La serie de amistosos contra equipos sudamericanos que cerró el año de la Selecta terminó dejando buenas sensaciones. Hubo momentos de buen fútbol, sobre todo en los segundos tiempos, pero lo más importante era observar jugadores a este nivel contra rivales de jerarquía como Ecuador y Chile, más allá de que jugaron sin sus estrellas internacionales.
La indiscutible jerarquía de Tomás Romero, la confirmación en la última línea de Rómulo Villalobos, el crecimiento de Bryan Landaverde y el buen nivel mostrado por Darwin Cerén ante Ecuador fueron los puntos altos.
"No creo que merecíamos perder, duele caer así", Hugo Pérez, DT de la Selecta
Jairo Henríquez sigue siendo el jugador distinto que muestra este equipo y Eric Calvillo mostró chispazos de categoría y un par de ‘pases-gol’, pero se le requiere mayor continuidad en la creación.
En la otra cara de la moneda, los flojos inicios de los partidos y siguen en deuda los de arriba: Walmer Martínez y Joaquín Rivas. Blanco mejoró ante Chile y fueron interesante las intenciones que mostró Christian Gil en muy pocos minutos. Se improvisó ante Chile en el lateral derecho (Renderos/Reyes) y se notó en el inicio.
A propósito, de la polémica por Bryan Tamacas, vale recordar que esto no es nuevo ni tiene que ver con Alianza o Hugo Pérez. Viene pasando hace tiempo con otros equipos y otros entrenadores. La realidad es que a los clubes nunca les importó demasiado la Selecta y tienen una visión recortada: es casi la única chance de que sus jugadores puedan mostrarse a nivel internacional.
Si el fútbol salvadoreño aspira a crecer en su conjunto y se puedan ver jugadores nacionales en otras ligas más competitivas, la Selecta siempre debería ser prioridad.