrigo Altamirano

Estos son algunos de sus consejos:

- Separar las finanzas personales de las del negocio. “Póngase un salario. Si mezcla el dinero, nunca va a crecer”.

- Poner límites. “Tenga un celular para el negocio y apáguelo a una hora razonable. Su salud mental también importa”.

- Tener paciencia con la legalización. "El registro sanitario es como una muralla. Necesita paciencia, resiliencia y apoyo”.

- Aceptar el fracaso como parte del proceso. Moses ha fracasado más de 15 veces antes de lograr su éxito actual. Incluso planea escribir un libro llamado El Fracasador en Serie.

- Escuchar al cliente. El comentario de una clienta fue el punto de partida para desarrollar un producto diferente.

Trompa de Chucho hoy está en Walmart, Dollar City y La Despensa de Don Juan. Están en negociaciones para ingresar a supermercados Selectos. La visión a largo plazo es lograr un “crossover”: que la salsa deje de ser un producto nostálgico para salvadoreños y se convierta en una experiencia buscada por cualquier amante del picante, sin importar su nacionalidad.

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