Águila fue más efectivo que Limeño y por la mínima terminó ganando (1-0), sumando así tres puntos más con el que sigue en lo más alto de la tabla. A la espera de lo que haga Chalate de visita ante Firpo, los migueleños están solos en la cima de la tabla. Mientras Limeño se ahoga en el sótano.
Después de la derrota de Santa Tecla (1-0) ante Jocoro, los santarroseños tenían una razón más de motivación para recortar distancia en la acumulada. Por ello, el equipo tomó la iniciativa en este partido. Los primeros quince minutos fueron de completo dominio y de constante presión sobre la meta de Villalobos, pero que tampoco fueron muy exigentes.
Jocoro recupera sensaciones y Santa Tecla seguirá como sotanero
Águila, después se soltó la presión y emparejó situaciones, pero esto no evitó que la primera parte fuera de más bostezos, que emociones.
Solo hubo una ocasión clara a gol, con un cabezazo de Xavier García, que contuvo el portero Sandro Melgarejo (11’). Ambos contaron con jugadas en las que falló el último pase. Hubo seis tarjetas amarillas, tres por cada equipo. Sin embargo, de esta parte se hablará más de las dos manos que el central Iván Barton, no pitó que otra cosa.
Los jugadores lo hablaron mucho con el cuerpo arbitral. Así como también, en las casi desoladas gradas del Barraza, era tema de discusión entre aficionados y periodistas.
Primero, en una jugada colectiva, Javier Lezcano quiso pasar a Marvin Ramos, pero la pelota tocó la mano de Lizandro Claros, que todo Limeño protestó y Barton se excusó diciendo que la mano estaba inmóvil abajo (16’). Aunque la situación fue sin intención, la mano de Claros cortó la dirección a Ramos, quien hubiera quedado solo contra el portero emplumado.
Seis minutos después, en el otro sector, una serie de rebotes en el área cuchera, la pelota rebotó en la mano de Carlos Arévalo, quien luego rechazó, todos los emplumados exigieron falta, pero el central también la dejo pasar. Algunos hablaban de la “ley de compensación”.
Barton y el cuarto árbitro, Germán Martínez, se acercaron al banquillo del Limeño y les dijeron: “Vieron, la misma situación y en ninguna hay mano”, sin dejar satisfechos a los unionenses.
Terminó mejor
Yéndose ambos equipos al descanso, para el complemento volvieron con nuevos brillos, dispuestos a arriesgar más para asegurar los tres puntos.
Limeño volvió a tener la iniciativa, en la que el paraguayo Lezcano lo intentó, pero sin compañero, no pudo rematar y la defensa rechazó. De esta jugada, Águila contragolpeó, dejando a Yan Maciel perfilado frente a la meta, para sacar un derechazo con el que venció al portero Melgarejo, al que no pudo llegar (50’).
Gol de Águila.
⏱49’@cdaguilaoficial 1-0 @limeno_oficial #LMFxel4🇸🇻 #Clausura2022🏆
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El encuentro ganó dinámica después de esta anotación. A Limeño le costó reponerse en lo anímico, porque era el que pareció presentó mejor propuesta ofensiva.
Los migueleños ahora tomaron más el control de la pelota, parte de ello fue la ayuda que hizo el ingreso del colombiano Faider Burbano, quien inicialmente estaba entre los titulares, pero después lo sacaron y por él apareció el brasileño Caetano.
Con el cafetero, los migueleños tenían mejor conexión entre la media y el ataque, durante las transiciones de juego, pero el equipo falló mucho en el último pase o la definición. Así, Santos Ortiz dejo ir una clarísima, sin poder disparar, permitiendo el rechazo de la defensa.
Esto estuvo a punto de complicarlos, pues Limeño respondió unos minutos después con un disparo de Lezcano, que exigió a Villalobos, pero en el remate, casi a puerta vacía, la mandó afuera (63’).
Águila realizó otras modificaciones, hasta contar con el debut de Lester Blanco, con los emplumados. Sin embargo, el ex jugador del Nakhon Pathom de Tailandia solo jugó seis minutos, porque se fue expulsado, después de un agarrón con Yosimar Quiñones, que el central cortó rápido con la roja directa (80’).
Esta situación complicó más a los santarroseños, quienes se quedaron sin uno de sus pilares en la defensa y por ello el técnico tuvo que reacomodar. Águila se dedicó a sostener la pelota y aguantar el resultado, que abona a la ilusión de sus aficionados, quienes celebraron la victoria y complica más a los santarroseños.