El Salvador gana más de $8 millones tras el récord histórico del oro
El repunte del oro a $4,190 por onza generó a El Salvador una ganancia de $8.6 millones y fortaleció su estrategia de reservas junto al bitcoin.
Por
Evelyn Alas
Publicado el 16 de octubre de 2025
El Salvador obtuvo ganancias no realizadas de aproximadamente USD 8,6 millones gracias al repunte histórico del oro, que alcanzó los USD 4.190 por onza troy. El Banco Central de Reserva destacó que la reciente compra de 13.999 onzas, la primera desde 1990, forma parte de una política de diversificación de activos. Paralelamente, las reservas en bitcoin también registraron fuertes incrementos, consolidando una estrategia dual que combina oro físico y activos digitales para fortalecer la posición financiera del país ante la volatilidad global y las tensiones económicas internacionales.
El precio internacional del oro alcanzó el pasado martes un nuevo máximo histórico de $4,190 por onza troy, impulsado por un entorno global de alta incertidumbre geopolítica, tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y expectativas de una política monetaria más flexible por parte de la Reserva Federal de EE. UU.
El ascenso del metal precioso también beneficia directamente a El Salvador, cuya posición en oro físico ha experimentado un aumento significativo en valor. Según el Banco Central de Reserva (BCR), el país cuenta actualmente con 58,105 onzas troy de oro, valoradas en $243.66 millones, una cifra que refleja tanto la apreciación del metal como una política activa de diversificación de activos emprendida por las autoridades financieras.
Una ganancia cercana a los $8.7 millones
En septiembre, El Salvador realizó la primera compra de oro desde 1990, adquiriendo 13,999 onzas por un monto de $50 millones. Esta operación elevó en 31.8% las tenencias nacionales del metal, que pasaron de 44,106 a 58,105 onzas troy.
Con el nuevo precio récord, esa adquisición generó una ganancia no realizada estimada en $8.65 millones, resultado de la diferencia entre el precio promedio de compra ($3,571.8) y el valor actual de mercado $4,190.

El BCR subrayó que esta decisión forma parte de una estrategia de diversificación y fortalecimiento de las reservas internacionales, con el objetivo de “mantener un equilibrio prudente en la composición de activos”. En su comunicado oficial, el ente emisor destacó que la compra busca reducir la exposición a riesgos cambiarios y financieros, y aprovechar el contexto alcista de los metales preciosos.
“Estamos ejecutando una política prudente de diversificación, combinando activos tradicionales y digitales para fortalecer la posición financiera del país frente a la volatilidad internacional”, señaló el Banco Central.
Un entorno global que impulsa la demanda de oro
El repunte del oro responde a varios factores estructurales que han consolidado su papel como activo refugio. Entre ellos destacan la demanda sostenida por parte de los bancos centrales, las entradas de capital en fondos cotizados (ETF) respaldados por el metal, y la expectativa de recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
De acuerdo con analistas de Blue Line Futures, citados por Reuters, el oro podría superar los $5,000 por onza antes de 2026, siempre que se mantengan las políticas monetarias expansivas y el interés de los inversionistas institucionales.
Además del oro, la plata también mostró un notable desempeño, al superar los $52 por onza, su nivel más alto en la historia moderna. Este comportamiento refleja un apetito generalizado por activos tangibles ante el aumento de tensiones globales, conflictos armados y desequilibrios macroeconómicos.
El panorama mundial ha llevado a varios países a reforzar sus reservas de oro como mecanismo de protección frente a la inflación, la depreciación de divisas y la volatilidad de los mercados financieros. En ese contexto, la decisión salvadoreña de incrementar sus tenencias se enmarca dentro de una tendencia internacional más amplia.
Bitcoin: la apuesta por el “oro digital”
La estrategia de reservas de El Salvador no se limita al oro físico. En paralelo, el país ha mantenido una fuerte exposición a bitcoin (BTC), activo que la Oficina Nacional del Bitcoin (ONBTC) ha descrito como el “oro 2.0” por su escasez, descentralización y potencial de valorización a largo plazo.
Según los datos más recientes de la ONBTC, el portafolio nacional de bitcoin asciende a 6,350 BTC, adquiridos a lo largo de los últimos años por un monto total cercano a $300 millones. Con el máximo histórico de $126.198 por unidad, alcanzado el 6 de octubre de 2025, el valor de esa reserva se elevó a $799 millones, lo que representa ganancias no realizadas por aproximadamente $498 millones.
En declaraciones recientes, la ONBTC explicó que el objetivo de esta política es equilibrar las reservas físicas y digitales del país, buscando mayor estabilidad y rentabilidad en el largo plazo.
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“El Salvador ha sido pionero en combinar el respaldo de activos tangibles como el oro con reservas digitales como bitcoin, anticipando una nueva era de gestión soberana de riqueza”, señaló la institución en una publicación reciente.
Una estrategia dual en tiempos de incertidumbre
El fortalecimiento simultáneo de las reservas en oro y bitcoin representa una apuesta híbrida poco común entre las economías emergentes. Mientras el oro ofrece seguridad y liquidez tradicional, el bitcoin proporciona potencial de crecimiento y diversificación tecnológica.
Esta combinación busca proteger el balance de reservas del país ante la volatilidad global, las fluctuaciones del dólar estadounidense y los posibles efectos de nuevas crisis financieras.
Economistas locales han interpretado la reciente compra de oro como una señal de prudencia fiscal y confianza en los activos reales, mientras que la expansión del portafolio en criptomonedas refleja una visión moderna e innovadora de la gestión económica del Estado.
Perspectivas hacia 2026
El mercado de metales preciosos y criptomonedas seguirá siendo un foco de atención durante los próximos meses. La posibilidad de que la Reserva Federal adopte un tono más expansivo en su política monetaria podría mantener la tendencia alcista del oro y el bitcoin.
En este contexto, la posición de El Salvador parece fortalecerse. Con reservas que combinan solidez física y proyección digital, el país se consolida como un caso de estudio en gestión moderna de reservas soberanas.
La ganancia reciente derivada del oro y la revalorización de bitcoin no solo mejoran el balance financiero del país, sino que también proyectan una imagen de adaptabilidad y resiliencia ante los retos de la economía global.
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