Salvadoreños de todas las edades tiñeron de azul y blanco las tribunas del Estadio Nacional de la Costa del Sol, en La Paz, la tarde de este jueves, para recordarle a las Selecciones locales, masculina y femenina, que no están solas para enfrentar la Copa El Salvador de Fútbol Playa, que tiene lugar este verano.
Para un público amante del sol, las vacaciones, la fiesta y la modalidad playera, el estadio costero significa una inigualable opción para distraerse esta semana. Muchos lo sabían de antemano y organizaron una visita redonda al Turicentro de la Costa del Sol, combinando el balneario con los encuentros deportivos.
A casi un 30 por ciento de su capacidad, el estadio comenzó a calentar motores con el cruce entre Bahamas y Estados Unidos, en la rama femenina. Encuentro poco llamativo, a decir verdad, pero que ayudó a calentar gargantas para el dramático partidazo que ofrecieron México y Alemania en la varonil, que tuvo a todos al borde del asiento.
Conforme las familias concluían su jornada en el Turicentro y se encaminaban al estadio, otros pocos comenzaban a colmar los parqueos en las inmediaciones del recinto. Las gradas se llenaban para vivir la increíble remontada teutona, a puro corazón, para imponerse 3-6 a un "Tri" que arrancó bien pero que decayó mucho sobre el final.
El estadio entero despidió en una increíble ovación de pie al conjunto alemán, con el que de alguna manera empatizó bastante rápido. Y pese a la rivalidad histórica del área, la afición se portó muy bien con el cuadro azteca.
Llegada la hora, la Selecta Playera femenina fue recibida como campeona por estadio que ya se encontraba a un 60 por ciento de su capacidad. El Himno Nacional, siempre emotivo, se entonó con orgullo y los tantos del combinado femenino enardecieron el ambiente en las tribunas. Lastimosamente, el resultado esta vez no fue del gusto de la afición, que se quedó con ganas de más alegría por las "Guerreras".
Para cuando el turno de la Selección varonil, la arena ya lucía sus mejores galas con el 90 por ciento de su capacidad. Cada partido arrancó al son de la cumbia tradicional salvadoreña, con los Hermanos Flores encabezando la lista de reproducción. Más que una copa o un simple partido de fútbol, El Salvador celebra una fiesta cada vez que se reencuentra con sus héroes de la arena.
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