Rubén Israel, entrenador de uruguayo y exseleccionador de El Salvador (2011-2012), falleció este lunes a los 65 años a causa de una enfermedad contra la que luchaba desde hace dos años, causando con su partida física un importante impacto en la afición salvadoreña.
Una de las personas que mejor lo conoció en su etapa en el país es Juan Andrés Sarulyte, colega suyo de origen argentino y con una dilatada carrera en el balompié nacional, en la que se destacó, entre tanto, como asistente de Israel en la Selección.
Sarulyte, en plática con CANCHA, aseguró que mantenía cierto contacto con Israel desde que se le detectó un cáncer en 2018, mientras dirigía al Alajuelense de Costa Rica, razón por la que debió dejar su trabajo, en principio, temporalmente.
"La última vez que hablamos fue antes de la pandemia. Le pregunté cómo estaba, dijo que se sentía bien, que iba a volver a trabajar. Nos mandábamos saludos por medio de Twitter... No sabía que iba a terminar de esta manera... Se va un amigo y una buena persona", lamentó.
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Sarulyte recuerda a Israel como "uno de los últimos maestros, de esos que ya no hay en la vida". Lo compara incluso con Eduardo Lara, otro exseleccionador salvadoreño. "Lo que yo aprendí de él (Israel) son los valores como personas. No hay que ser grande en la vida o hacer grandes cosas para que te describan como buena persona. Él era buen entrenador porque era buena persona", expresó.
También habló de su calidad humana: "Ser bueno con uno mismo y ayudar a todos, eso te lo decía él en carne propia, siempre ayudaba a todos y con una sonrisa, preguntando si necesitaba algo. Acá no lo recuerdan de esa manera, pero yo sí".
Sarulyte contó cómo se conoció con Israel y cómo llegó a ser su ayudante en el cuerpo técnico nacional. "Él hizo una convocatoria a todos los técnicos de Primera División para poder conocerlo y hablar con él. Yo dirigía al 11 Municipal y solo fui yo ese día. Él se extrañó y dijo "profe, no vino nadie". "¿Sabe por qué?", le dije. "Porque en esa silla donde usted está, todos quieren estar". Se sorprendió y me contestó: "Tenés razón... ¿Te puedo tutear?".
"Luego habla conmigo me dijo "quiero que vengas a trabajar porque quiero conocer a los jugadores y ver los rendimientos. Vos probá". Lo acompañé y empezamos a ver las características de cada jugador, con Nicolás Dos Santos (preparador físico) sugeríamos, pero la decisión era de él. Cada vez que formaba al equipo, preguntaba y acertaba, porque escuchaba", agregó.
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Conflictos
Sin duda, uno de los pasajes que marcó la estadía de Rubén Israel en El Salvador fue el de sus encontronazos con Jaime "La Chelona" Rodríguez, entonces presidente del INDES, que derivó en una congelación de los fondos que el instituto destinaba a la FESFUT para el pago del salario en seleccionador nacional, provocando así la renuncia del uruguayo.
"Lo que le dolió en ese momento fue cuando le congelaron el sueldo. Ya había una disputa muy particular con el director del Indes. Él (Israel) decía que nadie le iba a congelar el sueldo, porque él podía vivir sin esa plata, pero pasó que estaba la señora y la hija acá (en El Salvador) y se sintió avergnzado porque ellas le preguntaban por eso. Y y ahí puso la renuncia, porque lo humillaron".
Sarulyte sostiene que la llegada de Israel a la Selección impidió que José Luis Rugamas, entonces su asistente en la Selección Mayor, y de Mauricio Alfaro, su asistente en la Selección Sub 23, asumieran esos cargos, respectivamente. "Por eso yo le decía que estaba durmiendo con el enemigo. Cuando él decía que había antipatriotas de saco y corbata, se refería a él (Chelona)", señaló.
Israel también se enteró de que jugadores amañaban partidos de la Selección, por lo que sacó de las convocatorias a algunos de ellos y encaró al resto del grupo, como cuenta Sarulyte.
"Él se dio cuenta porque le llegaron los rumores, habló con Cabezas (presidente FESFUT) y dijo que él no querían eso en la Seleeción. Nosotros sacamos a algunos por las dudas, solo por sospechas, y luego él les dio el mensaje directo, rápido y correcto: "Si vos tenés alguna cosa rara, que vemos en un hotel y eso, te mandamos y te exponemos". Cuando se dijo eso, los jugadores se dieron cuenta, entendieron eso rápido y hubo una paz interior y tremenda".
En alguna ocasión, Sarulyte consultó a Israel sobre volver a dirigir en El Salvador, pero este se negó pese a que reconoció el cariño que la afición local siempre le manifestó. "Tuvo la suerte de que la gente lo ovacionara y lo recibira y que no recordaba lo malo".