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Aumento en edad de jubilación sería parte de la próxima reforma de pensiones en El Salvador

El Salvador se prepara para una reforma previsional que incluiría aumentar la edad de retiro y la cotización, según advierte la Mesa por una Pensión Digna.

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Por elsalvador.com
Publicado el 15 de diciembre de 2025

 

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Una reforma al sistema de pensiones en El Salvador se encuentra en evaluación y podría implicar cambios significativos como el aumento en la edad de jubilación y en la tasa de cotización. La Mesa por una Pensión Digna advierte que estos ajustes responderían al envejecimiento de la población y a compromisos adquiridos con el Fondo Monetario Internacional. Se estima que las mujeres podrían jubilarse hasta cinco años más tarde, y los hombres hasta tres. También se discute la sostenibilidad financiera del sistema, la rentabilidad de los ahorros y la necesidad de mayor transparencia en el proceso técnico y legislativo.

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La posible reforma al sistema de pensiones en El Salvador incluiría un incremento en la edad de jubilación, según planteó la Mesa por una Pensión Digna. Este ajuste se estaría considerando como parte de los compromisos asumidos por el Gobierno salvadoreño con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y se anticipa como una medida de carácter estructural dentro de la próxima modificación legal.

Actualmente, la edad de retiro en El Salvador es de 55 años para las mujeres y 60 para los hombres. Sin embargo, el sistema de pensiones enfrenta presiones demográficas y financieras que hacen necesario revisar estos parámetros. En declaraciones recientes, Patricio Pineda, representante de la Mesa por una Pensión Digna, afirmó que el incremento en la edad de retiro podría oscilar entre tres y cinco años, dependiendo del sexo del trabajador. En el caso de las mujeres, la edad podría pasar de 55 a 60 años, mientras que para los hombres se plantea un aumento de entre dos y tres años.

Pineda explicó que estos ajustes obedecen a las tendencias demográficas del país, en donde la esperanza de vida ronda entre 73 y 75 años, con diferencias significativas entre hombres (68 años) y mujeres (76 años), según datos del Banco Mundial. Esta situación genera presiones adicionales sobre el sistema previsional, particularmente en lo relacionado a la sostenibilidad financiera a largo plazo. El aumento en la longevidad implica que los beneficiarios podrían recibir pensiones durante un periodo más prolongado, lo que incrementa el costo del sistema.

Otras medidas en discusión

El representante gremial también consideró probable un aumento en la tasa de cotización, aunque aún no se ha definido si esta medida afectará a los trabajadores, a los empleadores o a ambos sectores. Actualmente, la tasa de reemplazo se sitúa en un 33%, lo que implica que un trabajador jubilado recibe aproximadamente un tercio de su último salario como pensión.

Según Pineda, cualquier reforma debe incluir mecanismos que fortalezcan la cobertura, mejoren la rentabilidad de los ahorros y garanticen el uso transparente de los fondos. Indicó que una mayor tasa de cotización podría ayudar a mejorar el monto de las pensiones futuras, siempre que se acompañe de una gestión eficiente de los recursos previsionales. Además, subrayó la importancia de evitar que los fondos se utilicen para financiar otros compromisos del Estado, particularmente los derivados del régimen antiguo.

La reforma previsional podría aumentar la edad de jubilación y la cotización, según proyecciones basadas en datos demográficos y fiscales.
La reforma previsional podría aumentar la edad de jubilación y la cotización, según proyecciones basadas en datos demográficos y fiscales. / Foto Freepik.

Otra de las recomendaciones de la Mesa por una Pensión Digna es la revalorización gradual de los salarios y la ampliación de la cobertura previsional. Esto permitiría que un mayor número de trabajadores se incorpore al sistema, reduciendo la informalidad y aumentando la base de cotizantes. Esta medida es clave en un contexto en el que muchos salvadoreños trabajan en condiciones precarias sin acceso a seguridad social.

Transparencia y consulta en el proceso

Pineda sostuvo que el Gobierno se comprometió con el FMI a presentar un estudio actuarial como base técnica para sustentar la reforma previsional. La fecha original para su entrega era junio de este año, pero fue aplazada para septiembre. Sin embargo, hasta el momento no se ha hecho pública la información estadística ni el análisis previo comprometido.

El vocero de la Mesa indicó que el estudio actuarial requiere información confiable y un análisis detallado para proyectar la viabilidad del sistema. Mencionó que realizar este tipo de estudios suele requerir al menos cuatro meses de trabajo, por lo que el tiempo disponible es limitado. Señaló también que la ausencia de datos públicos dificulta el seguimiento del proceso y la generación de confianza entre los distintos sectores sociales.

Según Pineda, aunque el discurso del ministro de Hacienda, Jerson Posada, sugiere que el estudio ya está avanzado, aún no hay evidencia de una consulta amplia con los trabajadores ni de una discusión pública de los hallazgos preliminares. Esto, afirmó, podría generar preocupación entre los cotizantes y beneficiarios del sistema.

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Perspectivas y riesgos

La Mesa por una Pensión Digna advirtió que presentar una reforma que incremente la edad de jubilación y las cotizaciones sin mejorar los beneficios previsionales podría generar rechazo social. Pineda explicó que es fundamental equilibrar los requisitos con incentivos concretos para los trabajadores, como pensiones que cubran sus necesidades básicas.

Señaló también que el riesgo principal del proceso es de naturaleza política. Al tratarse de un tema sensible que afecta a una amplia proporción de la población, una implementación acelerada o sin el debido respaldo social podría derivar en conflictos. Por eso recomendó que se garantice un proceso de consulta real, con participación de trabajadores, empleadores, especialistas y otros actores clave.

Finalmente, destacó que la sostenibilidad del sistema de pensiones requiere una visión de largo plazo. Los cambios estructurales, como el ajuste en la edad de jubilación y en las cotizaciones, deben acompañarse de reformas que fortalezcan la institucionalidad, mejoren la fiscalización y promuevan una cultura de ahorro previsional entre la población trabajadora de El Salvador.

Con reportes del Diario de Hoy

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