El tema del aspecto físico de los jugadores salvadoreños no es nuevo, pero de alguna manera ha vuelto a la palestra pública. Y es que el entrenador colombiano de la Selecta, Hernán Darío "Bolillo" Gómez, quien fue claro al hablar de la condición de algunos futbolistas, sin ser específico si se refería a los que convocó o a otros.
En una semana, Bolillo ya notó el problema. "... sé que son buenos jugadores, que tienen una buena técnica, que saben jugar al fútbol, pero a veces veo cuerpos que no son de deportista, estoy tratando de que ellos mejoren, es más trabajo de ellos que de cualquier otra persona, que los tiempos libres los dediquen a formarse, nosotros no formamos jugadores, no los preparamos físicamente, nosotros los escogemos, tratamos de transmitir lo más rápido que se pueda nuestra idea y a jugar", dijo.
Esto contrasta con lo que en su momento afirmó David Dóniga Lara, extécnico de la Selecta, quien fue consultado al respecto por varios medios y al menos en dos ocasiones por Cancha.
Por ejemplo, luego de un gran primer tiempo en un partido amistoso con Honduras, en el que finalmente se terminó empatando en marzo pasado, se le consultó expresamente si consideraba que el bajón del segundo tiempo respondía a aspectos físicos. Lo negó rotundamente, y su explicación se refirió más a la lógica de ir ganando el partido y que Honduras se les fue encima en el complemento.
Sin embargo, hay algo que no se puede negar, y que no se necesita evaluar ni siquiera a nivel internacional con partidos de la Selecta, que los jugadores salvadoreños no pueden jugar partidos segiudos al mismo ritmo.
Esto es notorio en la liga nacional cuando hay encuentros entre semana, por ejemplo, en los que muchos jugadores no logran mantener el ritmo del fin de semana pasado.
El tema del descanso sigue siendo un problema personal (y también colectivo de los equipos y de la fase de información a los jugadores) que no siempre se desarrolla a cabalidad. Una persona normal, no un deportista élite, necesita entre 7 y 8 horas para dormir diariamente para reponerse. Un atleta de alto rendimiento, al exigiir su cuerpo al máximo (esa es la idea al menos), necesita más horas de descanso. La tecnología (como reconoció Roberto Domínguez - defensa de Metapán y de la Selecta - hace unos días con el tema de celulares), y los hábitos pesan en ese tema, así como la alimentación.
El problema, sin embargo, está en manos de los jugadores y de los equipos, al menos como dejó entrever "Bolillo" al externar que "es más trabajo de ellos que de cualquier otra persona, que los tiempos libres los dediquen a formarse, nosotros no formamos jugadores". ¿Habrá tiempo para competir con selecciones con jugadores en otras latitudes, en ligas más profesionales? Ya se verá en eliminatorias...
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