COLOR: Fiesta fogonera en Jocoro ante Águila en medio de la pandemia

Hubo más presencia de afición local. El distanciamiento social se respetó bastante, pese a que hubo sectores con mayor afluencia de gente

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Ferdis Hernández de Jocoro FC rechaza ante Andrés Felipe Quejada en la ida de semifinales del Apertura 2020 en el Estadio Tierra de Fuego de Jocoro. Foto EDH / Lissette Monterrosa

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2021-01-21 6:18:09

Era toda una algarabía. Desde las afueras del estadio, la afición de Jocoro sabía que este partido no se lo podía perder. La cita de semifinales era ante Águila y, de paso, era el último juego de local en el Poli para cerrar el torneo.

La historia de estar, por primera vez, en esta instancia hacía que el pueblo quisiera apoyar a su equipo, ese mismo que con dificultades en su plantel estaba haciendo la hombrada por seguir adelante.

Jocoro FC hizo arder el fuego que ilusiona para vencer a Águila y soñar con la final

Las tribunas se poblaron. Si bien los graderíos estaban debidamente marcados, por cada asiento, la mayor parte de aficionados respetó el distanciamiento. Sin embargo, hubo algunos sectores más apretados y con poca distancia, sobre todo por los locales.

De los migueleños, si bien hubo afición en minoría, resguardaron el tema de los espacios. Llegaron las pancartas negronaranjas, pero algunos mencionaron que, por ser día de semana y en Jocoro, solo los más fieles se acercaron. El resto esperará la vuelta en el Barraza.

La afición estuvo colocada en ciertos sectores con un tanto menos de distanciamiento. Foto EDH / Varinia Escalante

Por los fogoneros, la afición gritó con euforia el tanto en propia puerta de Nicolás Muñoz, al tiempo que sacó globos amarillos y los alzó en manos. Mientras, al medio tiempo, disfrutó de un chichimeco y una banda local, que hicieron la diferencia de lo autóctono, para entusiasmar a los presentes.

Pero así como el festejo amarillo era indudable. El sufrimiento final también fue evidente, cuando todos pedían ya el tiempo, para que el triunfo fuera real. Mientras los negronaranjas apretaban las manos en espera del empate, se tomaban las cabezas por las fallidas y se quedaron con el amargo sabor de boca de la derrota, que a la postre esperan que su equipo pueda revertir en la vuelta. En los 90 minutos restantes en los que también puede haber vida para los fieles aguiluchos.