Claudia Lars, 126 años de un legado que marcó la poesía salvadoreña

Claudia Lars, seudónimo de Margarita del Carmen Brannon Vega, nació el 20 de diciembre de 1899 en Armenia, Sonsonate. Hoy, 126 años después, su obra sigue siendo uno de los pilares de la poesía salvadoreña. Su lírica, marcada por una sensibilidad profunda, un dominio técnico notable y una visión del mundo desde lo femenino, se mantiene vigente en las letras hispanoamericanas.

Su casa natal, ubicada frente al parque Tomás Regalado de Armenia, fue declarada sitio histórico en 1997, aunque fue demolida tras el terremoto del 13 de enero de 2001. Pese a ello, la figura de Claudia Lars sigue presente a través de sus libros, estudios académicos y homenajes culturales.

Te recomendamos: Ilobasco, donde el barro da vida a la tradición del nacimiento navideño

Una escritora adelantada a su tiempo

Desde muy joven, Claudia Lars mostró talento literario. Fue educada en casa y luego en el Colegio de La Asunción en Santa Ana, donde coincidió con otras figuras relevantes como Consuelo Suncín. Su primer texto fue publicado sin su autorización cuando aún era adolescente, y desde entonces su relación con la escritura fue constante.

Durante su juventud vivió en Nueva York, enseñó español en la escuela Berlitz y publicó poemas en revistas literarias de Estados Unidos, México, Costa Rica y El Salvador.

En 1930 comenzó a usar el nombre Claudia Lars, con el que firmaría obras como Romances de Norte y Sur, Tierra de Infancia y Donde llegan los pasos.

Una voz femenina con proyección internacional

La poesía de Claudia Lars se distingue por su tono íntimo, su atención a la naturaleza, la espiritualidad y las inquietudes sociales. Fue una de las primeras escritoras salvadoreñas en construir una voz propia en un entorno dominado por hombres, y su obra es reconocida tanto por su valor estético como por su impacto cultural.

Colaboró con revistas literarias en países como Costa Rica, Honduras, Cuba y México, y fue parte de una generación que dialogó con el modernismo y el vanguardismo latinoamericano sin perder su raíz centroamericana.

Te recomendamos: El Cipitío y la herencia ancestral: Premio Nacional de Cultura a la identidad salvadoreña

Una herencia que trasciende generaciones

A lo largo del siglo XX, Claudia Lars fue reconocida como una de las grandes poetas del país, y hoy su obra forma parte del currículo educativo y de numerosas antologías literarias. Escritores, investigadores y lectores siguen redescubriendo su aporte a la cultura salvadoreña.

Aunque falleció en 1974, su poesía continúa siendo estudiada en universidades y citada como ejemplo de una escritura que logró unir lo íntimo con lo universal.