MORAZÁN. El sueño crece para Jocoro FC. Ayer, sacó un triunfo ante CD Águila (1-0), en las semifinales de ida, y terminó invicto en casa (10 juegos). Un Polideportivo Tierra de Fuego que, de paso, vio quebrar la racha de 12 juegos sin perder que traían los emplumados, e ilusionó a todo un pueblo con sentenciar un pase difícil a la final, en el Barraza, pero no imposible.
En diez minutos, ya los fogoneros se hacían notar y llegaron con proyección en dos ocasiones al arco de Benji Villalobos, solo con insinuación de que estaban en su casa. Mientras los emplumados se asomaron igual, con una estacionaria y un llegada de profundidad.
El juego era así dividido y de media, con posesión ligeramente inclinada a los de Morazán. Los locales seguían presionando, y exigiendo al meta Villalobos, con dos atajadas que seguían salvando a los migueleños.
FINAL: Jocoro toma leve ventaja con autogol de Nicolás Muñoz ante Águila
Balones largos buscando a Carlos Lanza, un remate de Kelvin Argueta, un cabezazo de Ferdis Hernández fueron parte de los ataques locales. Además, un Yuvini Salamanca que cobró una estacionaria a loa puños del portero migueleño (18′).
Los emplumados, no obstante, estaban manejando los tiempos, dominando, pero también empujando con tiros de esquina. Uno de ellos con buen rechazo local, que en el contraremate tuvo mejor anticipación de Felipe Amaya. La defensa fogonera estaba respondiendo al ataque de Águila.
Pero Águila estaba respondiendo, ganando terreno de a poco, incluso en una jugada que el equipo pedía una supuesta falta en el área, pero sin desesperar. El guardameta Amaya respondió mejor en el achique, en dos intervenciones emplumadas.
Además, los migueleños tuvieron un movimiento obligado, por lesión, llegando Fabricio Alfaro por Wilson Rugama. Pero el equipo mantuvo la misma idea. Sin embargo, Jocoro volvió a ser efectivo esas llegadas de ataque, al 39′, pero echando mano de la ayuda del rival. Tras otro tiro de esquina, un centro de Salamanca lo intentó sacar Nico Muñoz, pero lo marcó de cabeza con gol (1-0).
La ventaja entusiasmó a Jocoro, que pese a estar ganando no se confió, porque Águila pareció inmutarse y siguió igual, ofensivo. Fue la actuación de Amaya la que ayudó al equipo a irse al descanso arriba en el marcador. Y a los emplumados a reordenarse, para salir a buscar el empate.
Empuje que no bastó
Salió así a buscar el partido Águila. Y lo empezó a sufrir el equipo morazánico. Los primeros compases del complemento dejaron metido en su sector a Jocoro, que se defendió con dientes apretados.
La presencia emplumada en el área abrían la opción a los negronaranjas de buscar superar ese gol en contra con el que estaban. Un tiro libre de Gerson Mayén lo sufrieron el local y la afición, ya que el disparo se fue pegado al poste derecho de Amaya (51′).
Sin duda, esta mitad se la adueñaron los aguiluchos. El cuadro emplumado se volcó a dominar, se apropió del balón, puso ritmo y adelantó filas. El ingreso de Yan Maciel lo demostró, y Jocoro se multiplicó para defenderse atrás. Águila generó mucho juego en ofensiva, más que nada por los laterales.
Pero también, las muchas pausas por faltas ayudaron a los migueños, para asomarse al arco con jugadas a balón parado. La falta de contundencia y en mayor parte el trabajo del guardameta Felipe Amaya estaban salvando a Jocoro.
Los fogoneros se mantuvieron a la contra. Esperando alguna sorpresa, ya que sabían que un segundo tanto daba no solo tranquilidad para cerrar la tarde, sino de igual forma para llegar al Barraza con un margen menos apretado, en busca de una posible final.
Águila tuvo una opción clara, en loa minutos finales, con un remate de Marlon Da Silva, que rechazaron Claros y Amaya, y que la hinchada frustró el grito de gol.
Pero esa dinámica es la que sufrió Jocoro, teniendo como figura a Amaya. El cierre fue así dramático, con los emplumados encimados, dueños de la pelota y con una ofensiva a la que solo le faltó un poco de suerte, para definir. Pero estaba escrita que la victoria sería local, y Jocoro contra todo volvió a poner su garra y cerró el primer capítulo de las semis con una sonrisa enorme, solo a la espera de otro milagro, el domingo, en San Miguel.