El crecimiento del 4.1% en El Salvador en 2025 abre oportunidades si se enfrenta el desafío estructural
El crecimiento del PIB en 2025 refleja resiliencia económica. El reto es sostenerlo con inversión productiva e innovación en sectores estratégicos.
Por
Evelyn Alas
Publicado el 20 de diciembre de 2025
El Salvador alcanzó un crecimiento del 4.1% en el segundo trimestre de 2025, el más alto desde 2023, impulsado por la construcción, transporte y servicios financieros. Este repunte demuestra la capacidad del país de adaptarse y recuperarse en un entorno internacional complejo. Sin embargo, los analistas advierten que este crecimiento es coyuntural. Para convertirlo en una trayectoria sostenida, es clave diversificar la base productiva, fortalecer el agro y la industria, y atraer inversión privada estable. Sectores como el turismo, los servicios digitales y la economía verde ofrecen nuevas oportunidades para dinamizar el desarrollo económico con visión de largo plazo.
El dinamismo del PIB salvadoreño en 2025 demuestra resiliencia en sectores clave. Si el país fortalece su base productiva, puede sostener un crecimiento más equilibrado y competitivo.
Según el estudio “El Salvador 2025: La doble cara del crecimiento”, elaborado por la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), El Salvador tendrá un crecimiento interanual del 4.1% en el segundo trimestre de 2025, el país ha dado señales claras de recuperación económica en un contexto global de incertidumbre.
Esta cifra —la más alta desde 2023— refleja la capacidad de adaptación del país y genera nuevas oportunidades para inversionistas, emprendedores y el sector productivo.

Sectores como la construcción (+33.9%), actividades financieras (+7.6%) y transporte (+7.0%) lideran este impulso. Las grandes obras de infraestructura —como el Viaducto Francisco Morazán y el Aeropuerto del Pacífico— están reactivando la economía y generando empleo.
El desafío ahora es convertir este impulso en una plataforma sostenible. FUDECEN advierte que la inversión privada sigue siendo volátil y que sectores como la agroindustria y la industria manufacturera aún tienen mucho espacio para desarrollarse. A largo plazo, el crecimiento potencial de El Salvador dependerá de su capacidad para:
- Diversificar su matriz productiva.
- Fortalecer encadenamientos locales en sectores exportadores.
- Apostar por motores emergentes como turismo, economía digital y servicios profesionales.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), explica que las economías que invierten en infraestructura productiva y educación técnica tienen mayores probabilidades de sostener su crecimiento en el tiempo. En ese sentido, El Salvador ya tiene una base sobre la cual construir una transformación.
El crecimiento de 2025 no es un techo. Es una oportunidad para modernizar la economía, atraer inversión estratégica y aumentar la productividad con inclusión.
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